Juan Carlos I se despide de Sanxenxo para poner rumbo a Cascais: dificultad para caminar y un gran enfado

• Tana Rivera, Victoria Federica, Cayetano Martínez de Irujo… el concierto de Sevilla que ha congregado a grandes estrellas
• Las memorias de Juan Carlos I y las de Bárbara Rey: la intrahistoria en el mundo editorial

El rey Juan Carlos I ha abandonado Galicia este pasado domingo, 22 de junio, tras disfrutar de seis intensos días en Sanxenxo, Pontevedra, donde participó en el Trofeo Xacobeo de vela en la clase 6 metros a bordo del ‘Bribón’. Su presencia, como ya es habitual, no ha pasado desapercibida, tanto por su implicación en la competición como por el interés que genera cada uno de sus movimientos desde que fijó su residencia en Abu Dabi en 2020.

El emérito ha partido poco después de las cinco de la tarde desde la casa de su amigo Pedro Campos, su anfitrión en la parroquia de Nanín, hacia el aeropuerto vigués de Peinador. Allí, ha tomado un vuelo privado con destino a Cascais, en Portugal, a las 18.30, según recoge el portal 'Jaleos'. Su salida ha estado marcada por una mezcla de entusiasmo por la navegación y evidentes dificultades físicas, especialmente durante la mañana del domingo, cuando se le vio abordar con esfuerzo una lancha llamada ‘Cristina’. Necesitó ayuda de dos personas para bajar las escaleras del pantalán, haciendo incluso una pausa para descansar antes de lograr subir a bordo con dificultad, aunque sin perder la compostura.

Confirmando con un rotundo “claro” que se encuentra bien, don Juan Carlos no ha ocultado su malestar con la prensa al ser preguntado por el estado de su autobiografía, Cuyo lanzamiento, previsto inicialmente para comienzos de 2025, ha sido aplazado. El libro promete ser un testimonio personal en el que el emérito aborda sin filtros cómo siente que le están “robando” su propia historia. Visiblemente molesto, respondió con ironía: “¡Cuantas más mentiras digáis, me veréis mejor!”, según recogen las declaraciones de Europa Press, citadas en el portal 'Chance', antes de entrar en un restaurante, evitando aclarar si realmente desea regresar a vivir en España, como también se ha especulado.

Ya en el mar, Juan Carlos se mostró más animado y relajado. Al regresar al puerto, fue recibido por un grupo de personas que se acercaron para despedirlo con afecto. Posteriormente, pasó de nuevo por la casa de Pedro Campos para despedirse de sus amigos y de su hermana, la infanta Margarita, con quien compartió estos días junto a su cuñado Carlos Zurita, sus sobrinos Alfonso y María Zurita, con quienes protagonizó un momento familiar.

Este ha sido el tercer viaje del monarca emérito a Sanxenxo en lo que va de 2025, una señal clara de su voluntad de mantenerse vinculado al mundo de la vela. El pasado sábado 21 de junio participó en las dos pruebas del trofeo a bordo del ‘Bribón’, actual campeón de la categoría, consolidando su compromiso con este deporte que tantas satisfacciones le ha dado a lo largo de su vida.

Más allá de lo deportivo, el viaje se produce en un contexto especialmente mediático por la reciente publicación de las memorias de Bárbara Rey, ‘Yo, Bárbara. Mis Memorias’, lanzadas apenas cuatro días antes de la llegada de Juan Carlos a Vigo. En el libro, la vedette revela detalles personales de su relación con el emérito, algo que ha vuelto a colocar al antiguo jefe del Estado en el foco de la prensa.

También ha cobrado fuerza un rumor que ha despertado especial atención: la posible intención de Juan Carlos de fijar su residencia en Portugal, específicamente en Cascais o Estoril, dos localidades con fuerte vínculo histórico con los Borbones, ya que la familia real española vivió allí durante su exilio en el siglo XX. Ni la Casa Real ni el entorno del monarca han confirmado esta información, aunque su actual viaje a Cascais alimenta las especulaciones sobre un posible traslado definitivo desde Abu Dabi tras cinco años. En esta ocasión, no se ha producido la visita habitual de su hija mayor, la infanta Elena, que en anteriores viajes lo ha acompañado a Galicia. Pese a ello, el emérito ha estado rodeado del afecto de su círculo íntimo.