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Probamos una sesión de TRX, el entrenamiento del ejército
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Probamos una sesión de TRX, el entrenamiento del ejército

El ejército americano (Navy SEAL) decidió que para mantener una condición física óptima en submarinos, muelles o cuarteles, necesitaban un TRX.

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El ejército americano (Navy SEAL) decidió que para mantener una condición física óptima en submarinos, muelles o cuarteles, necesitaba un método de entrenamiento que tuviera en cuenta la ausencia de los equipos y espacios necesarios para entrenar. Optaron por usar un cinturón de paracaídas cosido a mano con herramientas para la reparación de botes de goma. Así nació el TRX, con el que los militares desarrollaron una serie de ejercicios en los que el propio peso corporal era la base.

Al contrario que ellos, yo tengo a mi alcance todo tipo de máquinas en el gimnasio, pero saber que cuerpos tan esculturales como los de Gisele Bündchen, Gwen Stefani, Bar Refaeli o Jennifer Lopez son fruto del entrenamiento con TRX, me hizo sentir la necesidad de creerme inmersa en un submarino y probar la magia del entrenamiento en suspensión.

Agotador pero tremendamente efectivo, procedimos al siguiente paso: sentadilla con una sola pierna. Sin el sistema de suspensión sería muy complicado conseguir mantener la pierna de apoyo a 90 grados mientras la otra está totalmente estirada hacia delante, pero con el TRX es posible. Para trabajar los gemelos, tras centrarnos en los cuádriceps, hacemos el inicio de velocista, en el que simulamos el arranquede una carrera.

Cuando Sara me dijo que íbamos a trabajar los tríceps, una de las partes malditas del cuerpo de las mujeres, vislumbraba las agujetas del día siguiente. De espaldas al anclaje y con las cintas sujetas con las manos hacia fuera y piernas paralelas, estiramos los brazos y los subimos, de forma que los codos quedan por encima de los hombros. Al flexionar hombros e inclinar el cuerpo hacia delante, estiramos los brazos para regresar al punto de partida. Aguantécuatro repeticiones y quise llorar, así que optamos por modificar el ejercicio y hacerlo con una pierna delante de la otra para disminuir la dificultad. Eso sí: las agujetas no me las quitó nadie por culpa de los Triceps Press.

El curl de bíceps implica que nos pongamos de cara al anclaje, con las manos con las palmas hacia arriba en los estribos del TRX. Echamos el cuerpo hacia atrás, con las piernas cercanas al punto de anclaje hasta formar un ángulo de 45 grados. Como en el ejercicio anterior, si tu nivel es inicial, los pies pueden estar más cercanos a las manos. Estiramos los brazos y vamos haciendo flexiones con los codos.

Una de las cosas que más me gusta del TRX es que podemos hacer unos abdominales que yo suelo realizar con Fitball, los llamados Atomic Pike push-up. Nos ponemos de espaldas al punto de anclaje boca abajo y con los pies situados en los estribos del TRX. Las manos han de estar apoyadas en el suelo en posición de plancha. Elevamos los glúteos dibujando una uve invertida para luego volver a la posición inicial. Sara me comentó que también se pueden trabajar los oblicuos con gran intesidad si hacemos un crunch realizando la flexión de piernas en oblicuo, cada vez hacia un lateral del cuerpo.

Me fui de la clase sorprendida de la cantidad de ejercicios que se pueden hacer con la TRX, perfecto para trabajar todo el cuerpo y adaptarlo a todo tipo de niveles. Si te haces con uno (cosa que yo hice según abandoné el gimnasio), puedes llevarlo contigo a cualquier viaje y entrenar como si estuvieras en un gimnasio. Trabajar con la autocarga incita a aumentar nuestra fuerza y resistencia muscular, así como a tonificar.

Martín Giacchetta, director y cofundador de Boutique Gym, me asegura que con una clase de 50 minutos, se pueden quemar hasta 600 calorías. Con dos clases a la semana, sentencia, notarás una mejoría notable en tu silueta.

El ejército americano (Navy SEAL) decidió que para mantener una condición física óptima en submarinos, muelles o cuarteles, necesitaba un método de entrenamiento que tuviera en cuenta la ausencia de los equipos y espacios necesarios para entrenar. Optaron por usar un cinturón de paracaídas cosido a mano con herramientas para la reparación de botes de goma. Así nació el TRX, con el que los militares desarrollaron una serie de ejercicios en los que el propio peso corporal era la base.

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