Kendra Spears, exmujer del Aga Khan, vuelve a trabajar en la moda tras once años fuera de las pasarelas y dedicada a ser princesa

Cuando el pasado febrero fallecía el Aga Khan, la vida personal de su hijo mayor y sucesor, Rahim, volvía a los titulares, enfocados principalmente en un silencioso divorcio que había tenido lugar tres años antes y que se había llevado con la misma discreción que toda su relación. Ahora, la exmujer del nuevo Aga Khan, Kendra Spears, ha vuelto a su trabajo en la moda tras once años alejada de las pasarelas y dedicada a ser princesa. También, como todo lo que ha hecho en los últimos años, con la misma reserva.

El escenario para esta vuelta a lo grande al mundo de la moda, el escenario, el desfile de las nuevas propuestas de Chanel el pasado lunes en la Semana de la Moda de París, que reunía en el 'front row' a caras como Penélope Cruz, Úrsula Coberó o Carlota Casiraghi. Sobre la pasarela pasaba en un primer momento desapercibido el rostro de Kendra Spears, que regresaba así al trabajo que tuvo que dejar por su matrimonio con el hijo del Aga Khan.

No fue una ruptura profesional abrupta, sin embargo. Fue Naomi Campbel la que los presentó en una fiesta religiosa y no tardó en haber flechazo. La pareja anunciaba su compromiso en 2023 y se casaba poco después en Ginebra, donde establecieron su residencia principal. Ella entonces dejaba de ser Kendra Spears para pasar a ser la princesa Salwa Aga Khan y se convertía al Islam, condición obligada para casarse con el guapo imán, como otras mujeres occidentales que han de abrazar la religión de sus maridos.

Pero aún pasaron unos meses antes de que ella abandonara su trabajo como modelo. En 2014, protagonizó una sesión de fotos en Miami, con varios looks compuestos de shorts y camisetas juveniles, dando lugar a una imagen muy diferente a la de su boda, con un look nupcial fiel a la tradición musulmana y mucho más recatado que los estilismos a los que ella estaba acostumbrada por su trabajo.

Fue la última vez que Kendra Spears trabajó como modelo. Cambió a partir de entonces los shorts y minifaldas de los 'shooting' y pasarelas por los trajes de chaqueta y los collares de perlas y las cámaras de fotos por la diplomacia y las labores filantrópicas a través de la Aga Khan Development Network, centradas en la educación, la cultura y la cooperación internacional.

Ya convertida en Salwa Aga Khan, renunció a su proyección internacional y a un exíto fulgurante, después de trabajar y modelar para firmas como Gucci, Hermès, Valentino o Dior. Había sido una de las caras más solicitadas de su generación, especialmente por sus característicos rasgos, con ese lunar sobre los labios que recordaba mucho a Cindy Crawford y del que aseguró en muchas ocasiones sentirse orgullosa.

Su dedicación a partir de entonces fue la vida junto al Aga Khan y sus dos hijos, que nacerían en 2015 y 2017. Todo ello alejada de las cámaras que un día realizaron sus mejores retratos y consiguieron su mejor perfil.

Pero el gran titular llegó en 2022, cuando se anunció el divorcio de la pareja. Exactamente de la misma forma en la que habían llevado toda su relación, sin dar detalles y controlando ellos su propia información, sin comunicados oficiales, sin filtraciones, sin declaraciones. Ambos siguieron caminos separados, centrados en sus hijos y en preservar la privacidad familiar.

De hecho, nunca hubo noticias sobre problemas en la custodia o en el reparto del patrimonio, al contrario de lo que pasó con el segundo divorcio del anterior Aga Khan, uno de los más caros de la historia. Kendra Spears dejaba de ser princesa y volvía a ser 'civil', con el mismo silencio que la había acompañado durante su etapa vital junto al hijo mayor del poderoso tercer Aga Khan.

Pero han tenido que pasar tres años desde ese divorcio para que ella retome su trabajo como modelo y once años desde aquellas fotos de 2014 que suponían su adiós definitivo -al menos lo era en ese momento- al mundo de la moda.

Y lo ha hecho por la puerta grande, nada menos que en el desfile de Chanel que se celebraba el pasado lunes en la Semana de la Moda de París. Dos escenarios que pueden ser el sueño de cualquier modelo, al ser una de las firmas más cotizadas en la Alta Costura y ser la cita donde hay más prensa y que supone el mayor escaparate mundial, donde se mueve toda la moda.

Y el diseño que lució Kendra Spears sobre la pasarela, con algunos elemento tan característicos de la firma como el acolchado del bolso, la camelia o los botones joya, parecía un simbolismo de esos dos mundos tan opuestos que un día se unieron. Un look que mezclaba tradición y modernidad, las mismas que un día unieron la modelo y el Aga Khan.