Todo lo que esconde el falso maquillaje a "cara lavada" de Meghan Markle en París
La presencia de Meghan Markle en la Semana de la Moda de París no ha pasado, en absoluto, desapercibida y su look beauty tiene parte de la culpa, del moño al lápiz de ojos
Más allá de en ‘With love, Meghan’, cuesta recordar con precisión cuál fue la última vez que vimos el rostro de Meghan Markle frente los focos, pero su aparición como invitada sorpresa al desfile de Balenciaga nos sorprendió doblemente este fin de semana.
Mientras muchos ojos se centraron en su look minimalista y discreto, en realidad, su maquillaje era la perfecta representación de las corrientes de maquillaje que vienen. En la primera aparición de Meghan, vimos a la duquesa a “cara lavada” y con un moño pulido, lo que se conoce popularmente como un ‘clean look’.
Pero, al observar las fotografías con detenimiento y tras ver segundo look en esa misma jornada, descubrimos que, en realidad, el rostro de Meghan estaba perfectamente maquillado, sin prescindir de ningún producto. La intención de su maquillador (Daniel Martín) era la de emular el efecto de un rostro al natural, un nuevo clean look que se acerca mucho a algunas de las tendencias de maquillaje de la próxima temporada.
Como si de una visión en una bola de cristal se tratara, ya te adelantamos que las tendencias de maquillaje que están por llegar huyen en dirección contraria al efecto ‘cara lavada’. La pasarela lo confirma y, poco a poco, lo vamos comprobando en las calles.
En los últimos años, se ha perseguido el rostro perfecto, engañando al ojo para que creyera que no había maquillaje cuando, spoiler, siempre lo había. A partir de ahora, la corriente viene a arrojar algo de verdad, de modo que, sin caer en rostros artificiales, si se lleva base, corrector e iluminador, no se oculta, se nota, pero siempre está fundido con la piel.
En el caso de Meghan Markle, el primer apunte es que la piel lleva base para igualar el tono, correcciones para cubrir manchas, marca u ojeras, los polvos de sol se han aplicado profusamente y, sobre todo, el iluminador es uno el producto estrella. Vemos la piel de la Duquesa irradiar luz, según le den los focos.
El look blanco
Sin embargo, en este ‘falso clean look’ no queda todo ahí. Uno de los elementos más icónicos del maquillaje de Meghan siempre ha sido acentuar la mirada. En su etapa dentro de la familia real británica, la máscara de pestañas era su mayor alidada, combinada, a veces, con un delineado en lápiz marrón para oscurecer el nacimiento de las pestañas. Tras su salida, la ex actriz recuperó las sombras de ojos para llenar de matices su mirada.
En la actualidad, como hemos podido comprobar en París, Meghan ha recuperado sus viejos trucos de belleza y ha sacado a pasear los lápices de ojos para jugar con la mirada, intentando lograr el efecto de que iba a cara lavada -en el look de colores claros- y ligeramente maquillada -en el look de negro-, cuando, en realidad, en ambos uba perfectamente maquillada.
Look negro
En el look de llegada, aprovechando el color claro de la ropa, se buscaba acentuar la idea de que iba a cara lavada, pero se puede apreciar el uso de iluminador de brillo perlado en la parte alta del pómulo, igual que el paso algo más intenso del bronceador para marcar el pómulo. En cuando a los ojos, están enmarcados con un lápiz de ojos cremoso marrón, tanto en el párpado superior como en el inferior.
De este modo, el ojo parece entornado, pero su trazo es casi imperceptible, un truco de maquillaje que la reina Letizia usa constantemente. Tampoco faltaron la máscara de pestañas y el bálsamo labial para dejar la boca jugosa, pero sin color, para continuar la fantasía de que apenas había maquillaje. Gracias al post que la propia Meghan compartía en Instagram, para conseguir ese tono de labios tan sutil, Daniel Martin utilizó varias barras de labios de Tom Ford... Nada en su look era casualidad.
En el segundo look, el maquillaje es el mismo, se intensifica el bronceador y el iluminador para lograr una estética más nocturna. En la mirada, el lápiz de ojos marrón pasa a ser negro y, en vez de limitarse solo a perfilar la línea de las pestañas superiores e inferiores, también se pasa por la línea de agua. El resultado es una mirada que parece más maquillada, pero muy sutil, effortless chic.
Básicamente, Meghan llegó con la piel preparada y el maquillaje empezado e intensificó algunos elementos. El rubor en sus mejillas -ligeramente melocotón- se reaplicó, las cejas, que estaban previamente peinadas, se rellenaron con lápiz para el segundo look. Básicamente, hizo una efectiva para en boxes para sublimar el look, haciéndolo pasar por un maquillaje rápido cuando, en realidad, estaba perfectamente ejecutado.
Lo que Meghan y su maquillador buscaban era lograr un rostro que pareciera que no iba maquillado, para lograr el ansiado look no makeup-makeup, una tendencia que esta temporada está llamada a ir desapareciendo en pro de maquillajes más elaborados, como el del segundo look de la Duquesa, así que nos apuntamos su truco de intensificar el maquillaje con el lápiz de ojos como varita mágica.
Más allá de en ‘With love, Meghan’, cuesta recordar con precisión cuál fue la última vez que vimos el rostro de Meghan Markle frente los focos, pero su aparición como invitada sorpresa al desfile de Balenciaga nos sorprendió doblemente este fin de semana.