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El maquillaje 'chica vainilla' es la última invención de las redes sociales y llega directamente de los 2000
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Inspiración 2000

El maquillaje 'chica vainilla' es la última invención de las redes sociales y llega directamente de los 2000

Pieles naturales y ultrailuminadas que rezuman juventud. La inspiración de los maquillajes dulces de los años 2000 hacen su gran regreso a través de la tendencia 'vanilla girl'

Foto: Mia Regan es un ejemplo de maquillaje 'vanilla girl'. (Francais Duran)
Mia Regan es un ejemplo de maquillaje 'vanilla girl'. (Francais Duran)

Todo vuelve, es un hecho. Pero que apenas hayan pasado 15 años desde que creáramos paneles aspiracionales aglutinando macarons y sesiones de fotos ambientadas en los 60, mientras de fondo sonaba Hilary Duff, da, cuando menos, vértigo.

Amparadas por las tendencias Y2K (literalmente significa 'year 2000'), la generación Z recupera una a una todas las tendencias que llevamos en aquella década y, tras las sombras escarcha del efecto 2000 al estilo de Kylie Minogue, la nueva moda es recrear los maquillajes en los que la piel apenas llevaba base y el único propósito era conseguir mucho brillo, bien fuera a través del gloss de labios, bien a través de las sombras de ojos nacaradas. Toda esta estética casi infantil se recoge bajo el término ‘vanilla girl’ o ‘chica vainilla’ y cuenta con un importante aliado: la cosmética actual.

Si hace veinte años atesorábamos un gloss de Pupa Milano y el colorete rosa era la cumbre de la sofisticación, dos productos claves para crear ese rostro bucólico y natural (por pura casualidad, pues no era el objetivo en absoluto), ahora TikTok ha conseguido recrear los maquillajes que lucían las protagonistas de ‘Chicas malas’ a través de corrector, rubor en crema, iluminador, gel de cejas, máscara de pestañas y gloss.

Cuando veas un tutorial de maquillaje rápido en el que, a través de la técnica del puntillismo beauty, se enumeran todos estos cosméticos, estarás antes un maquillaje 'chica vainilla'. La idea principal es la de crear un rostro muy poco recargado, pero con los aderezos suficientes para resultar adorable y favorecedor. La tendencia de maquillaje ya acumula 410M visualizaciones bajo el hashtag #vanillagirl y 19.1M visualizaciones bajo #vanillagirlmakeup en TikTok, y su influencia se extiende hasta el rostro de ‘it girls’ como Matilda Djerf o Mia Regan, además de transformarse en bodegones aspiracionales en Instagram, al estilo de los tablones motivacionales de la adolescencia.

El maquillaje de 'chica vainilla' se posiciona así como una de las tendencias más transversales del momento, no solo al estar presente en varias plataformas, sino también porque se puede aplicar al cabello (los rubios capeados y esponjosos en melenas largas rematan la estética), a la ropa o incluso a la decoración. En la cultura popular, el término 'vainilla' se utiliza para describir cosas suaves, románticas e incluso cursis, además de estar vinculado con las relaciones sexuales más convencionales, algo que puede acercarnos a ese concepto de estética más suave e inocente.

placeholder Fotograma de 'Chicas malas'. (Cordon Press)
Fotograma de 'Chicas malas'. (Cordon Press)

El paso a paso

El 'vanilla girl' reduce radicalmente el uso de base de maquillaje, convirtiendo el corrector en el único producto con el que camuflar imperfecciones o igualar el tono, pero sin caer en el microconcealing. Tan solo se aplica corrector bajo la mirada, para cubrir ojeras e iluminar la zona.

El colorete, convertido en el cosmético revolución de esta temporada, es otro de los ingredientes fundamentales para conseguir ese rostro profusamente ruborizado, pero siempre en un tono muy natural. Para crear un maquillaje vainilla, el rubor siempre debe ser cremoso y rosa. Entre los más utilizados en TikTok para estar trend, encontramos el Soft Pinch de Rare Beauty o el siempre agotado Glowgasm Beauty Light Wand de Charlotte Tilbury.

La zona del rubor, lejos de limitarse a las manzanas de las mejillas, se extiende por todo el tercio medio, a veces con toquecitos, otras con brocha y otras utilizando el truco de Hailey Bieber de mezclarlo con crema hidratante.

Uno de los nuevos pasos en este maquillaje dosmilero es el gel fijador de cejas. Por aquel entonces, además de llevar las cejas finísimas, el uso de ese tipo de productos no estaba muy extendido, así que eso que nos llevamos con el 'chica vainilla'. Al darle forma y sellar el peinado de las cejas también se logra un acabado muy brillante en la ceja, una de las máximas de la tendencia.

Iluminador y gloss son también fundamentales. El primero, también siempre en texturas fluidas, se aplica en la parte alta del pómulo, la nariz y el arco de Cupido, pudiendo incluso extenderse a los ojos, para iluminar la mirada o sustituir la sombra de ojos. Encontramos un profuso uso de las sombras nacaradas y en tonos champán, que no buscan crear un degradado sino una pátina luminosa en el párpado.

La máscara de pestañas, primando siempre aquellas que las separen y potencien la sensación de pestañas muy largas. El ineludible paso final es el labial. Las opciones aquí se multiplican, pudiendo aplicar perfiladores marrones o anaranjados y rellenando el interior del labio con gloss incoloro o un bálsamo hidratante.

Estas serían las nociones básicas del maquillaje vainilla, pero no existen limitaciones cuando lo que se pretende es recrear la estética de los primeros dosmil. El delineado -ultrafino, eso sí, nada de 'Geordie Shore'- o los maquillajes de ojos más marcados, inspirados en los cut crease sesenteros, también son opciones muy repetidas en las redes sociales.

La guinda del look 'chica vainilla' la ponen las melenas largas y con mucho volumen, a base de capas y rulos, y a poder ser en rubio frío o castaño claro y, por supuesto, el estilismo. Los jerséis crudos, suaves y con hombros al descubierto, perlas, velas perfumadas, libros de moda siempre blancos o postres son parte de la estética. Lo dicho, todo siempre muy vainilla.

Todo vuelve, es un hecho. Pero que apenas hayan pasado 15 años desde que creáramos paneles aspiracionales aglutinando macarons y sesiones de fotos ambientadas en los 60, mientras de fondo sonaba Hilary Duff, da, cuando menos, vértigo.

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