Maite Areal (mujer de Jaume Matas), la otra 'viuda' del caso Nóos

Año 2009. Jaume Matasy su mujer, Maite Areal, cenan en el restaurante Port Blau de la Colònia de Sant Jordi. Antes de sentarse a la mesa, el expresidente balear atiende un momento a los periodistas que han acudido a la miel de la presencia de Matas, que regresa a la isla de vacaciones tras su flamante fichaje por Pricewaterhouse en Nueva York. La familia se había trasladado a Estados Unidos después de las elecciones autonómicas de 2007. Según cuenta la prensa local, Matas aplacó con modestia el revuelo provocado por su presencia, habló con los periodistas de su experiencia americana y les pidió perdón por haber tenido que desplazarse hasta allí por "la simple chorrada" de su presencia en la isla. "Es una maravilla poder volver a la Colònia para comer pescado".

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Año 2018. Cientos de periodistas esperan en la Audiencia de Palma a que aparezcan Iñaki Urdangarin y Diego Torres para recoger sus órdenes de ingreso en prisión. También se espera a Jaume Matas, que ha sido condenado por el Tribunal Supremo a tres años y ocho meses de cárcel, pero no llega. El exministro ha decidido ingresar directamente en la cárcel de Aranjuez, en torno a la una de la tarde, y se ha ahorrado el paseíllo mediático. Lamentablemente, ya conoce los protocolos. Esta es la segunda condena firme de prisión contra el que fuera presidente balear y ministro de Medio Ambiente, que ya cumplió una pena de nueve meses en la cárcel de Segovia por tráfico de influencias en 2015.

Entre las múltiples causas judiciales que tiene (su nombre aparece en 14 de las 28 piezas separadas del caso Palma Arena), la Audiencia de Palma también le impuso una multa de 9.000 euros por cohecho. Según el tribunal, un hotelero amigo contrató en 2007 a Maite Areal como relaciones públicas de su establecimiento, un trabajo que ella nunca realizó. La esposa del también expresidente del PP insular recibió tres mil euros al mes, más dos pagas extra, y nunca, según declaró probado el jurado, realizó labor alguna para el mencionado hotel. Claro, estaba en Estados Unidos.

El reportaje en 'Lecturas'

Poco antes de irse a Estados Unidos, cuando Jaume Matas aún era president del Govern balear, él y Maite decidieron salir del anonimato de los periódicos para saltar a las revistas del corazón en un amplio reportaje de seis páginas en 'Lecturas'.

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Todavía hoy, las huellas de Areal en el Registro Mercantil la vinculan a la tienda de electrodomésticos que tenía Matas en Palma de Mallorca. Profesora de EGB y dependienta, Areal, de origen murciano, posaba en la portada de la revista junto a su marido y una sugestiva declaración del político: "Maite es mi princesa". En aquella entrevista le contaban a Javier de Montini que se habían conocido y enamorado en la Universidad de Valencia. Que estuvieron tres años de novios hasta que se casaron el 7 de enero de 1978. Y que sus tres hijos (Jaume, Jorge y Marta) eran lo mejor que les había pasado en la vida.

También explicaban que acababan de comprarse "un piso muy mallorquín", que luego la prensa bautizaría como "el palacete". Se trataba de un piso de 470 metros cuadrados en una casa señorial renacentista elegido por Maite, en pleno centro de Mallorca, que Matas compró por 900.000 euros y que ella se aplicó en decorar con todo tipo de lujos y siempre al contado.

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En las llamadas interceptadas por la Policía en las sucesivas instrucciones judiciales, varios imputados describieron a Areal como una mujer excesivamente interesada en el lujo a la que quizá le faltó prudencia (en una ocasión se compró en efectivo y con billetes de 500 euros un mini Cooper). Se gastó sumas millonarias en mobiliario, sofisticados artículos de electrónica, lujosos objetos de decoración y obras de arte. De hecho, cuando la guardia civil investigó el caso lo llamó operación Buckingham.

El ascenso social de Maite Areal fue paralelo al de su marido. En 2002, mientras su marido era ministro de Medio Ambiente, trabajó como asesora de educación del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Más tarde, cuando Matas volvió al Govern de las Islas, fue contratada por el Centro de Cálculo Balear. Allí ganaba unos 2.000 euros al mes. Luego se incorporó a la nómina de Martorell Asesores Tributarios, sin que se conozca realmente qué función desempeñó y, finalmente, en el hotel Valparaíso, donde su sueldo alcanzó los 3.000 euros y que luego, como ya hemos contado, fue considerado un cohecho.

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La subida fue más paulatina que la caída, vertiginosa. Queda para la historia aquel registro en plena Nochebuena de 2009, como contó Eduardo Colom, con el fiscal Horrach y el juez Castro buscando cajas fuertes ocultas en el palacete de Sant Feliu.

Hoy, la tercera 'viuda' del caso Nóos, la otra mujer junto a la infanta Cristina y Ana Tejeiro que ha visto materializarse la prisión para su marido, ha vuelto al semianonimato. El 'palacete' se vendió en el verano de hace dos años por 2,8 millones de euros, la mitad para ella, con lo que puede vivir.

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Cuando Matas estuvo preso en Segovia le visitó con regularidad y es previsible que haga lo mismo en Aranjuez. En Madrid viven también sus hijos. Jorge trabaja en un banco y Marta tiene un negocio online de farmacéuticos. Poco queda ahora de aquella 'princesa'.