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Sus mujeres, la fama, Cataluña... Así son David y Jose, de Estopa
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Sus mujeres, la fama, Cataluña... Así son David y Jose, de Estopa

Desde hace más de dos décadas, los hermanos Muñoz han conseguido hacer de la rumba catalana su forma de vida. Repasamos su trayectoria laboral y personal

Foto: David y José Muñoz, Estopa. (Cortesía)
David y José Muñoz, Estopa. (Cortesía)

Estopa logró vender un millón y medio de copias de su primer álbum en 1999. Entonces, los medios se vieron atraídos por este par de hermanos que cultivaba la sencillez en cada manifestación pública. David y Jose Muñoz, dos antihéroes que hace un par de años se animaban a hablar, por primera vez, con un periodista (el crítico musical Jordi Bianciotto), en un libro que repasa su trayectoria. 'El libro de Estopa' (Espasa) lo llamaron, como no podía ser de otra forma.

Una de las concesiones que hacen los hermanos en este libro es la de hablar por primera vez de su vida privada. Sus mujeres de hoy son las chicas con las que estaban antes de ser famosos. "Primero, Mari Paz, y luego, Paloma. A ambas las conocieron en Zarza-Capilla, de donde eran originarias sus familias, si bien Mari Paz vivía en Madrid, y Paloma, en Badajoz. Novias de juventud, sí, ligues veraniegos que irían a mayores y se convertirían en compañeras para siempre. David y Jose son fieles en su círculo de afectos, empezando por sus parejas y siguiendo por sus amigos, colaboradores, 'management', músicos... Todo suele durarles mucho".

Un suegro 'famoso'

David: "Yo con Mari Paz llevo desde el 92, con 16 años. A partir del 93 iba a verla a Madrid, a mi segundo barrio. Al principio, el papá no me dejaba, pero cuando me comenzó a dar permiso, cada 15 días iba yo a Madrid en Enatcar y cada 15 días venía ella a Barcelona". Jose: "Mi relación con Paloma comenzó de un modo parecido, como un ligue del pueblo que fue a más. Comenzó en 1998 o 1999. Vivía en Badajoz capital e iba los veranos a Zarza Capilla, que era el pueblo de sus padres". Paula, su madre, la recuerda de niña: "En el pueblo nos conocemos todos. A Paloma la hemos visto crecer desde que era así de pequeña".

El suegro de Jose es el catedrático Pablo Muñoz. "Es una figura importante en el pueblo. Estuvo muy implicado en la creación del Sindicato de Enseñanza de Comisiones Obreras en Extremadura. Luego se ha dicho que su nombre estuvo en las listas de 'rojos' y demás que manejaron Tejero y compañía en el golpe del 23-F". El pequeño de los Muñoz y Paloma se casaron en septiembre de 2010 en el Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat, aunque "hacía tiempo que ambos ya vivían juntos en Barcelona". Tienen un hijo llamado Pablo (Muñoz), como los padres de ambos, su cuñado o su difunto abuelo, un nombre emblemático para la familia.

Estopa "nunca ha engañado al público ni ha jugado a equívocos". "Pensemos en sus inicios, cuando eran unos veinteañeros guapetones y triunfales, perfectos para que sus fotos decoraran las carpetas de las adolescentes. 'Nunca han escondido que tenían novias, ya desde el principio, y no ha habido problema', explica su padre, Pablo, que recuerda que ellos "prefieren hablar de seguidores que de fans".

"Como Mari Paz y Paloma han estado ahí desde el principio, participando de la evolución de las cosas, todo se ha ido desarrollando de manera natural". "Siempre hemos querido ir a los medios a hablar de nuestra música y no de nuestras cosas", recuerda Jose. Por eso es tan sorprendente que en este libro se prestaran a hablar de Mari Paz y Paloma, aunque de la primera no revelen ni el apellido. Ni tampoco han dado muestra alguna de sus seres queridos en su cuenta de Instagram.

