El lado más personal de Pedro Sánchez, que cumple hoy 50: del break dance a su novia italiana

Tenía 20 años cuando quiso dar el paso y afiliarse al Partido Socialista. Una decisión de la que su padre intentó disuadirle, advirtiéndole de lo sacrificada que es la vida de partido. Claro que eso lo aprendería con el tiempo y no le iría mal pues, a día de hoy, Pedro Sánchez es el presidente de España. No obstante, llegar a este punto ha implicado renunciar a muchas cosas, aunque sigue manteniendo otras que forman parte de su esencia y personalidad: aficiones, amigos, lugares de vacaciones...

Pedro Sánchez Pérez-Castejón venía al mundo en un año bisiesto, el 29 febrero de 1972 en el distrito de Tetuán, en Madrid. Lo hacía en el seno de una familia de clase media-alta pues su padre, el economista Pedro Sánchez Hernández, fue gerente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, y su madre, Magdalena Pérez-Castejón, pasó de ser funcionaria de la Seguridad Social a estudiar Derecho con 40 años y comenzó a ejercer de abogada.

Vinculado al Ministerio de Agricultura, el padre del presidente era militante del PSOE cuando este quiso entrar en el partido; sin embargo, su conciencia política, tal y como contaba en una entrevista para 'La Vanguardia', nace de las postales que le enviaban sus abuelos. Durante su infancia, sus abuelos no tuvieron la oportunidad de aprender a escribir y él decidió acompañarles a clase siendo adultos. "Ver su letra me emocionaba", decía en el citado medio, y es que este sería su despertar social.

En paralelo, Pedro Sánchez creció llevando a cabo la vida de cualquier otro chico de su edad. Estudió los primeros años en el colegio Santa Cristina de Chamartín y, más tarde, ingresó en el conocido instituto público Ramiro de Maeztu, donde coincidió con la reina Letizia. En aquel momento, de las paredes de su habitación colgaban algunos pósteres de aquellos a quienes admiraba, sobre todo estrellas del baloncesto, pero también de la música como Nirvana.

Su mejor compañero era, sin duda, su hermano David, tres años menor que él y con quien se divertía durante las vacaciones familiares que, a menudo, tenían como destino Can Picafort, en Mallorca. Poco o nada podía imaginar entonces el presidente sobre que, años después, visitaría la isla, pero para compartir protagonismo con los Reyes en Marivent. Él estaba decidido a ser baloncestista profesional y en eso centró todos sus esfuerzos, convirtiéndose en jugador hasta los 21 años del club de baloncesto Estudiantes.

Una tarea que venía respaldada por su gran altura (actualmente, 1,90), pero cuando se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales decidió abandonar su sueño y volcarse en su otra pasión. Así, le pudimos ver haciendo gala de su labia y su espíritu reivindicador en el programa 'Moros y cristianos' de Telecinco, donde fue una de las voces anónimas que cuestionó el papel de los jueces en uno de los debates y, gracias a su oratoria, arrancó el aplauso del público.

Aquel chico formal que explicaba sus argumentos de manera correcta y sosegada era, en palabras del propio Sánchez, "un poco bala". Y es que, durante su juventud, además de deleitar a sus amistades con sus bailes de break dance, dedicaba todo el tiempo que podía a ligar. "He sido ligón hasta los 31", afirmaba en el programa de Bertín Osborne 'En la tuya o en la mía'. En el mismo recordaba a quien fue su primer amor.

"Mi primera novia era una italiana. Tenía 14 años. Iba vestido como un breaker", confesó. Un romance de verano que se hizo realidad durante unos meses, gracias a la técnica para ligar de Pedro Sánchez: "Yo le daba mucho al palique". Y así fue como también enamoró a quien hoy es la madre de sus dos hijas, su media naranja y apoyo fundamental, Begoña Fernández. "Me enamoré perdidamente [...]. Hay una cosa de Begoña que me encanta y es que no se dedica a la política [...]. Es positiva, constructiva, siempre mira las cosas buenas de la vida", comentaba.

Actualmente, la vida personal del presidente de nuestro país se centra, precisamente, en pasar tiempo con su mujer e hijas, disfrutar de vacaciones en lugares en los que pasaba su infancia como la citada Mallorca, pero también Almería o Lanzarote, y desconectar practicando algunos de sus hobbies; más allá del baloncesto, le gusta hacer running, pintar y se considera bueno haciendo caricaturas. Además, no ha dejado de escuchar música y bailar, aunque ahora, eso sí, es más fan de lo indie: de Lori Meyers a Vetusta Morla.