Ainhoa Arteta vuelve a la vida activa tras dos años complicados

Ainhoa Arteta retoma su agenda laboral el próximo 27 de febrero en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. “Vuelvo a la vida y estoy agradecida por este reencuentro con mi público”.

La soprano ha pasado un par de años complicados por sus problemas de salud. Primero se contagió de covid en la primera ola, que le dejó secuelas de las que poco a poco se fue recuperando. Tenía una agenda profesional importante tras los meses de confinamiento. Era la vuelta a los escenarios. Todo se trastocó en el verano pasado cuando tuvo que ingresar de urgencia en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla. La artista iba de camino a Cádiz para cumplir con varios de sus compromisos. No puso ser: “Siempre he tenido una salud de hierro y además me he cuidado mucho. En cuanto comencé a sentirme mal, sabía que algo no funcionaba”. El cólico nefrítico se complicó con una septicemia y perdió una falange de una mano y de un pie. Además, al haber estado intubada, las cuerdas vocales se dañaron.

Pasó un mes y medio en la UCI. Como ella misma explicaba tiempo después a Vanitatis, “los médicos me dijeron que había vuelto a nacer. Estuve a punto de morir y eso hace que las prioridades de tu vida cambien. Ya sabes lo que no quieres”.

Separar y renacer

Efectivamente, la cantante cerró un capítulo de su vida con su pareja Matías Urrea, con el que, aparentemente, se había casado aunque después se supo que no llegaron a hacerlo. Oficialmente, era un matrimonio sólido y solo los más íntimos sabían que ese trámite no se había cumplido. Había sido la soprano la que, por alguna razón, canceló el compromiso legal en aquellas fechas.

El 31 de agosto recibió el alta, se trasladó a Tolosa y nos enviaba el siguiente mensaje: “Estoy recuperándome en el paraíso. Silencio, campo, muchas flores y durmiendo en la cama de mi madre que me da paz”.

A finales de octubre se trasladaba a Berlín. El 3 de noviembre la operaban y una vez cumplida la convalecencia comenzó la rehabilitación y así lo comunicaba: “Mi primer día y no puedo estar más feliz. Ya veo que de esta salgo. Es como hacer los 8.000 en cumbre. Estoy en el campamento dos y pronto llegaré a la cima”. Así se expresaba demostrando su fuerza y su empeño en volver a cantar.

Ainhoa sigue viviendo en la ciudad alemana, que alterna con Madrid, donde se instaló antes de la pandemia, y con su villa en San Sebastián, en el monte Ulía. Está a punto de estrenar en el Teatro de la Zarzuela como adelantaba en unas declaraciones a la revista ‘Sanghay’. Esta aparición será el próximo 27 de febrero en un concierto a las ocho de la tarde junto al tenor mexicano y gran amigo Ramón Vargas: “Me hace mucha ilusión, y más en este teatro que es mi casa”

Hoy acude a ‘El hormiguero’, donde contará de viva voz los momentos tan duros y críticos que ha pasado cuando estuvo a punto de morir.