'Kamalastra' Harris: la curiosa relación de la candidata de EEUU con los hijos (y la exesposa) de su marido
Cuando Harris y Douglas Emhoff se casaron en 2014, él lo hacía en segundas nupcias. Venía de un primer matrimonio de 16 años con la productora de cine Kerstin Emhoff, y con dos hijos en sus brazos: Cole y Ella
Aunque una de las críticas más controvertidas y duras por parte de los republicanos hacia Kamala Harris ha sido su condición de mujer sin hijos, la realidad familiar de la que podría ser la primera presidenta de los Estados Unidos es una verdadera unidad emocional con los dos hijos de su esposo, el potencial "primer caballero", Douglas 'Doug' Emhoff, quienes le han puesto a su madrastra el cariñoso apodo de 'Momala', mezclando su nombre con mom (mami en inglés).
Cuando Harris y Emhoff se casaron en 2014, él lo hacía en segundas nupcias. Venía de un primer matrimonio de 16 años, entre 1992 y 2008, con la productora de cine Kerstin Emhoff, y con dos hijos en sus brazos: Cole y Ella.
Pero esto no es un cuento de Disney con pérfidas madrastras, sino una familia oficial estadounidense que rebosa armonía y felicidad, por lo que todos (Kamala, Doug, Kerstin, Cole y Ella) estuvieron presentes y sonrientes con fondo azul en la Convención Demócrata estos días en Chicago. Han lanzado mensajes de apoyo inquebrantable todos, incluyendo la exmujer de Emhoff. Agradecidos y emocionados, como diría Lina Morgan. ¿Nos lo creemos? Veamos.
La más entusiasta en redes ha sido Ella, de 25 años, quien tiene una empresa entre la moda y el arte basada en cuadros tejidos en punto de cruz. Vestida con un look nerd con un toque cool (traje de cuadro escocés en azul, gafas superlativas y un bolso mínimo con una cookie por broche), ha optado por el entusiasmo colindante con la histeria típicamente estadounidense: "Si me visteis llorar en la televisión, no habéis visto nada", decía en su post. "Era broma. Estaba llorando como una bebé. Aquí una hija y una hermana muy emocional. La palabra orgullo no alcanza para describir cómo me sentí anoche", publicaba en sus redes donde, por cierto, se ha ganado etiqueta de influencer, pues le siguen más de 366.000 personas, aunque ni Douglas ni Kamala ven sus posts y ella lo prefiere. No así su madre, Kerstin, que así se dio cuenta de su primer tatuaje. Ahora tiene unos cuantos y eso, con su humor y sus estudios en la escuela Parsons de Nueva York, la acercan a un público de la generación Z que, sin duda, falta le hace al partido demócrata. Y Ella maneja, además, muy bien los medios: ha hecho entrevistas a diseñadores neoyorquinos como Proenza Schouler.
Ya en 2021, describió en una entrevista con el New York Times que su familia tiene "una dinámica muy guay". "Y creo que es un buen modelo enseñar que puedes tener algo así y que no es nada raro tener una buena relación o incluso ser amigo de tu ex. De hecho, es algo muy sano", explicó.
Menos orientado a las redes, pero con un protagonismo más oficialista, estaba Cole, el hijo mayor de Douglas y Kerstin (tiene 29 años), que no solo subió al estrado con su padre (vestido con traje y corbata, más tradicional), sino que compartió en las redes un vídeo de apoyo de lo más emotivo, producido, además, por su madre. ¿No lo han visto todavía? Derrite hasta al más cínico y, aunque reconoce que para él no fue fácil que sus padres se separaran cuando él todavía estaba en la primaria —y tras mostrar una foto de su padre de muy buen ver sin camiseta en sus años mozos— entra en materia en lo que se refiere a Kamala, a la que describe como "la cita a ciegas que cambió dramáticamente nuestras vidas para siempre".
Recuerda cómo su hermana y él se reían mientras los veían "enamorarse como adolescentes", y fue en el año 2014 cuando tras la boda le pusieron el apodo de 'Momala', suponemos que sin ser conscientes de la problemática pronunciación para el hispanohablante ("mámala"). Fue entonces cuando Kamala enseñó a su padre "a cocinar de verdad y tomó el control de las cenas de los sábados", dice cariñoso.
