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Chiquetete: auge y caída de un buen artista y un mal marido
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de la fama musical al personaje del corazón

Chiquetete: auge y caída de un buen artista y un mal marido

Pese a ser un personaje del corazón, también fue una de esas figuras musicales que, venciendo prejuicios, consiguió el respeto de los entendidos del flamenco por su voz y su presencia

Foto: Chiquetete con Isabel Pantoja. (Cordon Press)
Chiquetete con Isabel Pantoja. (Cordon Press)

Este domingo, el tanatorio donde se celebraba el funeral de Chiquetete, fallecido unas horas antes a los 70 años, vivió un pequeño escándalo. Carmen Gahona, mujer del cantaor, expulsó del lugar a Inma Cuevas, la mujer con la que se le ha relacionado en los últimos meses. La anécdota ejemplifica a la perfección lo que han sido las últimas décadas del artista, que aparecía más en los programas rosa que en los musicales. Pocos recordaban que, en su día, había cantado 'Esa cobardía' o 'A la puerta de Toledo' y que era una de esas figuras musicales de casete de gasolinera que, venciendo prejuicios, consiguió el respeto de los entendidos del flamenco por su voz quebrada y su presencia en el escenario.

En 2004 su imagen pública dio un vuelco cuando rompió con su segunda esposa, una Raquel Bollo que le acusó de malos tratos. La denuncia le apartó progresivamente de los dos hijos que había tenido con ella (Manuel, que también se dedica a la música, y Alba) y se convirtió en una cantinela constante en cientos de programas televisivos.

[LEER MÁS: Manuel Cortés, el hijo de Chiquetete que no contó con su apoyo para abrise camino]

placeholder Chiquetete y Carmen Gahona en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Chiquetete y Carmen Gahona en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Lo cierto es que el artista fue condenado por los tribunales y la percepción que se tenía de él cambió para siempre. Aunque se mantuviese en silencio, tanto Bollo como su siguiente pareja, Carmen Gahona (con la que había roto este mismo año), se convirtieron en habituales de tertulias y realities. Su nombre salía a colación muy a menudo.

Antonio Cortés, que así se llamaba, tampoco tenía demasiada relación con su célebre prima, una Isabel Pantoja que tenía sus propios asuntos que resolver. Por si faltasen pocos escándalos en su vida, hace menos de un año acudió a un colegio de Carmona disfrazado de Gaspar y le soltó a uno de los niños que él no era Rey Mago. “Yo soy cantante”, le dijo. En plena época de tribunales virtuales, las redes sociales se le echaron encima por el despiste. Había revelado el secreto de los magos de Oriente a un pobre niño que tenía cara de no entender absolutamente nada. Esta y otras anécdotas dejaron claro que el personaje del corazón se había comido al del artista.

placeholder Chiquetete en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Chiquetete en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Según los entendidos, Chiquetete había sido el creador de la canción flamenca. Nacido en Algeciras en el seno de una familia gitana, adoptó el nombre de Chiquetete porque una vecina natural de Alicante le llamaba 'xiquet'. En los años 70 ya empezó a ganar premios y en los 80 todo el mundo le reconoció su labor como el artista que sabía mezclar las baladas de amor con el flamenco. En 1988, por ejemplo, toda España vivió una fiebre de sevillanas a la que él no fue ajeno con su ' A la puerta de Toledo'.

En los años 90, esa carrera comenzó a declinar a la par que sus amoríos (de su divorcio de Amparo Cazalla a su segundo matrimonio y nuevo divorcio de Raquel Bollo) robaban protagonismo a sus discos de oro y platino (consiguió tres en 1982, 83 y 84).

Tras su fallecimiento, solo el tiempo dirá si para el gran público queda el recuerdo del maltratador, el personaje rosa o uno de los renovadores del flamenco más pop.

Este domingo, el tanatorio donde se celebraba el funeral de Chiquetete, fallecido unas horas antes a los 70 años, vivió un pequeño escándalo. Carmen Gahona, mujer del cantaor, expulsó del lugar a Inma Cuevas, la mujer con la que se le ha relacionado en los últimos meses. La anécdota ejemplifica a la perfección lo que han sido las últimas décadas del artista, que aparecía más en los programas rosa que en los musicales. Pocos recordaban que, en su día, había cantado 'Esa cobardía' o 'A la puerta de Toledo' y que era una de esas figuras musicales de casete de gasolinera que, venciendo prejuicios, consiguió el respeto de los entendidos del flamenco por su voz quebrada y su presencia en el escenario.

Isabel Pantoja
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