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Si quieres una piel impoluta y sin un grano, no es jabón lo que necesitas
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CONSEJOS DE BELLEZA

Si quieres una piel impoluta y sin un grano, no es jabón lo que necesitas

Papel de cocina y muñequeras de peluche o cómo dos objetos anodinos pueden elevar tu rutina de limpieza facial

Foto: El jabón mola, pero no para la cara. (Unsplash)
El jabón mola, pero no para la cara. (Unsplash)

No se me olvida que la primera vez que conocí a Carmen Navarro, reina y señora de los centros de estética en España, me dio este consejo: “Después de lavarte la cara por la noche, no te seques con la toalla de las manos. Usa una solo para la cara y cámbiala cada día”.

placeholder Nunca más mil toallas acumuladas en el cesto de la ropa sucia. (Unsplash)
Nunca más mil toallas acumuladas en el cesto de la ropa sucia. (Unsplash)

Tardé un tiempo en seguir su consejo y lo hice un poco a mi manera, en pro de la ecología: corté varias muselinas de algodón de los bebés en seis trozos para poder usar una cada día y echarlas a lavar los sábados con las sábanas.

Recordaba esta anécdota cuando llegó a mi correo una de esas notas de prensa que llaman la atención al instante: “El skin papering es la nueva tendencia para cuidar la piel”. ¿Papering? ¿De 'paper', o sea, de papel? Sí, tal cual suena. Parece ser que el rollo de papel de cocina es el nuevo kit de toallas de cara.

Papel para secar la cara, ¿más higiénico?

Digo en el título que las muñequeras de peluche y el papel de cocina pueden elevar tu rutina de limpieza nocturna y no lo digo porque crea que así la piel se va a quedar más reluciente, sino porque juntos van a conseguir lo más importante de todo: que no te saltes la rutina. Porque tú y yo sabemos que todo son buenas intenciones hasta que llega la noche y estamos tan agotadas que podríamos desplomarnos contra el lavabo.

placeholder ¿Agotada al llegar a casa? Te tienes que desmaquillar igual. (Unsplash)
¿Agotada al llegar a casa? Te tienes que desmaquillar igual. (Unsplash)

Se impone hacerse la vida más fácil y estos dos objetos tienen esa función. Por un lado, el papel que –como ahora te explicaré- te ahorrará quebraderos de cabeza en forma de lavar-tender-doblar y, por otro, las muñequeras de peluche.

Muñequeras o puñetas de peluche para lavar la cara

Comencemos por ellas. En algunos sitios las llaman puñetas. Sí, como ese taco tan fuerrrrrte que decía tu abuela. Son, ni más ni menos, que muñequeras similares a las cintas de felpa que usamos para sujetar el pelo cuando nos disponemos al skincare.

Por cierto, spoiler: llevas toda la vida poniéndotelas mal:

No creerás que alguien ha creado algo tan estúpido como unas muñequeras para lavarse la cara hasta que las pruebes y entiendas. Si eres fan de la doble limpieza, seguro que más de una vez te habrá dado pereza el segundo paso (ya sabes, la espuma que se aclara) porque, al tomar el agua con las manos, esta se te suele derramar y acabas con las mangas del pijama empapadas hasta el codo.

Para que esto no te pase, ellas salen a tu rescate, absorbiendo toda esa agua para que tú puedas salpicar lo que haga falta sin efectos secundarios. Puede parecer una tontería, pero es bastante útil. Por aquí, a algunas nos ha cambiado la forma de ver la limpieza facial en el lavabo.

placeholder Foto: Cortesía.
Foto: Cortesía.

Son de microfibra, por lo tanto, muy suaves y con gran capacidad de absorción. Cuestan 14,97€ (6 piezas).

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Skin papering: el papel de cocina y la salud de tu piel

Recomienda Carmen Navarro (y a quien preguntes que se dedique al cuidado de la piel) que no conviene pasar por la cara la misma toalla con la que te secas las manos. Y, mejor que mejor, usar papel. El motivo es que, según argumenta Bella Hurtado, directora de formación de la exquisita marca de cosmética Boutijour, utilizando papel se reducen dos problemas: las bacterias y las rozaduras.

“Es bastante común que no lavemos las toallas a diario. Puesto que tienden a acumular humedad, este se convierte en el alimento perfecto para que proliferen determinadas bacterias”, explica la experta, que añade: “Empleando un papel absorbente esquivamos este problema, puesto que es desechable. Así, no entrarán las posibles bacterias en contacto con la piel y se frenarán los procesos infecciosos”.

Foto: Nuevas formas de cuidarte. (Sebastian Coman para Unsplash)

Por otro lado, está el tema de secar la piel como si, a veces, quisiéramos arrancárnosla. Ya hemos dicho por aquí muchas veces que a la piel lo que mejor le sienta es el mimo, el ir con cuidado, tratarla suavemente… Es decir, lo contrario de frotar y frotar con una toalla, por suave que esta sea. Si el proceso de limpieza puede a veces alterar la piel al desequilibrar los niveles de pH, según el limpiador que se use, esto empeora si la irritamos con una toalla. Al menos, así lo defiende Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.

Dicho todo esto, es el momento de enterarse cómo usar correctamente el papel de cocina para secar la piel (no sin antes aclarar que puede ser también un tisú suave): “La técnica debe realizarse sin arrastrar, solo con suaves presiones, como si quisiéramos sellar la piel, para que el papel vaya absorbiendo el exceso de humedad”, comenta Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8. Este cambio de toalla a papel puede ser especialmente interesante para quienes tienen la piel muy sensible o tendencia al acné“.

No se me olvida que la primera vez que conocí a Carmen Navarro, reina y señora de los centros de estética en España, me dio este consejo: “Después de lavarte la cara por la noche, no te seques con la toalla de las manos. Usa una solo para la cara y cámbiala cada día”.

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