Brutal testimonio de una diputada de Podemos: depresión, endometriosis y hostilidad laboral

Mar García Puig logró su escaño de diputada por Podemos en el Congreso el mismo día que paría, de forma prematura, a sus gemelos. Esta editora metida en política acaba de hacer un recorrido descarnado por todo lo que ha vivido en los últimos cinco años en una entrevista con Clara de Cominges en el podcast ‘I mare, també’ (‘Y madre, también’), dedicado a mujeres trabajadoras y madres.

García Puig recuerda su depresión posparto, comenta lo duro que es el Congreso para las madres, en especial para aquellas que no son de Madrid, y hasta critica ciertos aspectos de su partido, al que le pide más políticas internas de conciliación.

“Tuve a mis hijos el día de las elecciones: contaba contracciones y contaba escaños”, señala en esta entrevista en la que recuerda que en el Congreso no existe el permiso de maternidad o paternidad. “Hay una serie de asuntos en el Congreso que no puedes hacer delegados. No existe el permiso de patermidad o maternidad, lo que existe es el voto delegado, pero nadie te sustituye. Y hay un trabajo que si tú no los haces, no lo hace nadie”. A los 20 de días de parir, en tratamiento psiquiátrico por depresión y ansiedad, con los bebés recién salidos del hospital, García Puig se subió a un AVE para ir a la toma de posesión.

Sin permiso de maternidad

En aquel momento empezó su nueva carrera de política tras años dedicados a la edición en Seix Barral. Y se topo con una institución, el Congreso, que dice que “sigue siendo un lugar complicado para las madres sobre todo para las madres que no son de Madrid. Hay una guardería pero eso implica vivir en Madrid. Nunca nos planteamos mudarnos, yo soy diputada por Barcelona, si todos vivieran en Madrid la representación territorial desaparecía. El Congreso es un lugar muy hostil para las madres”.

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Tampoco fue fácil para ella dentro de su partido. García Puig siempre ha estado vinculada a la política desde el feminismo y ese es el papel por el que destaca en Podemos. “Una cosa que me he encontrado -dice-, incluso dentro de las izquierdas, es que yo les decía que iba a estar en Madrid de martes a jueves, porque no podía estar más [tenía que estar con sus hijos], y en el partido me decían ‘pues yo hace una semana que no los veo’. A veces trabajamos más de puertas a fuera que dentro. Yo tengo mi papel dentro del grupo, a las feministas siempre nos pasa, soy la que siempre protesta. Pero una reunión en sábado… Siempre me quejo de que se hagan reuniones fuera del horario y de que siempre hablen hombres. Con todo, me siento una privilegiada, porque en mi partido respetan mucho la maternidad”.

Depresión y ansiedad

Toda su lucha para lograr mejores condiciones para conciliar la ha llevado a cabo, además en tratamiento pisquiátrico por depresión posparto, un diagnóstico que llegó casi el mismo día en el que dio a luz. “El día siguiente de parir, tal como me levanto, empiezo a pensar que el parto había ido muy bien pero yo no estoy bien, pienso que me puede pasar algo y tengo mucho miedo a mi muerte repentina. En ese mismo momento activaron los protocolos porque yo estoy convencida de que me voy a morir. El protocolo funcionó muy bien, con un equipo de psicólogos y psiquiatras. Un parto es una situación extrema, te pone en contacto con la muerte, con la naturaleza, y yo empiezo un tratamiento psiquiátrico”.

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La diputada había sufrido algunos episodios de ansiedad con anterioridad y se lamenta de la falta de información que existe en torno a estas situaciones. “Me sentía muy culpable de lo que le hacía a mi familia, ni mi madre me entendía porque yo no estaba feliz. Mi pareja igual. Y yo me sentía culpable por no estar exultante de felicidad y ellos lo hicieron lo mejor que pudieron pero hasta la psiquiatra tuvo que hablar con ellos, que no tenían que forzarme a ser feliz. Necesitaba un proceso. Es muy lento y todavía ahora lucho con cosas”.

Endometriosis

La diputada aprovecha la entrevista, también, para hablar de la endometriosis, una enfermedad poco conocida y que afecta amuchas mujeres. “Yo era la típica mujer que siempre había tenido reglas muy abundantes, con dolores, y mucho dolor en las relaciones sexuales. Hasta que un día en urgencias me descubren la endometriosis, me ingresan y me operan para quitarme la cantidad de quistes que tenía en los ovarios. Así que empiezo el único tratamiento para la endometriosis que es la anticonceptiva. Aun así me sigo encontrando médicos que niegan la existencia de esta enfermedad, incluso en el Congreso en la Comisión de Sanidad. He pasado 20 años en el que el sistema no me ha entendido”. Ahora, desde dentro, con una mochila muy cargada, lucha por que las mujeres y sobre todo las madres, puedan ser ambas cosas. Que no siempre es fácil.