La gran empresa de los Alba: viento en popa, beneficio millonario y un costoso 'divorcio'
Los resultados de Euroexplotaciones Agrarias confirman la senda ascendente desde que Carlos Fitz-James está al mando. Ha pagado cuatro millones de euros a sus hermanos Jacobo y Alfonso por su parte de la empresa
La Casa de Alba prepara estos días la boda del duque de Osorno, el benjamín del duque. De un tiempo a esta parte, la familia disfruta de la primavera que ha abierto las ventanas de sus cuatro paredes. Las polémicas de otros tiempos han sido barridas por la brisa de las buenas noticias, como el nacimiento de la pequeña Rosario o el enlace del 22 de mayo. Mientras en Liria, sede de la Casa, se vive el hormigueo de los preparativos, el engranaje de esta institución en la que se dan la mano el peso histórico, la gestión de las empresas agrícolas e inmobiliarias y la protección y divulgación de sus bienes artísticos e históricos no para.
La Casa ha llegado al siglo XXI sabiendo combinar su peso en la Historia de España con el signo de los tiempos. La mayor parte de sus bienes (palacios, documentos, obras de arte) se integran dentro de la Fundación Casa de Alba. Otras propiedades se encuentran cedidas a las instituciones públicas para su explotación y correcta conservación, como algunos castillos, torreones y heredades medievales. En terreno, los hermanos heredaron de su madre cerca de 45.000 hectáreas entre Salamanca, Sevilla, Córdoba y Ávila. Cada hermano gestiona su parte.
La mayor parte son terrenos rurales dedicados hoy a la explotación agrícola y ganadera, pero también a las energías renovables. El jefe de la 'empresa' es Carlos Fitz-James Stuart, el duque titular, que cuenta con un bagaje empresarial propio y ha impreso un nuevo pulso a la gestión económica de la institución desde que falleciera su madre. Suyo fue el empeño de poner a disposición del público ese patrimonio que en vida de Cayetana guardaban celosamente, abriendo los principales palacios de la familia. Apoyado en un buen equipo de colaboradores, el duque ha conseguido además hacer rentable su gran empresa agrícola, Euroexplotaciones Agrarias SA, que acaba de presentar cuentas y confirma su buena salud.
Esta empresa gestiona más de 3.000 hectáreas de terreno en El Carpio (Córdoba) dedicadas a la producción agrícola y ganadera (cultiva cereales y cuenta con más de 55.000 cabezas de ganado), además de a la explotación de energías renovables. En el ejercio 2018 logró unos beneficios de 4.610.851 euros, frente a los 364.513 euros del año anterior. El aumento de la rentabilidad financiera se elevó más de un 900% en un año, un auténtico pelotazo que se explica porque decidieron vender un terreno para lograr liquidez. La empresa está presidida por Carlos Fitz-James y sus hijos, Fernando y Carlos, están también en su órgano de administración.
En 2019 han vuelto a obtener un importante beneficio. En este caso, han logrado 1.018.506 euros después de impuestos. El importe neto de la cifra de negocio también ha subido, de 1.857.078 euros de 2018 a 2.395.418 euros en 2019. Durante el ejercicio 2019, la sociedad registró "4.200.500,14 euros de altas de inmovilizado material, de las cuales 3.999.921,73 euros se corresponden con un fondo documental aportado por parte de los socios como dación en pago de sus deudas con la sociedad". Tal y como ha podido saber Vanitatis, se trata de documentos históricos procedentes de la herencia de la duquesa de Alba y la transacción se ha llevado a cabo en el marco de la más "estricta legalidad". Se han abonado más de 150.000 euros de impuestos.
En el informe de cuentas presentado al Registro Mercantil se hace referencia a la venta de ese terreno en 2018 que provocó la salida de Jacobo Siruela y Alfonso Martínez de Irujo de la empresa familiar, un 'divorcio' que ya narramos en estas páginas y del que ahora se ha revelado el coste: más de cuatro millones de euros.
