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Maldición Titanic: grandes fortunas, un naufragio, una momia, un sumergible perdido y una película
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Maldición Titanic: grandes fortunas, un naufragio, una momia, un sumergible perdido y una película

El transatlántico y su presunto mal fario vuelven a ocupar titulares y llenan Twitter de comentarios. Repasamos los elementos del mito cuando aún no se sabe nada de los tripulantes del sumergible Titan

Foto: Fotograma de 'Titanic', de James Cameron. (Fox/Disney)
Fotograma de 'Titanic', de James Cameron. (Fox/Disney)

El mundo entero contiene la respiración ante el rescate del sumergible Titan, cuya señal desapareció cuando bajaba a las profundidades para observar de cerca los restos del naufragio más famoso de la historia, el del Titanic. Se trata de una de esas noticias que despiertan el interés colectivo, que se debaten en oficinas y lugares de ocio; que se viven como una narración, una emocionante cuenta atrás de la que todo el mundo es partícipe. A los humanos siempre nos gustó que nos contasen historias. Solo que esa narración es tristemente real y lo que está en juego son las vidas de cinco personas, los pasajeros de ese submarino del que aún no se encuentra rastro.

Las últimas noticias, al cierre de este artículo, hablaban de "sonidos de golpes" en el área de búsqueda, mientras que se agota el tiempo (ayer se calculaba que los tripulantes solo tenían oxígeno para 40 horas más) para rescatar a los cinco que ocupan el submarino. Entre quienes están debatiéndose entre la vida y la muerte se encuentran, por ejemplo, el multimillonario británico Hamish Harding, de 58 años. Como el resto de ocupantes, muchos vieron su aventura como un capricho. Para apasionados de lo inexplorado como él, era una quimera: ver de cerca qué queda del legendario navío que se fue a pique en su viaje inaugural, el 14 de abril de 1912. Tengamos en cuenta que bajar a las profundidades para explorar los restos del naufragio no es nada raro: el propio James Cameron, director de 'Titanic', ya ha bajado varias veces (la primera de ellas antes de rodar la ya mítica película) hasta los restos del buque. La primera de todas lo hizo inspirado por Robert Ballard, que descubrió la 'tumba' del transatlántico antes que nadie, en 1985. Cameron se gastó más de un millón de dólares de Fox cuando todavía no había rodado un solo minuto de su película.

placeholder Una vista general del sumergible Titan. (Reuters)
Una vista general del sumergible Titan. (Reuters)

El propio Harding habló de los peligros de esta misión: “El único problema es que no hay otro submarino que sea capaz de bajar allí para rescatarte. Se tardaría tres años en construir otro. Si algo sale mal, no vas a volver”.

Como si se tratase de una nueva película, no son pocos los medios que hablan ya de la 'maldición Titanic'. Al calificativo no le faltaría razón de ser, ya que, salvo la película, que ganó 11 Oscar y batió récords de taquilla, todo lo relacionado con el barco parece estar relacionado con el desastre. De hecho, hasta la superproducción parecía condenada: la revista 'Variety' publicaba, diariamente, una columna en la que vaticinaba lo desastroso que sería una superproducción en la que se habían gastado ya 200 millones de dólares. No hace falta recordar que, en este caso, la maldición no fue tal y todos los implicados en la película se hicieron millonarios.

placeholder DiCaprio, Winslet y Cameron, durante el rodaje de 'Titanic'. (CP)
DiCaprio, Winslet y Cameron, durante el rodaje de 'Titanic'. (CP)

Como si se tratase de un mito griego o un cuento romántico sobre la belleza de lo efímero (el barco solo navegó cuatro días y se hundió en su primer viaje) o la destrucción, el Titanic sigue teniendo ese poder de fascinación que habla de hibris, heroísmos y cobardías y grandes fortunas. Algo que también está emparentado con el dineral que se han gastado aquellos que han querido explorar lo que queda de tangible, de real, de este barcometáfora.

placeholder Fotografía de la exposición 'Titanic: The Artifact Exhibition'. (EFE)
Fotografía de la exposición 'Titanic: The Artifact Exhibition'. (EFE)

Fortunas infinitas

“El hombre más rico del barco”, le comentaba Kate Winslet a DiCaprio en uno de los diálogos más expositivos de la cinta de Cameron. Era el cuarto de su generación, o sea, John Jacob Astor IV. En su haber, además del hecho de ser un prominente empresario, escritor ocasional y uno de los hombres más ricos de Norteamérica, figuraba haber luchado en la guerra hispano-estadounidense en la que los españolitos perdimos Cuba.