En aquella entrevista con el New York Times junto a su hermana Ella, él dio más chicha, no sin cierta ingenuidad. “Recuerdo que una vez vi un tuit en el que había una foto de Kamala en la audiencia contra Kavanaugh (Brett Kavanaugh, el juez que al ser nominado para el Tribunal Supremo vio cómo se abría contra él un caso de agresión sexual) y decía: 'Odiaría tener que mirar a esa cara al explicar por qué me he saltado el toque de queda'. Y pensé. 'Yo tengo que hacer eso, literalmente'", para luego describir la relación de ella con su padre, diciendo que "cuando están juntos son acaramelados casi hasta la náusea. "Es como '¿cuándo se les va a pasar?'", comentaba. Pero esas declaraciones, más que críticas, sonaban a confianza genuina y sentido del humor sano para parodiarlos. De hecho, en otra entrevista, esta vez para Glamour, reconoció que cuando conoció a Kamala fue amor a primera vista. Y lo que prueba definitivamente su buen rollo es el hecho de que, cuando Cole se casó el 14 de octubre de 2023 con Greenley Littlejohn —una joven emprendedora que le presentó su hermana Ella— la que ofició su matrimonio fue la propia Kamala.
Todo queda en casa. Y tal como reconoció a People la ahora candidata a la presidencia, les dio un solo consejo: "que al final de cada día, buscaran la manera de buscarse, no importa lo cansado que uno esté o cuán lejos estén el uno del otro, y decirse 'te quiero'".
En lo profesional, Cole ha seguido los pasos de su madre y se dedica al sector del entretenimiento. Y es que Kerstin es quizás el lado más sorprendente de este pentágono de la familia moderna. 2024 ha sido un buen año para ella, pues su productora, Ventureland, consiguió su primera nominación al Oscar por el documental Bobi Wine: The People’s President, sobre el líder de la oposición en Uganda. Así que parece que la política también forma parte de la vida de esta mujer rubia de aspecto muy californiano, pero en realidad nacida en Minneapolis y con raíces suecas.
Su apoyo a la causa de Kamala no solo está en su presencia en la Convención Demócrata. Llegó a compartir la portada de Time en la que Kamala entraba mientras se veía a Joe Biden yéndose. Una imagen que no se corresponde con lo que Harris supuso para ella: aunque la reemplazó en el corazón de Douglas, ella se pudo quedar bien cerca. En sus redes, felicita a su exmarido los cumpleaños y muestra que, como buena feminista, cree en la sororidad, no en la rivalidad ante grandes mujeres como ella y Kamala. ¡Ah! Y también parece que es fan de Rafa Nadal. Pero, para lo que nos incumbe aquí, cuando criticaron a Harris por ser una mujer sin hijos, ella saltó como una fiera y la describió como "amorosa, cuidadora y protectora como una leona", aseguró en un comunicado conjunto con toda la familia. "Amo nuestra familia ensamblada y me siento agradecida de que Kamala forme parte de ella", remachó.
Tras los quebraderos de cabeza que provocó el hijo de Joe Biden, la controvertida prole de los Trump (provenientes de tres mujeres diferentes) o el gen de la melopea que corría por la familia Bush, todo apunta a que esta familia dará menos quebraderos de cabeza.
Y, por cierto, si a usted Kerstin, Cole y Ella les resultan familiares, es que quizás los vio este verano paseando por Madrid, pues allí pasaron sus vacaciones de julio, visitando el Museo del Prado y pasando a ver a la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso. ¿Volverán la próxima vez con Kamala y Doug como primera familia ensamblada de los Estados Unidos?
Aunque una de las críticas más controvertidas y duras por parte de los republicanos hacia Kamala Harris ha sido su condición de mujer sin hijos, la realidad familiar de la que podría ser la primera presidenta de los Estados Unidos es una verdadera unidad emocional con los dos hijos de su esposo, el potencial "primer caballero", Douglas 'Doug' Emhoff, quienes le han puesto a su madrastra el cariñoso apodo de 'Momala', mezclando su nombre con mom (mami en inglés).