Carlos III pide consejo espiritual ante su dolor por el príncipe Harry: “Está abierto a una tregua”

El rey Carlos III se enfrenta a un desafío emocional que ha marcado profundamente su reinado: la complicada relación con su hijo menor, el príncipe Harry. Tras varios intentos de acercamiento, ahora el monarca ha buscado consuelo en líderes espirituales de la fe cristiana para encontrar una forma de sobrellevar el dolor que le ha causado la separación, según ha revelado una fuente al ‘The Mail on Sunday’.

Desde su coronación, Carlos III ha dedicado más tiempo a la reflexión espiritual y ha profundizado en las enseñanzas de diversas teologías, especialmente en lo que respecta al perdón, un principio central en muchas religiones. Esta búsqueda ha brindado al rey un valioso refugio en medio de las tensiones familiares y las presiones de su nuevo rol.

Así, el rey ha expresado a sus líderes religiosos su deseo de reparar la relación con Harry, a pesar de los comentarios públicos que han hecho tanto él como su mujer, Meghan Markle, muchos de los cuales han resultado profundamente hirientes para la familia real. En programas de televisión y otras entrevistas, la pareja ha dejado entrever una cara racista de la monarquía y se han dirigido a la reina Camila como “madrastra malvada”, entre otras cosas.

“Harry siempre será el hijo más querido de Carlos. Extraña el vínculo que alguna vez tuvieron y lo quiere de vuelta por razones personales, independientemente de que él y Meghan no quieran regresar a la vida real”, señaló esta fuente. Sin embargo, la reconciliación no parece fácil, ya que las tensiones se han agravado en los últimos meses.

A pesar de un breve acercamiento en febrero, motivado por la preocupación de Harry ante el diagnóstico de cáncer de su padre, las comunicaciones entre ellos se han vuelto escasas. Personas cercanas al príncipe, relatan que Carlos ha dejado de responder a las llamadas y cartas, lo que ha profundizado el distanciamiento entre ambos.

El distanciamiento de Harry también ha afectado a Carlos III en un nivel más personal, ya que no ha podido ver a sus nietos desde junio de 2022, cuando la familia Sussex viajó al Reino Unido para las celebraciones del Jubileo de Platino de la difunta reina Isabel II. A pesar de estos obstáculos, el rey se mantiene firme en su deseo de “una tregua”, impulsado por su fe y su amor paternal. La fuente asegura que “la puerta siempre permanecerá abierta para él y su familia”, reflejando la esperanza de que su hijo pueda regresar algún día y restaurar el vínculo que una vez compartieron.

Sin embargo, la posibilidad de un deshielo en la disputa familiar se ve empañada por la postura intransigente del príncipe Guillermo, lo que añade un nuevo nivel de complejidad a la situación. La reconciliación no solo requeriría que Carlos III dejara de lado su dolor, sino también que mediara en la relación entre sus hijos, un reto que aún parece lejano.

Amigos cercanos a los príncipes de Gales aseguraban al tabloide británico que Guillermo había “pasado página” en ese capítulo de su vida. “La confianza que estaba implícita en su relación se ha ido para siempre. Incluso si es posible lograr algún tipo de reconciliación gestionada, nunca será más que superficial”, explicaron.

Pero esto era solo la punta del iceberg. Hace unas semanas se conocía una nueva información sobre el día en el que Isabel II murió. En aquella mañana de septiembre, Harry mandó un mensaje a su hermano mayor preguntándole si él y Kate iban a volar a Escocia y, de ser así, cuándo tenían pensado hacerlo. Sin embargo, su mensaje no recibió respuesta. Pese a todo ello, el soberano inglés busca frenar la disputa cuanto antes. “No quiere que años de discordia y desarmonía empañen su reinado”, ha asegurado la fuente.

En este contexto, Carlos III continúa su camino como rey, buscando el equilibrio entre sus responsabilidades oficiales y sus preocupaciones familiares. Como jefe de la Iglesia de Inglaterra, se ha comprometido a proteger las múltiples religiones de una Gran Bretaña diversa “con la misma diligencia” que el cristianismo. Su coronación, marcada por un mensaje multirreligioso, subraya la importancia de la fe en su reinado, no solo como un deber oficial, sino como un medio para encontrar paz en medio de la tormenta parental que lo rodea.