El duque y su equipo decidieron invertir lo que ganaron al vender esas tierras en la propia empresa, en vez de repartir el beneficio a los socios. Así lo decidieron en una junta de accionistas celebrada a mediados de junio de 2019 en el palacio de Liria. En aquella reunión estaban todos los accionistas. A saber: el duque de Alba (que poseía entonces un 84% de las acciones), Alfonso Martínez de Irujo (2,89), Jacobo Martínez de Irujo (2,89), Eugenia Martínez de Irujo (2,45), Cayetano Martínez de Irujo (1,12) y Fernando Martínez de Irujo en su calidad de secretario. Tras aprobarse las cuentas anuales sin objeción, se procedió a votar la propuesta de reparto de los resultados de la empresa.
"Se aprueba la aplicación de resultados propuesta por el señor presidente [el duque de Alba] que consiste en no repartir dividendos y en aplicar a la cuenta de reservas voluntarias todo el resultado de la compañía que asciende a 4.610.850 euros", avanzaba la Memoria del ejercicio 2018. "La aprobación es con el voto en contra de Don Alfonso Martínez de Irujo Fitz-James Stuart, que representa 658 acciones, equivalentes a un 2,89% del capital social, y de Don Jacobo Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, que representa 658 acciones, equivalentes a un 2,89% del capital social".
Al estar en desacuerdo, Alfonso y Jacobo decidieron abandonar la compañía en la misma Junta. Un adiós a la empresa familiar con más solera de los Alba que, dicen, hay que leer como un mero desacuerdo empresarial en esta peculiar institución que son los Alba, donde los socios son también hermanos y los lazos familiares se entremezclan con los económicos.
Los socios 'rebeldes' invocaron la Ley de Sociedades para ejercer su derecho de separación "por la falta de distribución de dividendos durante los últimos 5 años habiendo obtenido beneficios la Sociedad". "La Junta Universal, por unanimidad, incluyendo a los dos socios que ejercitaron su derecho de separación, acordaron el valor razonable de las acciones, por lo que se acordó el pago de 4.164.097,28 euros en metálico a los citados accionistas. [...] A su vez, se acordó que el pago se efectuara con cargo a reservas de libre disposición de la Sociedad, por lo que no cabe derecho de oposición de los acreedores".
Fue una despedida sin estridencias, al estilo del duque de Híjar y de Jacobo Siruela, dos de los hermanos más discretos del clan y también de los más peculiares. Híjar cuenta con amplios conocimientos financieros y empresariales, que desarrolló en la Banca Morgan, en París; en el Banco Saudí o en el Instituto de Empresa. Jacobo, por su parte, ha llevado a cabo una interesante labor editorial. Hoy, además del duque de Alba y sus hijos Carlos y Fernando, en el órgano de administración de Euroexplotaciones Agrarias solo queda ya Fernando Martínez de Irujo, consejero y secretario.
A todos ellos (con suerte) los veremos el próximo 22 de mayo desfilar a la entrada de Liria, el palacete madrileño que será la sede de la 'boda del año'. Tras una temporada tan difícil, la celebración de un enlace que devuelva el glamour, la aspiracionalidad y la elegancia a los adoquines de la calle Princesa se antoja casi como un sueño.
La Casa de Alba prepara estos días la boda del duque de Osorno, el benjamín del duque. De un tiempo a esta parte, la familia disfruta de la primavera que ha abierto las ventanas de sus cuatro paredes. Las polémicas de otros tiempos han sido barridas por la brisa de las buenas noticias, como el nacimiento de la pequeña Rosario o el enlace del 22 de mayo. Mientras en Liria, sede de la Casa, se vive el hormigueo de los preparativos, el engranaje de esta institución en la que se dan la mano el peso histórico, la gestión de las empresas agrícolas e inmobiliarias y la protección y divulgación de sus bienes artísticos e históricos no para.