7 semillas comestibles: fuente de energía natural y aliadas para perder peso de forma saludable

Una alimentación equilibrada cuenta con todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita y en las cantidades adecuadas, pero también tiene que ser una forma de alimentación divertida. Es decir, variada y que nos invite a experimentar en la cocina con nuevos ingredientes y recetas, para que podamos desterrar de una vez por todas la falsa idea de que comer sano es aburrido.

Aunque no sean una novedad, no es muy habitual contar con las semillas durante las comidas. Sin embargo, estos pequeños aliados de nuestra dieta son un elemento estupendo gracias a sus propiedades. Por ejemplo, son muy ricas en fibra, son una estupenda fuente de energía y pueden ayudarnos a cuidarnos e incluso ayudar a que perdamos un poco de peso, gracias a su capacidad saciante.

Que estas semillas puedan llegar a ser una ayuda para adelgazar no quiere decir que sean milagrosas o que podamos conseguirlo solo con introducirlas en nuestra alimentación. Si queremos perder peso de forma saludable y efectiva, conviene que nos pongamos en manos de expertos que puedan ayudarnos.

Además de acompañar los cambios en nuestra alimentación con un aumento de la actividad física, que nos hará quemar más calorías y sentirnos mejor y con más energía. Ahora bien, beneficios para nuestra salud tienen, y muchos, como demuestran estos 7 ejemplos.

Semillas de chía

Parece mentira que algo tan pequeño como las semillas de chía pueda tener tantas propiedades y beneficios para nosotros. Estas semillas son una estupenda fuente de fibra, tanto soluble como insoluble, esto hace que mejore nuestra salud intestinal, además de lograr aumentar la sensación de saciedad, haciendo que tengamos necesidad de comer menos y que la sensación de hambre tarde más en aparecer, algo muy práctico cuando queremos perder peso.

Son ricas en antioxidantes, que ayudan a retrasar el envejecimiento prematuro, tienen una gran cantidad de proteínas, que también resultan saciantes, y contienen ácidos grasos omega-3, además de minerales como calcio, fósforo o magnesio. Asimismo, ayudan a reducir los niveles de colesterol y a regular los niveles de azúcar en sangre, disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes o la obesidad.

Hay muchas formas de incluir la chía en nuestra dieta. Por ejemplo, en forma de puding, es decir, añadiéndole alguna bebida vegetal (de almendras o soja) y endulzando con canela. También se puede tomar en ensaladas o yogures, pero si las tomamos hidratadas, aprovecharemos mejor sus beneficios. No conviene, eso sí, tomarla en exceso por su alto contenido en fibra, que puede provocar malestar estomacal.

Semillas de lino

Las semillas de lino destacan por su alto contenido en omega-3, pero también contiene ácidos grasos omega-6. Son también ricas en fibra, lo que nos ayudará a controlar el apetito gracias a su poder saciante, algo a lo que también contribuye su alto contenido en proteínas vegetales. Son antioxidantes y ricas en vitaminas, como las del grupo B o vitamina E, y minerales, como el magnesio, el potasio y el hierro.

También favorece la digestión, alivia el estreñimiento ayudándonos a eliminar toxinas y evita la retención de líquidos; regula los niveles de colesterol, así como los niveles de azúcar en sangre. Podemos consumirlas de una forma similar al resto de semillas, añadiendo un puñadito en la ensalada, pero estas en concreto es mejor que las tomemos molidas, por ejemplo, en nuestras recetas de dulces caseros.

Semillas de sésamo

Puede que hasta ahora solo hayas visto el sésamo o ajonjolí sobre los panes de hamburguesas, pero una vez que la conozcas más a fondo no vas a dudar en acercarte a la tienda más cercana y comprarla para incluirla en tus próximas recetas. Protege el corazón, ayudando a que los niveles de colesterol sean más bajos, tiene efecto antioxidante y refuerza el sistema inmune, protegiéndonos de ataques externos.

Favorece la salud intestinal, gracias a su alto contenido en fibra, ayuda a mantener una buena salud ósea y, gracias a las proteínas y ácidos grasos que contiene, protege el pelo y las uñas. Se pueden comer crudas o tostadas y las podemos incluir cuando cocinamos platos de inspiración oriental, pero también en ensaladas o recetas de pan o galletas.

Semillas de girasol

Estas son sin duda las más conocidas y, consumidas con moderación, pueden ser un estupendo snack de media tarde, pero calmar nuestra hambre no es la única propiedad que tienen las semillas de girasol, también contribuyen a mejorar nuestro estado de ánimo gracias a los aminoácidos que contienen. Mejoran la salud del cabello y la piel, ayudan a conciliar mejor el sueño y son buenas para nuestros huesos, gracias a la cantidad de calcio que contienen.

Semillas de amapola

Igual que sucede con otras semillas, las de amapola son fuente de proteínas vegetales y grasas saludables, y también ricas en fibra, en vitamina E, lo que las convierte en un estupendo antioxidante, y en minerales como el potasio y el calcio. Son una estupenda fuente de energía de calidad y por su alto contenido en fibra ayudan a prevenir el estreñimiento, también tienen efecto analgésico y ayudan a reducir el colesterol. Suelen tomarse en crudo y añadirse sin más a la comida.

Semillas de calabaza

Son ricas en omega-3, grasas buenas, fibra, antioxidantes y minerales como hierro y magnesio, por eso las semillas de calabaza son estupendas en nuestra dieta. Disminuyen la inflamación, combaten la anemia, aumentan el bienestar favoreciendo la relajación, regulan el azúcar en sangre, cuidan el corazón y favorecen la pérdida de peso, gracias a su alto contenido en fibra. Son un estupendo aperitivo, pero también se pueden añadir en cremas y sopas.

Semillas de cáñamo

Estas son ideales para lograr un cuerpo lleno de vitalidad, gracias a sus aminoácidos y ácidos grasos esenciales. Son de fácil digestión, refuerzan el sistema inmunitario, contienen omega-3 y triptófano, lo que las convierte en ideales para aquellas personas que tengan problemas para conciliar el sueño. Se puede añadir a salsas, sopas y guisos.

¿Te animas a incluir las semillas en tu dieta?