Astor embarcó en el Titanic con un escándalo a sus espaldas, ya que su segunda esposa, Madeleine, era unos veinte años menos que él y por entonces aún era una adolescente. La sociedad de la época criticó con fiereza la diferencia de edad. Madeleine estaba embarazada y no podía sospechar que su hijo, un riquísimo heredero, jamás llegaría a conocer a su padre. Las versiones sobre cómo murió John la madrugada del 14 al 15 de abril, cuando el crucero chocó contra aquel iceberg maldito, fueron variadas. Unos dicen que fue aplastado por una de las chimeneas del barco. Otros lo han negado durante años, alegando que su cuerpo fue encontrado intacto. En cualquier caso, los Astor siguen siendo una de las familias más poderosas del mundo hoy día, cuando el recuerdo del Astor IV ha ensombrecido incluso al de su bisabuelo, el germen de su inmensa fortuna.

En aquel viaje desde Southampton, ciudad de la que zarpó el trasatlántico hacia Nueva York, también viajaba Benjamin Guggenheim, dueño y señor de una rentable empresa de minería. El ‘National Geographic’ de la época lo definió como “playboy y jugador”. No era para menos, ya que su colección de queridas era casi tan grande como sus ases bajo la manga cada vez que jugaba al póker. Un nombre, el de Guggenheim, más popular que el de los cinco hombres que han querido contemplar la aureola de leyenda que rodea al barco y que también pueden haber perdido la vida. Como también lo fueron, por ejemplo, los de Isidor e Ida Straus, dueños de los famosos almaecenes Macy's (son los ancianos que perecen abrazados en una de las secuencias más famosas de la película de Cameron).

placeholder Benjamin Guggenheim. (CP)
Benjamin Guggenheim. (CP)

Presagios

Lo que tampoco ha ocurrido con el Titan, más allá de los contratos que estipulaban hasta tres formas diferentes de morir para aquellos que se metiesen en el sumergible, es que existan una serie de presagios que anuncien un desastre inminente. Algo que sí ocurrió con el Titanic. Un ejemplo: se produjo un incendio en uno de los depósitos de carbón del barco días antes de iniciar el viaje. Aunque parezca mentira, el fuego seguía activo cuando el transatlántico comenzó su andadura por las aguas del Atlántico. Ha habido, desde entonces, varias teorías que culpabilizan al fuego del hundimiento, al reducir este la integridad estructural del casco y aumentar los daños del golpe del iceberg.

Otra de las historias más locas sobre esta maldición hablan de una momia. Sí, como lo leen: una momia. Según el periodista William T. Stead, que iba a bordo del Titanic, existía una "momia de la mala suerte", cuyo sarcófago representa a una sacerdotisa del dios Amón Re. Esta fue adquirida en el siglo XIX por un viajero inglés en Egipto y, según les contó Stead a otros tripulantes a bordo del barco, también navegaba junto a ellos porque había sido adquirida por un pasajero norteamericano. La momia se encuentra expuesta hoy día en el British Museum, pero sus expositores niegan rotundamente que esta viajase alguna vez en uno los camarotes del Titanic.

placeholder Fotograma de la película 'Titanic'. (Disney)
Fotograma de la película 'Titanic'. (Disney)

Con presagios o sin ellos, resulta especialmente aterrador que el mal fario siga rodeando todo lo que tiene que ver con el Titanic. A la espera de saber si Paul-Henri Nargeolet, uno de los principales expertos mundiales en el naufragio, el piloto ruso Stockton Rush, el buzo Paul-Henri Nargeolet y el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo, Sulaiman Dawood, salvan sus vidas, la desaparición del Titan nos vuelve a recordar la leyenda del barco. Las aguas heladas, el iceberg, la orquesta que tocó hasta el final, ‘las mujeres y los niños primero’… Todo lo que rodea al Titanic parece fruto de una historia del Antiguo Testamento. También en este 2023, en el que su nombre se ha visto relacionado con una cuenta atrás que lleva ocupando portadas toda esta semana. El Titanic sigue siendo 'trending topic' 111 años después de su hundimiento. La leyenda (y la maldición) continúa...

El mundo entero contiene la respiración ante el rescate del sumergible Titan, cuya señal desapareció cuando bajaba a las profundidades para observar de cerca los restos del naufragio más famoso de la historia, el del Titanic. Se trata de una de esas noticias que despiertan el interés colectivo, que se debaten en oficinas y lugares de ocio; que se viven como una narración, una emocionante cuenta atrás de la que todo el mundo es partícipe. A los humanos siempre nos gustó que nos contasen historias. Solo que esa narración es tristemente real y lo que está en juego son las vidas de cinco personas, los pasajeros de ese submarino del que aún no se encuentra rastro.

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