Una boda en plena ola

placeholder Estopa, durante uno de sus conciertos. (EFE/Jero Morales)
Estopa, durante uno de sus conciertos. (EFE/Jero Morales)

Es a Mari Paz, por cierto, a quien le deben parte de su éxito. La entonces novia de David trabajaba en el Gregorio Marañón, en Madrid. "A Mari Paz le encantaban las canciones y decidió ir a todas las discográficas con la maqueta. Así que podríamos decir que ella fue nuestra primera 'mánager'. Llamaba a las discográficas y se presentaba allí. La primera fue BMG, cuando tenía la central en la calle Arturo Soria, en Madrid. La chica de la recepción era compañera suya de natación. Luego, Mari Paz fue a Universal, a EMI, a Polygram...". Cualquier contacto en aquella época era bienvenido. "Sergio, monitor de natación de Mari Paz, tenía un primo, Paco, que trabajaba para una discográfica. 'Mi novio es un friki, y su hermano, otro friki', le vendió Mari Paz pasándole la grabación...". De ahí terminó la maqueta en manos del entonces director general de EMI Publishing.

El primer dinero que les entró gracias a la música fueron 500.000 pesetas por un contrato con la editora de EMI. Después fue todo rodado. El año 2000 es el del primer número uno, un año inolvidabe y trepidante también a nivel personal. "La primera gira incluyó, en el verano de 2000, el estreno de Estopa en una plaza extranjera, en Alemania. Nada menos que el Pop-komm de Colonia, una de las ferias de la industria musical más importantes del mundo, orientada al sector profesional. Pero, poco antes de partir para Alemania, en el mes de julio, en medio de su trepidante agenda de compromisos, David buscó y encontró el momento de acercarse hasta Plasencia (Cáceres) no para dar un concierto, sino para otra clase de misión, más privada, la de casarse con Mari Paz, su novia desde la adolescencia. Punto de inflexión en su vida en un momento en el que todo iba de cara, y lo que quedaba por ver".

Fue siempre una obsesión proteger a sus parejas de la curiosidad ajena. En México, en 2001, le pedían a los fotógrafos "que se abstuvieran de enfocar a Mari Paz, que los acompañaba de viaje. 'Por favor, no le hagáis fotos, no queremos entrar en eso", les indicó David, siempre con buenas maneras. En aquella época no había móviles con cámaras, claro, y consiguieron lo que hoy es prácticamente imposible: mantener su vida personal al margen.

En estos años, los Estopa han cambiado sus letras a medida que iban madurando y su vida personal iba evolucionando. David y Mari Paz tuvieron un hijo al que le pusieron el nombre de él y que nació en 2007. Jose y Paloma se convirtieron en 2012 en padres de Pablo. Dice Jose: "Creo que, si pensamos en cómo es nuestra vida ahora mismo, lo que más nos ha hecho cambiar de pensamiento es tener hijos". David coincide: "Es una de las grandes cosas que te pasan y te influyen en general [...]. Yo he notado un cambio continuado en mi vida con la llegada de mi hijo, que me hizo ponerme en otro punto de vista".

¿Cataluña? Equidistancia

placeholder Jose y David Muñoz, con Rosalía. (Twitter de Estopa)
Jose y David Muñoz, con Rosalía. (Twitter de Estopa)

A ellos les espanta lo de la prensa rosa (les pedimos disculpas por sacarles aquí): "Siempre hemos evitado salir en según qué sitios. En programas del corazón preferimos decir que no, y ellos ni siquiera lo han intentado. Durante todos estos años siempre nos han respetado" (David).

