Aldara y Duarte Falcó, los hijos sin título del marqués de Griñón
Tras la muerte de Carlos Falcó, se supo que Tamara sería quien representaría el marquesado de Griñón por deseo expreso de su padre, pero ¿qué pasa con los pequeños?
El marqués de Griñón tuvo cinco hijos de sus tres primeros matrimonios. Con Esther Doña no hubo descendencia y, por lo tanto, los temas relacionados con los títulos nobiliarios no le afectan salvo el de ser, socialmente, marquesa viuda. Nada más. No hay discusión en este sentido y aparentemente tampoco hay problemas ni rencillas entre los hermanos por la decisión paterna.
En el caso de Tamara, estaba más que hablado que sería la VI marquesa de Griñón y así lo había comentado en privado cinco años atrás a unos amigos íntimos. La familia directa era conocedora de cómo quedaría en el futuro el organigrama nobiliario y ninguno se opuso. Mejor dicho, el único que podía haber exigido algo era Manuel como primogénito. Por lo tanto, el resto de hijos habría quedado fuera sin posibilidad de reclamación porque la ley le amparaba.
Ilustrísima y excelentísimo
Tras la muerte de Carlos Falcó se supo que su segunda hija sería quien representaría el marquesado de Griñón por deseo expreso de su padre. Una vez que cumplimente los trámites necesarios, ostentará por derecho propio este título. Desde ese momento, pasará a formar parte del estamento nobiliario que no otorga ningún privilegio al tratarse de una distinción meramente honorífica. Para los actos relacionados con la nobleza, tendrá tratamiento de ilustrísima, mientras que su hermano mayor, Manuel Falcó, podrá utilizar el de excelentísimo al llevar aparejado su título de marqués de Castel-Moncayo la grandeza de España.
La decisión de Carlos Falcó de distinguir a Tamara ha servido para esclarecer cómo quedaría el resto de la saga con respecto al mundo nobiliario. Xandra ya tenía doble titulación: por un lado, el marquesado de Mirabel (regalo de su abuela paterna), y por otro, el de Almodóvar del Río (en su calidad de consorte). Ya no le hacían falta más. El más importante, lo recibía por derecho el primogénito, Manuel Falcó Girod, y quedaban los tres pequeños.
Los pequeños de la saga
Y aquí es donde surgieron las versiones de las razones que llevaron a Carlos Falcó a distinguir a una de sus hijas en detrimento de los dos pequeños, Duarte y Aldara. La principal era que el chico recibiría por parte de su madre, Fátima de la Cierva, el marquesado de Pozas al ser la mayor de su familia. Y que Aldara recibiría otro, también por la rama materna. La realidad es que ninguno de los dos tiene derecho a título nobiliario porque es su tío, Gonzalo de la Cierva, actual duque de Terranova, marqués de Pozas y conde de Ballobar, quien los ostenta desde hace años. Y en un futuro, y si los distribuye, serán sus tres hijas las que lo reciban.
La confusión con respecto a esta herencia nobiliaria para Aldara y Duarte se debe a que, en la actualidad, Ymelda Moreno de Arteaga, madre de los cinco hermanos De la Cierva Moreno, es marquesa de Pozas, pero en su calidad de consorte y viuda. Un tratamiento social igual al que podrá utilizar Esther Doña en sus apariciones públicas.
Así que la realidad final respecto a la herencia exclusivamente nobiliaria de Carlos Falcó es la siguiente: los tres mayores (Manuel, Xandra y Tamara) estarán, de pleno derecho, inscritos en la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino, mientras que los pequeños (Aldara y Duarte) quedan fuera de ese organismo. Para ellos, no hay nada.
El marqués de Griñón tuvo cinco hijos de sus tres primeros matrimonios. Con Esther Doña no hubo descendencia y, por lo tanto, los temas relacionados con los títulos nobiliarios no le afectan salvo el de ser, socialmente, marquesa viuda. Nada más. No hay discusión en este sentido y aparentemente tampoco hay problemas ni rencillas entre los hermanos por la decisión paterna.