Este es el importante motivo por el que Demi Moore se ha vengado de Hollywood

La actriz estadounidense acaba de cumplir 61 años estrenando su nuevo trabajo 'La sustancia', una película que es una crítica feroz al despiadado mundo de los cánones de belleza y a la presión estética que la industria de Hollywood somete a las actrices.

En la década de los 90, Demi Moore llegó a ser la actriz mejor pagada de la industria del cine, siendo visible no solo en sus trabajos cinematográficos sino también estando presente en los medios de comunicación y protagonizando portadas de revistas. Podemos imaginar la presión estética y las exigencias físicas a las que la actriz estuvo sometida durante todos esos años de su carrera.

La prensa de la época era mucho más despiadada con las estrellas de Hollywood, sobre todo con las mujeres. Tras saltar a la fama con su papel en 'Ghost', y el arrollador éxito de la cinta, Demi Moore se convirtió en carne de cañón para la industria audiovisual del 'star system'.

En 1991 fue portada de 'Vanity Fair' con su mítica fotografía desnuda y embarazada, una portada que recibió un aluvión de críticas feroces al atreverse a romper con los convencionalismos estéticos de la época. Tras el éxito de 'Ghost' llegó el fiasco de 'Striptease', película por la que la actriz se embolsó 12,5 millones de dólares, equiparando el sueldo de las mujeres al de los hombres por primera vez en la historia de la industria audiovisual.

Desafiar el 'status quo' del sistema le salió caro a la actriz, que fue vapuleada por las críticas y por la opinión social y terminó cayendo en el olvido. Tras un nuevo fracaso en taquilla con 'La teniente O’Neill', en la que Moore se rapaba la cabeza en una escena de la película, dejó de ser rentable. Atacada de forma despiadada por la prensa, perseguida por su relación con Bruce Willis y con Hollywood dándole la espalda, la actriz terminó en el ojo del huracán.

Pero ahora ha llegado el momento de la venganza de la actriz a través del papel que interpreta en 'La Sustancia', ganadora del premio a mejor guión en el reciente Festival de Cine de Cannes. La cinta es una venganza en toda regla contra la dictadura estética a la que Hollywood somete a las mujeres apartándolas de la industria por su físico o por el mero hecho de envejecer.

Podríamos hablar de que la actriz se interpreta a sí misma en muchos momentos de la cinta que parecen ser autobiográficos con respecto a su paso por Hollywood, marcado por las críticas y la presión estética, y que ha servido a Demi Moore como su particular venganza ante todo lo que sufrió a manos de la industria audiovisual norteamericana y cuya interpretación acapara todos los elogios de la prensa especializada.