Y si no hablan de su vida privada, tampoco se han metido en otros asuntos tan espinosos como el de Cataluña. Ellos, que se criaron en Cornellá, en Zarza-Capilla, en Madrid. "Nosotros nunca hemos sacado el tema de la política, y ningún diario, ni de Barcelona, ni de Madrid ni de ninguna otra ciudad, nos ha entrado por ahí. Concretamente, en la cuestión de Cataluña nosotros hemos adoptado una postura que entiendo que pueda dar mucha rabia, que es la de decir: 'En este tema no queremos entrar'. Será eso que llaman equidistancia, no lo sé. Pero hay asuntos en los que no se puede ser equidistante y no lo somos: el fascismo, el machismo, el racismo. Ahí debes tomar una postura. Pero en otros sí que puedes. Yo entiendo que cada cual puede tener su punto de vista, y no creo que en la equidistancia en los temas se esté perjudicando a nadie".

El libro narra un encuentro que tuvieron con Rosa Lagarrigue, una de las mánager más influyentes de la música, que con la mejor intención les dijo que si participaban en un talent show como 'La Voz' multiplicarían su público. "A algún artista suyo le había ido muy bien hacerlo. Pero yo no me veo juzgando a los demás -dice David-. Me darían sudores, ataques, no haría gracia...". Todo el libro, en realidad, es un rechazo brutal al show business. Nunca han tenido la ambición de llenar estadios en América, o de irse a vivir a Miami, nada les interesa menos. "Nos hemos dado cuenta de que irnos de promoción no nos mola. Lo que nos gusta es ir a tocar. Si yo quisiera hacer una carrera de ámbito mundial... pero la carta que nos ha tocado en el Risk es España. A otros les habrá tocado la carta de conquistar el mundo", señala David. Shakira, Alejandro Sanz, Rosalía... "no están en el mismo planeta que nosotros". "Es admirable lo suyo, igual que lo de David Bisbal. Pero yo prefiero no sentir ese peso encima", recalca.

Por cierto, sepan ustedes que los Estopa han contado con la ayuda de un elemento extraordinario durante todo este tiempo, un "talismán insospechado": la rasta de Jose. "Me considero una persona afortunada en la vida, y la rasta es una antena que amplifica la buena suerte, ¡la recoge!". David corrobora: "Mi talismán es su rasta. El de toda la familia. Nadie quiere que se la quite".

placeholder Estopa, en una imagen de archivo. (EFE/José Jácome)
Estopa, en una imagen de archivo. (EFE/José Jácome)

Algo lógico teniendo en cuenta que, gracias a la rasta o no, Estopa ha alcanzado la cima del éxito y tras más de dos décadas sobre los escenarios no tienen intención alguna de bajarse. Sea por la naturalidad y cercanía que demuestran siempre o por sus ritmos llenos de 'buenrollismo', lejos de quedarse obsoletos, siguen conquistando a las nuevas generaciones y manteniendo a quienes ya eran sus seguidores.

Entre sus últimos logros, el disco que sacaron en 2019 llamado 'Fuego', un homenaje a sus 20 años de carrera, o el lleno absoluto de varios de sus conciertos con el parón de la pandemia de coronavirus de por medio. Más destacable es todavía la faceta solidaria que ambos demuestran tener y les lleva a participar en numerosas iniciativas y campañas apoyando distintas causas sociales e, incluso, a crear himnos tan importantes como el que interpretaron junto a Rozalén, 'Vivir', para animar a todas aquellas personas que luchan contra el cáncer. En definitiva, Estopa tiene muchas y buenas razones para disfrutar al máximo de todo lo que la vida les tiene guardado.

Estopa logró vender un millón y medio de copias de su primer álbum en 1999. Entonces, los medios se vieron atraídos por este par de hermanos que cultivaba la sencillez en cada manifestación pública. David y Jose Muñoz, dos antihéroes que hace un par de años se animaban a hablar, por primera vez, con un periodista (el crítico musical Jordi Bianciotto), en un libro que repasa su trayectoria. 'El libro de Estopa' (Espasa) lo llamaron, como no podía ser de otra forma.

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