Inés Arrimadas, un año de maternidad entre la "culpa constante" y la falta de abuelos

En plena batalla política y con Ciudadanos en caída libre, la líder del partido, Inés Arrimadas, tiene un motivo para celebrar. Su hijo, Álex, cumple este viernes 1 año. Casados desde 2016, Arrimadas y el consultor y expolítico Xavier Cima fueron padres por primera vez el 21 de mayo de 2020. Este año, pues, celebran su quinto aniversario de boda y el primero del nacimiento del pequeño.

¿Habrá fiesta? Sin duda, nos dicen desde su entorno, quienes señalan que lo que no podrán hacer, por ahora, es celebrarlo con los abuelos. Este viernes, Arrimadas tiene previsto visitar en Madrid Fitur, así que Álex celebrará su primer cumple con su padre y su madre porque el resto de su familia vive fuera.

Lo que el matrimonio intentará más adelante, añaden, es celebrarlo con los abuelos del pequeño, que viven en Jerez y Ripoll, lejos del nieto. La pequeña fiesta que harán los padres, pues, será muy íntima -de tres personas-, y quizá Arrimadas cuelgue alguna imagen en Instagram.

La maternidad era para Inés Arrimadas una meta a cumplir y sufrió bastante porque le costó quedarse embarazada. “Yo llegué a la maternidad tarde, como tantas mujeres, y no debería ser así. Lo retrasé mucho, primero por mi carrera profesional y después por mi carrera política. A los 35 años lo empecé a intentar y al retrasarlo tanto me costó mucho”, nos comentaba la líder de Cs en una entrevista reciente.

"Culpa constante"

Madre a los 39 años, justo cuando ejerce de presidenta de un partido que pasa por una crisis que podría abocarlo a su desaparición, Arrimadas vive la maternidad con sentimientos encontrados. Adora a su hijo y sufre por no poder estar más con él. Nos lo contaba ella misma: “Si estoy en el trabajo, pienso que debería estar con el niño, que no le dedico tiempo suficiente. Y cuando estoy con mi hijo, pienso que debería estar acabando tal informe o preparando tal reunión. Ser madre trabajadora es vivir en una culpa constante. Es algo de lo que se habla mucho, pero lo llevo bien, eh (risas)”.

La líder naranja y su marido se mudaron a Madrid hace unos años, lo que les alejó de sus familias. La de Arrimadas vive en Jerez y la de Cima en Ripoll, lo que complica bastante que los abuelos puedan echarles una mano en la crianza del pequeño. Por eso cuentan con ayuda, sin ella no ven cómo podrían hacerlo. “En casa nos organizamos, con mucho esfuerzo, como todas las familias. Nos coordinamos con mi marido y renunciamos a casi todo, no tenemos vida social, por ejemplo”, nos decía, para recordar la situación en la que viven, sin familia cerca.

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Y añade: “Tenemos la suerte de poder contar con ayuda, cuando estamos en Madrid o en Barcelona no tenemos a nuestras familias cerca. Ellos están en Girona y en Cádiz, así que sin ayuda sería imposible. Lo conseguimos organizándonos mucho”. El matrimonio Cimas Arrimadas nunca ha dejado su piso de Barcelona, un apartamento en el centro de la capital catalana de alquiler. Siempre que pueden se escapan a la que consideran su casa. Así, con dos viviendas a mano, viven a caballo entre ambas ciudades, que combinan además con Andalucía y Girona.

Lejos de los padres

Prueba de la soledad que viven en la capital fueron las fiestas navideñas, cuando Arrimadas contaba: “Yo llevo desde agosto sin ver a mis padres y a mis cuatro hermanos y mis sobrinos, a los que adoro y echo de menos cada día. Mis padres, que viven en Jerez, llevan desde entonces sin ver a su nieto, que nació en mayo y al que no están viendo crecer. Mi suegra, que vive en Ripoll (Girona), lo mismo. Como muchos abuelos, tienen una enorme pena por vivir algo así. En una situación parecida están millones y millones de españoles”.

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Ahora, con las fronteras autonómicas levantadas y los contagios en receso, puede que el pequeño Álex celebre su fiesta con la familia. Es lo que quieren sus padres.