Stéphane Rolland y la escultura del movimiento: un desfile inolvidable con Nieves Álvarez (cómo no)
La colección Primavera-Verano 2025 se construyó sobre una base de volúmenes escultóricos y siluetas monumentales, en una paleta que osciló entre la profundidad del negro y la pureza del blanco
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La Semana de la Alta Costura de París vivió esta tarde uno de sus momentos más impactantes con el desfile de Stéphane Rolland, un diseñador que entiende la moda como una forma de arte. En una pasarela cargada de dramatismo y sofisticación, su musa eterna, Nieves Álvarez, inauguró el espectáculo con una presencia que reafirmó la esencia de la maison: elegancia, fuerza y teatralidad.
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La colección Primavera-Verano 2025 se construyó sobre una base de volúmenes escultóricos y siluetas monumentales, en una paleta que osciló entre la profundidad del negro y la pureza del blanco. Las transparencias estratégicas y las estructuras geométricas aportaron una sensación de modernidad futurista, mientras que los tejidos etéreos daban la impresión de flotar con cada paso. Desde los vestidos que envolvían el cuerpo con ondulaciones fluidas hasta los diseños más rígidos, cada look parecía una obra arquitectónica en movimiento.
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El dramatismo de la colección se vio acentuado por accesorios y peinados que evocaban figuras icónicas del cine y la ópera. Los tocados geométricos y los recogidos estructurados reforzaban la sensación de poder y sofisticación, como si las modelos fueran esculturas vivientes de una era intergaláctica. En algunas piezas, las mangas desbordantes y los hombros marcados añadían una dosis extra de teatralidad, recordando la estética imperial de tiempos pasados.
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Sin embargo, el punto álgido del desfile llegó con la aparición de un vestido blanco que robó el aliento del público. Una pieza etérea adornada con plumas desbordantes, que parecían expandirse con el movimiento como si de un ser alado se tratase. La combinación de ligereza y estructura en este diseño encapsuló a la perfección la visión de Rolland: un equilibrio entre la grandiosidad y la fluidez, entre la escultura y el aire.
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A medida que el desfile llegaba a su fin, la ovación fue inmediata. Stéphane Rolland no solo presentó una colección de alta costura, sino que ofreció un espectáculo donde la moda se convirtió en un vehículo para la emoción y la creatividad. Su propuesta reafirma que la alta costura sigue siendo un espacio donde el arte y la moda se encuentran, y donde su nombre sigue grabado con fuerza en la memoria de todos los asistentes.
La Semana de la Alta Costura de París vivió esta tarde uno de sus momentos más impactantes con el desfile de Stéphane Rolland, un diseñador que entiende la moda como una forma de arte. En una pasarela cargada de dramatismo y sofisticación, su musa eterna, Nieves Álvarez, inauguró el espectáculo con una presencia que reafirmó la esencia de la maison: elegancia, fuerza y teatralidad.