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Carmen Martínez-Bordiú: 36 años del accidente que cambió su vida
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Trágico aniversario

Carmen Martínez-Bordiú: 36 años del accidente que cambió su vida

Luis Alfonso, que estuvo ingresado, se recuperó de sus heridas físicas. Las del corazón nunca desaparecieron en la vida de Carmen

Foto: Carmen Martínez-Bordiú. (Ilustración: Jate)
Carmen Martínez-Bordiú. (Ilustración: Jate)

El 7 de febrero de hace treinta y seis años, la gran tragedia llegó a la vida de Carmen Martínez-Bordiú y del duque de Cádiz. El padre, los hijos Fran y Luis y Manuela Sánchez, a la que todos llamaban la Seño, regresaban a Madrid de noche. Sánchez se encargaba de los niños desde que nacieron y con los años se convirtió en una segunda madre para los hermanos Borbón. Esa vuelta cambió el destino de todos ellos y de la Seño.

Fue la abuela, Carmen Franco, que la conocía por haber cuidado a los siete hijos del gobernador civil de Coruña Prudencio Landín antes que a los nietos de su hija Carmen, la que la contrató. Los cuatro regresaban de un fin de semana en la estación de esquí de Astún, donde los hermanos habían participado y ganado varias medallas y sendas copas. El despiste del duque de Cádiz convirtió esa fecha en una tragedia irreversible que acabó con la vida de Fran. Un chaval de once años, despierto, simpático y con un carácter abierto más parecido a la rama Bordiú que a la Borbón. Acudía al colegio Molière, cerca del domicilio familiar de Pozuelo, donde estaba considerado como un excelente alumno, sobre todo, en las aptitudes deportivas. El pequeño cambiaría de centro tiempo después. Su padre, con la aprobación de la madre, le matriculó en el Liceo Francés.

placeholder Alfonso de Borbón, en su despacho. (Getty)
Alfonso de Borbón, en su despacho. (Getty)

Luis Alfonso, que estuvo ingresado, se recuperó de sus heridas físicas. Las del corazón nunca desaparecieron en la vida de Carmen Martínez-Bordiú. Mucho tiempo después, la actual duquesa le confesaría a Bertín Osborne en su programa 'En la tuya o en la mía' que “desde esa fecha nada volvió a ser igual”. Se encontraba en París y la telefoneó el rey Juan Carlos para decirle que su hijo había sufrido un accidente.

“Yo ya sabía, aunque no me lo dijera, que Fran había muerto”. La criticaron por no derramar lágrimas el día del entierro. Hasta muchos años después, no pudo verbalizar ese dolor: “No era capaz de llorar. La pérdida era demasiado fuerte. Cuando un dolor es tan fuerte se te secan las lágrimas”, contaba.

Carmen no quiso imponer a su hijo pequeño la vida en París y el chico se quedó al cuidado de sus abuelos cuando murió el duque de Cádiz. Recolocar emocionalmente a Luis Alfonso, aunque fuera a distancia, fue su prioridad.

Dos tragedias más

En muchas ocasiones se ha definido a Carmen como una mujer que se puso el mundo por montera. La actual duquesa de Franco prefiere no dar más explicaciones más allá de una declaración genérica sobre lo que fue la gran convulsión de su existencia: “La vida hay que vivirla al día. Nunca sabes cómo te puede cambiar en un minuto, como me sucedió a mí. He aprendido a vivir con la gente que ya no está. En el fondo somos todos energía, y esa energía la sientes”.

placeholder Carmen Martínez-Bordiú, en una imagen de archivo. (Getty)
Carmen Martínez-Bordiú, en una imagen de archivo. (Getty)

Para Carmen, estos pensamientos se convirtieron casi en un mantra. No solo por la desaparición de Fran, sino por la de Matilda, la hija de Jean-Marie Rossi. Seis meses después de su tragedia, moría en Bahamas la adolescente en un accidente náutico. Aún faltaba otra convulsión afectiva porque la fatalidad volvía a mostrar su cruda realidad: el duque de Cádiz moría practicando el deporte que más le gustaba.

Después del accidente que le costó la vida a Fran, su carácter cambió. Luis Alfonso se volvió más callado, más responsable. “Durante mucho tiempo continuó hablando de él como si estuviera aún vivo, y no quería que se tocasen sus cosas”, contaba Carmen Martínez-Bordiú.

Esta semana, el duque de Anjou recordaba a su hermano en un emotivo mensaje en su Instagram: “Querido Fran: hace 36 años te me fuiste... ¡Cuántas cosas han pasado que hubiera querido compartir contigo! Me haces mucha falta y siempre te tendré presente”.

El 7 de febrero de hace treinta y seis años, la gran tragedia llegó a la vida de Carmen Martínez-Bordiú y del duque de Cádiz. El padre, los hijos Fran y Luis y Manuela Sánchez, a la que todos llamaban la Seño, regresaban a Madrid de noche. Sánchez se encargaba de los niños desde que nacieron y con los años se convirtió en una segunda madre para los hermanos Borbón. Esa vuelta cambió el destino de todos ellos y de la Seño.

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