Unas famosas tortitas y dibujos en vez de ramos: el intenso segundo día de los Reyes en Dinamarca

La segunda jornada de la visita de los Reyes de España a Dinamarca fue de lo más intensa y estuvo llena de detalles y momentos que quedarán para siempre en la memoria. De hecho, así lo reconoció el propio don Felipe en el discurso que dio en la Gliptoteca de Copenhague. "Puedo asegurarles que la Reina y yo regresaremos a España con maravillosos recuerdos de esta visita de Estado", expresó el monarca, antes de levantar la copa para brindar por la reina Margarita, su familia "y a los sólidos lazos de amistad entre Dinamarca y España".

Una cena, en la que entre los periodistas españoles y daneses no se hablaba de otra cosa que de las fotografías de Federico con Genoveva Casanova, puso broche final a la segunda intensa jornada de don Felipe y doña Letizia en Dinamarca. Es tradición que en las visitas de Estado que recibe el país nórdico, los invitados organicen un acto de devolución en agradecimiento a sus anfitriones, en este caso la familia real danesa. Este evento puede ser desde una recepción a un concierto, eso depende de cada delegación, y la española optó por una ágape en la Gliptoteca de Copenhague, en la que anteriormente los Reyes, junto a la reina Margarita y los príncipes herederos, pudieron disfrutar de una exposición de Sorolla.

Como la anoche anterior durante la cena de gala en Christiansborg, el Rey brindó por su "tía Daisy", como la llaman de forma cariñosa. Así lo vimos en un vídeo en el que participaron los Reyes con motivo del 80º cumpleaños de Margarita II, que coincidió con la pandemia del coronavirus, por lo que no pudo llevarse a cabo ninguna celebración. Sin embargo, al ser los actos de la agenda oficiales, se ha referido en todo momento a ella de modo formal, utilizando el "Su Majestad".

La jornada arrancó temprano, con una conferencia sobre empresas a la que acudió don Felipe acompañado por Federico. Un encuentro que contó con la presencia de los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países y en el que participaron más de 60 empresas españolas y más de 80 locales del sector, en presencia de cerca de 180 asistentes.

Tras ello, y ya acompañados por doña Letizia y la princesa Mary, los cuatro se desplazaron hasta la ciudadela de la capital, donde los Reyes realizaron una ofrenda floral, concretamente en el monumento al esfuerzo internacional de Dinamarca. Allí fueron recibidos por el comandante de Copenhague, que acompañó a don Felipe y al heredero a la plaza de los desfiles, en la que pasaron revista a la guardia de honor, antes de dirigirse a la llama perpetua en el muro del monumento, donde figura la inscripción en danés “En Tid, Et Sted, Et Menneske” (Un tiempo, un lugar, un ser humano).

Era en este acto cuando veíamos los looks de Letizia y Mary, quienes apostaron, ambas, por abrigos tipo batín, el de la española en color camel y firmado por Carolina Herrera y el de la heredera danesa, en blanco, de la marca Joseph. Debajo la Reina llevaba un nuevo vestido de Dándara en color verde, a juego con unos pendientes de diamantes y esmeraldas del joyero de la reina Sofía. Por su parte, la nuera de Margarita II lucía una falda tweed de Dolce & Gabbana, blusa negra de Red Valentino y un toque español: un bolso de Massimo Dutti.

Tocaba el turno después de visitar el Ayuntamiento de Copenhague, acto al que sumó la reina Margarita II y en el que Sophie Hæstorp Andersen, la alcaldesa, pronunció unas palabras de bienvenida dedicadas a los Reyes antes de ofrecerles probar uno de los platos más típicos de la casa consistorial, las tortitas. De hecho, son conocidas con el nombre de Rådhuspandekager (pancakes del Ayuntamiento) y se sirven a invitados distinguidos desde los años 90. Suelen tomarse con miel o sirope.

Y tras esta degustación, los Reyes se dirigían, junto a los miembros de la familia real danesa, a la universidad de la capital, lugar en el que don Felipe y doña Letizia han podido conocer el Libro de los Epítomes, que fue supuestamente comprado por un embajador danés en el siglo XVII y enviado a Dinamarca, donde ha permanecido anónimo hasta fechas recientes cuando se descubrió entre los archivos del Instituto Armanagnæan, en el Departamento de Estudios y Lenguas Nórdicas de la Universidad de Copenhague. Se tardó en identificar porque le faltan las cien primeras páginas.

Tras ello, las agendas volvieron a dividirse. Doña Letizia y la heredera danesa conocieron el proyecto del hospital Mary Elisabeth, mientras el Rey y el heredero acudieron a un almuerzo de negocios. La Reina de España pudo de primera mano ver las obras que se están llevando a cabo para construir un nuevo centro sanitario dedicado íntegramente a niños y que ha sido bautizado con el nombre de Mary Elisabeth, en honor a la esposa del príncipe Federico.

Al llegar, la Reina y la princesa eran recibidos por dos niños que les entregaron unos dibujos, un detalle que llamó la atención de la prensa danesa. "Sara, de nueve años, y Burak, de doce, dieron una calurosa bienvenida a los invitados reales de honor. Por lo general, la realeza es recibida por niños con ramos de flores a su llegada [...]. Las flores fueron sustituidas por dibujos que, por supuesto, Sara y Burak habían hecho ellos mismos con motivo de la visita especial a Rigshospitalet", escribe 'Billet-Bladet', medio especializado en la realeza.

Tanto doña Letizia como Mary se mostraron de lo más cariñosas con ambos niños, a los que volvieron a ver unos minutos más tarde al conocer un proyecto piloto de cómo será el futuro hospital infantil, que contará con 151 camas para pacientes infantiles y adolescentes, y que abrirá sus puertas en 2026. Sentados a una mesa junto a otros niños, se encontraban haciendo manualidades cuando llegaron las dos damas, que conversaron con los pacientes y también con sus madres.

Uno de los niños, de cinco años, llamó especialmente la atención de ambas por su desparpajo. En conversación con su progenitora posteriormente, esta contó a Vanitatis que su encuentro con la Reina de España había sido "muy bonito". "Es muy empática y encantadora. Se ha interesado por el hecho de que podamos combinar la enfermedad de mi hijo, que tiene cáncer, con actividades más lúdicas como estas".

Mientras la Reina se encontraba con la princesa, el Rey se trasladó junto al príncipe heredero a la residencia de la Embajada de España en Dinamarca, donde almorzaron con empresarios españoles. En total, estuvieron invitadas 16 empresas que fueron representadas por sus presidentes, todas ellas con intereses relevantes para las relaciones económicas o comerciales de ambos países.

Felipe VI continuaba en solitario su agenda visitando el Parlamento de Dinamarca, en el que mantuvo un encuentro con su presidente, Søren Gade. El monarca subrayó: “Me gustaría agradecerles una vez más por su hospitalidad y elogiar su trabajo crucial. Confío mucho en la fortaleza de la relación entre España y Dinamarca, y no tengo ninguna duda de que nuestros países seguirán avanzando política, económica y socialmente, siendo campeones de la democracia europea y trabajando duro y fomentando la paz y la seguridad internacionales”.

Ya por la noche tenía lugar la cena de devolución para cerrar un día tan productivo. Una velada en la que la Reina quiso tener un guiño con la moda danesa, estrenando un vestido negro de la firma Rotate, un diseño de lentejuelas que combinó con slingbacks de Manolo Blahnik y los pendientes de pasar.