José Tomás, el regreso a los ruedos de un místico

Dicen que en política si no eres capaz de explicarlo, ante la duda es mejor no hacerlo. En el toreo, aún sin dudas, no todo se puede explicar; quizá porque se trate de un arte efímero, cuestionado, en horas bajas para algunos y un patrimonio único para muchos. José Tomás forma parte de ese patrimonio, 'inmaterial'. El madrileño, discreto hasta decir basta, vuelve a los titulares de prensa. Y lo hace porque este domingo actuará como único espada en el coso de Jaén. La primera vez que pisa el albero en tres años, que se dice pronto.

Desde hace meses, para este fin de semana no queda una sola habitación de hotel ni una mesa disponible en bares y restaurantes en toda la capital andaluza. Y hay que decirlo también: en taquillas, el papel, vendido, todo.

Nacho Lloret, el empresario que ha sido capaz de contratarle para el domingo 7 de agosto en Alicante, lo tiene claro: “Al final es una negociación como otra cualquiera. Simplemente los planteamientos son distintos, pero una vez sobre la mesa, el objetivo es alcanzar un acuerdo y cerrar la contratación. Si antes contar con José Tomás se planteaba dentro del contexto de las ferias, ahora partimos de que se trata de una corrida extraordinaria, donde los precios son otros”, comenta para Vanitatis el empresario alicantino.

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Para Lloret, José Tomás es una apuesta segura: "Juegas con la certeza de que las entradas se van a acabar. En ese aspecto, es fácil. Eso sí, sabes que debes gestionar todo desde un total compromiso y mucha autoexigencia, porque esos son los valores que él se aplica a sí mismo. De ahí que espere lo mismo de ti”.

El modelo de contratación de José Tomás en estos últimos años trasciende el modus operandi habitual del sector taurino, en tanto que para su contratación se hace necesaria la implicación de instituciones públicas y también privadas de la ciudad en la que el diestro finalmente elige torear. Y todo en razón de la economía y los beneficios que genera su presencia desde el mismo momento en el que su nombre se ve anunciado en los carteles.

José Tomás, el místico, mito en vida, el que sin anunciar jamás su retirada regresa, como decimos, solo dos tardes, en dos fechas elegidas por él mismo, aunque no de las 'señaladas' del calendario taurino, sí con carácter extraordinario. El madrileño hará el paseíllo en solitario los dos días y en ambos, con un mismo propósito: la lidia y muerte de cuatro astados de diferentes ganaderías. Cuatro, sí; ni dos ni seis, cuatro para él solito.

El diestro luce hoy un mechón cárdeno en su flequillo, tiene buen pelo; en agosto cumplirá 47 años. Increíble, cómo pasa el tiempo, pensamos casi sin querer. Él se mantiene enjuto, fibroso, entrena a diario: “Tanto físico como toreo de salón”, nos comenta Salvador Boix, el hombre en el que el torero tiene depositada su confianza, como apoderado y representante. “Está permanentemente en contacto con los toros. Su metodología es estricta. Durante la pandemia entrenaba a diario, con mucha disciplina. De hecho, no ha dejado de hacer tentaderos y matar toros a puerta cerrada”.

Lo cierto es que José Tomás no nació torero. Éste se hizo torero. Sin vanidad, rara avis. Quería ser futbolista, pero su abuelo, don Celestino, se encargó de que el nieto terminara prefiriendo como trebejos de juego capotes y muletas en lugar de balones de fútbol.

Hoy día sigue viviendo en Estepona (Málaga) cerca de su hijo Jose, nacido en noviembre de 2011, fruto de su relación con Isabel, su pareja durante casi 20 años. Actualmente, el diestro, poco amigo de prodigarse en actos sociales, parece que ha rehecho su vida junto a una joven mujer.

En su entorno tiene cerca a sus hermanos: Andrés, hombre de su máxima confianza, y Antonio, fisioterapeuta. Siempre ha sido buen lector -le encanta leer poesía- y amante del buen cine. Como conversador es pausado, cabal, aparentemente tímido, por su carácter reservado. Quizá por ello prefiera las reuniones pequeñas, en petit comité. Aunque este domingo, en el coso de La Alameda jienense, 10.500 personas le esperarán. Entre ellos estará su padre; José, su hijo, quizá.

En la Monumental de Las Ventas, plaza en la que no actúa desde 2008 y en la que José Tomás siempre ha tenido marchamo de máxima figura del toreo, se le espera desde hace tiempo. En esta etapa de madurez profesional, ese paseíllo venteño, de momento, va a seguir siendo su asignatura pendiente.