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El regreso del 'baking' está aquí: domínalo para matificar tu maquillaje sin matar la naturalidad
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De Kim K a TikTok

El regreso del 'baking' está aquí: domínalo para matificar tu maquillaje sin matar la naturalidad

La nostalgia que se apodera de las tendencias de moda ha recuperado un viejo conocido del maquillaje, los polvos traslúcidos, a través de la reinterpretación del 'baking'… ¿Lo llevaremos?

Foto: Maquillaje de doble acabado (jugoso y mate) en el desfile de Germanier. (Launchmetrics Spotlight)
Maquillaje de doble acabado (jugoso y mate) en el desfile de Germanier. (Launchmetrics Spotlight)

Corría el año 2016 cuando la moda de los maquillajes contouring se nos fue de las manos, creando rostros esculpidos con tantas sombras y luces. Para sellar, fijar y marcar aún más el contraste de claroscuros, Youtube popularizó un paso rutinario de los maquillajes profesionales, el empolvado.

Al aplicar polvos traslúcidos sobre las zonas maquilladas con un tono más claro, el resultado era más pulcro, aunque también, todo hay que decirlo, artificial. Así comenzó a popularizarse el 'baking'. Su traducción, ‘hornear’, hacía referencia al tiempo que se mantenían los polvos sobre la piel, como si el maquillaje se estuviera cocinando, aunque su apariencia empolvada y blanquecina que puede recordar a la mesa de trabajo de una panadería también explicaría su nombre.

placeholder La piel semimate es la gran aliada del nuevo 'baking'. (Launchmetrics Spotlight)
La piel semimate es la gran aliada del nuevo 'baking'. (Launchmetrics Spotlight)

La finalidad real de los polvos sueltos o traslúcidos es la de fijar el maquillaje al absorber el exceso de grasa y evitar que el producto se caiga. Esta cualidad, precisamente, contribuye a que la piel quede matificada, con ese acabado aterciopelado tan característico. Al aplicar los polvos traslúcidos en áreas que suelen ser calificadas como conflictivas por su tendencia a la grasa, como la nariz, la frente, la barbilla o la zona central del rostro, la grasa es absorbida y los brillos desaparecen.

Como consecuencia, el maquillaje no se mueve. El único riesgo es abusar de los polvos traslúcidos y que la piel quede demasiado seca, pudiéndose acumular en los pliegues y marcándolos más. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, que decía el tío Ben.

placeholder El 'baking' se utiliza para marcar la línea bajo el pómulo. (Launchmetrics Spotlight)
El 'baking' se utiliza para marcar la línea bajo el pómulo. (Launchmetrics Spotlight)

Sin embargo, el 'baking' utilizaba las propiedades de los polvos traslúcidos con otros fines. Siempre de la mano del contouring, que consiste en oscurecer unas aportes del rostro a iluminar otras para crear un juego de luces y sombras con el que marcar las facciones y hacerlas más prominentes o anguladas, el 'baking' se usaba para reforzar las zonas iluminadas. Así, pasaba entonces de sellar a ser un elemento de color.

En el 'baking', los polvos traslúcidos se aplicaban en el triángulo invertido bajo los ojos, bajo el hueso del pómulo y hasta la línea de la barbilla, además, por supuesto, de en el tabique de la nariz y en la zona T. El efecto final, si bien es cierto que no era del todo mate, sí resultaba muy artificial.

El corte entre las zonas ensombrecidas y las iluminadas era casi una línea geométrica, originando maquillajes más orientados a la fotografía que al día a día. Pero la originalidad del 'baking' era que ese polvo que se aplicaba con precisión y una beauty blender humedecida no se quedaba siempre en la piel. Tras maquillar el rostro, hacer el contouring y aplicar los polvos, se dejaba que estos actuaran, absorbiendo la grasa y los brillos durante unos minutos. Este tiempo solía ser invertido en maquillar los ojos con exactamente la misma cantidad de naturalidad del resto del maquillaje.

placeholder Las corecciones se sellan con polvos para mejorar su fijación. (Launchmetrics Spotlight)
Las corecciones se sellan con polvos para mejorar su fijación. (Launchmetrics Spotlight)

Pasado ese tiempo, se retiraba el exceso de polvo con una brocha gruesa, de tal modo que la piel quedaba matificada, pero no había sensación blanquecina -al menos si se había hecho un buen 'baking'-. Un beneficioso efecto secundario de esta técnica era que si algo de sombra había caído sobre el pómulo, al retirar la capa de polvos traslúcidos, se retiraba todo, sin que hubiera ningún riesgo.

El 'baking' en 2023

La artificialidad y lo engorrosa de la técnica del 'baking' hicieron que este tipo de maquillajes cayeran en desuso… Hasta que la generación Z volvió al pasado para reinterpretarla y adaptarla a uno de los maquillajes de moda, la cloud skin. La piel de nube se caracteriza por conseguir un acabado mate más discreto y natural, que no enmascare la piel y que solo esté presente en algunas zonas.

Y así llegamos al 'baking' de 2023, una fusión de técnicas que se adapta a las necesidades y gustos actuales. TikTok se ha llenado en poco tiempo de tutoriales que explican las diferencias entre el viejo 'baking' y el actual. Más de 26 millones de reproducciones confirman el regreso del 'baking'.

Esta nueva versión de 2023 cuenta entre sus principales variaciones la cantidad y propiedades del producto, además de las delimitadas zonas de aplicación y la forma de difuminar el horneado. El tiempo de cocción sigue siendo el mismo. Son varios los tiktokers los que se desgañitan a recordar que el 'baking' solo estaría recomendado para las pieles más grasas y que lo más importante es aplicar el polvo para sellar las correcciones, especialmente bajo los ojos.

“Blend, set, bake”, decía el maquillador Spencer, una auténtica estrella de las redes sociales; y resulta que es un buen resumen: difumina las correcciones, aplica los polvos traslúcidos y hornea. En 2023, vemos menos polvos blancos en pro de maquillaje compacto, cuyos polvos son menos pesados y más naturales. Esta cualidad hace que a la hora de retirar el exceso y difuminar, la piel quede aterciopelada pero sin cortes drásticos.

El nuevo 'baking' nace como una clara adaptación de la técnica de la década de 2010 a las pieles de nube que se inspiran, precisamente, en los maquillajes de los 2000, pero con técnicas y productos mejorados. Así que sí, es un hecho, volveremos al 'baking', en su versión más soft.

Corría el año 2016 cuando la moda de los maquillajes contouring se nos fue de las manos, creando rostros esculpidos con tantas sombras y luces. Para sellar, fijar y marcar aún más el contraste de claroscuros, Youtube popularizó un paso rutinario de los maquillajes profesionales, el empolvado.

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