Inés Bultó y Bruno Oliver desde Marruecos: "La ayuda debe estar por encima de cualquier conflicto"
Estos dos empresarios españoles pasan largas temporadas en el país alauita. Ahora están sobre el terreno intentando ayudar desde sus negocios
Hace 15 años, un par de empresarios españoles, Inés Bultó y Bruno Oliver, de la saga de motociclistas, iniciaban una aventura hotelera en Marrakech, un riad en el centro de la Medina, que es uno de los rincones más auténticos de la ciudad. Tras más de una década al mando, decidieron que el Riad Abracadabra no podía estar solo y hace dos cogieron el petate para pasar temporadas más largas con sus familias en una nueva aventura: Casa Abracadabra, en la que la mujer de Bruno, Mercedes Bohórquez, ha tenido un papel fundamental en la decoración.
Cambiaron radicalmente de estilo de vida, abandonan por semanas el Madrid acomodado y se adaptan sin problemas a una cultura que ya conocían, pero con la que de verdad querían convivir de una forma intensa. Hace tan solo una semana y media volvieron de sus vacaciones al que ya pueden llamar hogar. Allí reanudaron la rutina diaria con clientes de los hoteles hasta que el viernes la tierra tembló. "Ayer sentí el rugido de la tierra y sigo con el corazón en un puño", nos decía el sábado la copropietaria de estos hoteles. Hemos hablado con ellos para que nos cuenten cómo está la situación días después.
¿Cómo está la situación?
Pues la situación en Marrakech está bastante controlada, pero donde se necesita ayuda de inmediato y a medio plazo es en los pueblos del Atlas, donde la situación es dramática.
¿Qué recuerdas de la noche del viernes?
Recuerdo el tremendo temblor mientras Bruno y yo dábamos una última vuelta por nuestro hotel. Luego nos pusimos a correr, Bruno hacia las habitaciones de los clientes para hacerlos salir al jardín y yo me fui lanzada al patio del personal para hacer lo mismo con nuestro equipo.
¿Qué es lo que más se ha visto afectado en Marrakech?
Las casas más antiguas de construcción tradicional.
¿Qué historia os ha roto el corazón?
Nos rompe el corazón la situación en todo el Atlas, donde en algunos pueblos no hay prácticamente supervivientes. Pero nos toca el corazón la solidaridad del pueblo marroquí, que ayer arrasó en todos los supermercados de Marrakech con todos los productos de primera necesidad para enviarlos a los pueblos del Atlas. En Tafza, el pueblo que hemos apadrinado, Khalid, nuestro amigo y director del ecomuseo Bereber (que ha quedado completamente destruido), nos acompañó a conocer a las familias que habían perdido sus hogares. La familia de Habiba cocina en un hornillo entre los escombros de sus casas y cuando llega la noche se van al bosque que rodea el pueblo para dormir debajo de los árboles. Esto mismo hacen más de 30 familias que se han quedado sin casa. Driss era el alfarero entrañable que les daba clases de alfarería a los niños en nuestra excursión. Junto con su familia tenía un taller donde fabricaban tazas, tayines, platos, jarrones, pequeñas koutoubias como souvenirs en barro. Su taller ha quedado completamente destruido, pero necesitan seguir trabajando para mantener a sus familias.
¿Cuál es el ánimo del pueblo marroquí?
El viernes la gente se asustó muchísimo porque la mayoría nunca habían vivido una cosa igual. El pueblo marroquí, en general, acepta lo que viene sin quejas ni lamentaciones e intenta tirar para adelante. Desde ayer en Marrakech, la gente intenta seguir con su trabajo y sus rutinas en la medida de lo posible y siempre ayudándose unos a otros. En los pueblos del Atlas, la situación es diferente porque en algunos todavía siguen intentando encontrar supervivientes.
¿Y de los turistas?
Al igual que los marroquíes, el viernes por la noche los turistas pasaron mucho miedo. Hubo incertidumbre y poca información, pero, en general, la gente pudo volver a sus hoteles pasadas las 3 de la madrugada.
¿Qué hacen unos empresarios como vosotros en una situación como esta?
Pues improvisar de la mejor manera posible ya que jamás nos habíamos visto en una situación igual. Después de hacer un control de daños iniciales, hicimos lo posible por tranquilizar y proteger a nuestro equipo y a nuestros clientes. E inmediatamente después pensar en cómo ayudar a los más damnificados por el terrible acontecimiento. Los detalles de nuestro proyecto de crowdfunding que hemos puesto en marcha para ayudar a la reconstrucción del pueblo de Tafza, nuestro pueblo amigo. Allí hemos enviado cientos de clientes en los últimos años a conocer su museo Bereber y sus talleres alfareros, que ahora mismo se han visto reducidos a escombros. Muchas viviendas se han derrumbado y hay gente durmiendo en la calle desde el sábado. Nosotros estuvimos allí el domingo viendo la situación y ayudándoles a organizar las prioridades. Hoy les hemos enviado un camión con colchones, mantas y productos de primera necesidad a la espera de empezar la reconstrucción de casas y talleres. Para colaborar podéis hacerlo a través del siguiente link.
¿Echáis algo de menos?
Más información con respecto a las acciones que va a llevar a cabo el Gobierno.
¿Cómo estáis viviendo la polémica de las ayudas francesas?
La ayuda debería estar por encima de cualquier conflicto político.
¿Qué habéis aprendido de este momento?
Que no somos nadie y que hay que disfrutar del momento. El viernes pasado, 30 segundos de sacudida cambiaron la vida a miles de personas.
Habéis vivido de todo en este país… ¿Qué tiene que es tan especial?
La generosidad de la gente, que, habiéndolo perdido todo, te invitan a unos frutos secos y un té a la menta entre los cascotes de sus casas.
Hace 15 años, un par de empresarios españoles, Inés Bultó y Bruno Oliver, de la saga de motociclistas, iniciaban una aventura hotelera en Marrakech, un riad en el centro de la Medina, que es uno de los rincones más auténticos de la ciudad. Tras más de una década al mando, decidieron que el Riad Abracadabra no podía estar solo y hace dos cogieron el petate para pasar temporadas más largas con sus familias en una nueva aventura: Casa Abracadabra, en la que la mujer de Bruno, Mercedes Bohórquez, ha tenido un papel fundamental en la decoración.