El legado empresarial de Carlos Marín en España: su negocio más allá de la música

Carlos Marín, artísta lírico y uno de los cuatro integrantes del grupo Il Divo, fallecía este fin de semana en un hospital de Reino Unido. Según ha explicado su representante a fuentes de 'El programa de Ana Rosa', ingresó en el hospital con una neumonía derivada del coronavirus que él mismo afirmó que padecía. Aunque tras una larga convalecencia en el hospital había recuperado la capacidad pulmonar hasta el 60%, una nueva infección impidió su recuperación y propició su muerte. Una terrible noticia que el propio grupo comunicó a través de sus redes sociales y ante la que su familia aún no ha querido pronunciarse públicamente.

Voz española del cuarteto clásico desde hace casi dos décadas, Carlos Marín llegó a cantar sobre los escenarios más importantes del mundo de la mano de este grupo con el que triunfó a nivel internacional, y el anuncio de su muerte ha conmocionado a los millones de fans que le seguían desde que hace 17 años comenzara su andadura con el cuarteto que le llevó a la cima de la industria.

Aunque en solitario tuvo una carrera muy solvente (discos, musicales…), lo cierto es que gracias a Il Divo cantó ante personalidades tan relevantes como el matrimonio Clinton, los Bush o los Obama e incluso ante la reina Isabel II, declarada fan de sus voces.

Durante su carrera, también colaboró musicalmente con grandes artistas del panorama internacional como Barbara Streisand, amiga personal del español, o Céline Dion.

Una carrera meteórica en la que vendió más de 30 millones de discos y que nunca le separó de España, el país donde creció. Nacido en Alemania, donde lanzó sus dos primeros discos a los 8 y 10 años, el artista desarrolló su talento de la mano de otros grandes de la industria como Montserrat Caballé y Alfredo Krauss, y es aquí donde levantó un emporio empresarial con un capital total de casi dos millones de euros.

Su exitoso negocio lejos de la música

Según se extrae de los documentos del Registro Mercantil a los que ha tenido acceso Vanitatis, Carlos Marín era administrador y presidente de tres empresas constituidas en nuestro país dedicadas, esencialmente, a la representación de otros talentos.

La más rentable (y longeva), Espectáculos Tercer Milenio SL, fue constituida en noviembre de 1999. Dedicada a las artes escénicas, su labor, según se extrae de la página web, se centra en la gestión del talento de artistas (actores y actrices de diferentes edades y perfiles) entre los que se encuentra él mismo. Su nombre: Starcast.

Una empresa con un activo total de 1.910.362,56 euros que durante el primer año de pandemia, 2020, presentó unas pérdidas por encima del medio millón de euros.

Administrada en un primer momento por su madre, Magdalena Menchero, principal consejera del artista, desde 2002 el administrador único y presidente es el propio cantante, quien compagió sus responsabilidades con Il Divo mientras gestionaba las carreras de más de una veintena de actores y presentadores con perfiles nacionales e internacionales. Su hermana Rosa también trabajaba con él en esta empresa.

Años después, en 2007, se aventuró en la creación de una nueva empresa, Trapp Entertainment SL, dedicada a este mismo objetivo. En ella, aparece su nombre junto al de su socio, también administrador, Carlos Lozano Sandina. Según aparece en los registros, no tiene actividad y tan solo consta como activo el capital social con el que la fundaron entonces, 3.006 euros.

Por último, justo antes del estallido de la pandemia, fundó en octubre de 2019 su última empresa, Opera Diamond SL. Una sociedad limitada unipersonal en la que aparece como administrador único, presidente y accionista mayoritario y que pretendía dedicarse a las actividades auxiliares a las artes escénicas. No obstante, no sabemos si llegó a arrancar. Lamentablemente, no se llegaron a presentar cuentas.

Tres empresas dedicadas a una industria relacionada con las artes escénicas, que nada tenía que ver con su música y en la que brilló casi tanto como sobre el escenario.