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Mar Aldeguer, joyera: "Estoy encantada de que a la reina Letizia le guste lo que hago"
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Mar Aldeguer, joyera: "Estoy encantada de que a la reina Letizia le guste lo que hago"

En plena crisis del 2008, se convirtió en empresaria y montó su propia firma de joyas, Coolook. La primera en llevar sus diseños fue Isabel Preysler y después llegarían doña Letizia

Foto: Mar Aldeguer. (Cortesía)
Mar Aldeguer. (Cortesía)

Mar Aldeguer nació en Mallorca, se licenció en Ciencias de la Información y durante unos años ejerció el periodismo, escribiendo temas relacionados con el diseño y la decoración. Llegó un día en el que lo que hacía se convirtió en monotonía y buscó alternativas. Una de ellas llegó por causalidad. Vino de un viaje cargada de piedras de colores, algunas semipreciosas. Como no sabía qué podía regalar a su madre que le hiciera ilusión, decidió crear un collar único para ella. Y tuvo tanto éxito que empezó a recibir peticiones de familiares, de amigas, de conocidas... Lo que había comenzado como un detalle de cariño a su progenitora acabó convirtiéndose en su forma de ganarse la vida.

En plena crisis del 2008, se convirtió en empresaria y montó su propia firma de joyas, a la que bautizó con el nombre de Coolook. La primera en llevar sus diseños fue Isabel Preysler; después llegarían doña Letizia o Michelle Obama, entre otras mujeres mediáticas que le dieron una visibilidad importante. Tanto es así que hasta la reina Máxima de Holanda ha llevado sus joyas.

placeholder Máxima de Holanda, con pendientes de Coolook. (EFE)
Máxima de Holanda, con pendientes de Coolook. (EFE)

Aldeguer pertenece a la octava generación de la empresa Gordiola, un referente del vidrio soplado en el mundo. La reina Sofía visita casi todos los veranos la fábrica mallorquina, sola o con personajes ilustres. En uno de sus veranos en Mallorca, la princesa de Gales compró una cristalería completa y otros objetos de la firma. Michelle Obama conoció Gordiola gracias a su gran amigo James Costos, exembajador de Estados Unidos en España. Y se convirtió en una entusiasta clienta de la empresa de la familia Aldeguer, llegando en la Casa Blanca a haber objetos de vidrio soplado de la fábrica mallorquina

En el 2008, en plena crisis, montaste tu propia firma de joyas. Difícil decisión.

Sí, la verdad es que lo fue. Tenía mucha energía, pero fue muy complicado al estar empezando que de pronto llegase una crisis tan fuerte. Fue muy duro. Pero creo que si tienes un sueño y quieres conseguirlo, hay que arriesgarse. En la vida me ha ido bien con un poco de improvisación.

placeholder Mar Aldeguer. (Cortesía)
Mar Aldeguer. (Cortesía)

¿Cómo han transcurrido estos años hasta que ha sido una firma consolidada?

Han pasado muchas cosas. Del 2014 al 2019 fueron años muy buenos y de pronto llega la pandemia. Tenía una empresa que había crecido y era difícil mantener el nivel con cinco tiendas propias, tres franquicias y la página web. En aquel momento llegué a pensar que no podría aguantar.

¿En qué momento te planteaste que esto era lo que te gustaba hacer?

Estaba en un momento de mi vida que no me entusiasmaba lo que hacía. Hice un máster en Comunicación Empresarial y fue como si se encendiera una luz. Y a esto se unió el destino. Estaba de viaje por Asía y quería llevarle un regalo a mi madre. Había comprado unas piedras de colores muy bonitas y le hice un collar. Y de pronto le gusta a todo el mundo y me empezaron a pedir encargos. No se me pasaba por la cabeza que con el tiempo montaría mi firma Coolook.

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El mundo de la joyería no es fácil, y menos en tiempos de crisis.

No es fácil porque hay mucha competencia. Me tiré a la piscina y aquí estoy. Lo que me planteé era que tenía que hacer algo diferente a lo que ya existía. Estaba la joyería tradicional y la de mercadillo. No había alta bisutería, que era lo que yo hacía.

El primer diseño se lo regalaste a tu madre. No estaba muy convencida de que te fuera a ir bien.

Mi madre era una apasionada de las joyas y se compraba piezas buenas. Nunca llevaba bisutería. Le hice el collar y las amigas preguntaban que de dónde era y cuando decía que era de su hija se asombraban. Funcionó el boca a boca y las piezas las hacía en casa, de una manera muy artesanal.

placeholder Mar Aldeguer. (Cortesía)
Mar Aldeguer. (Cortesía)

¿Qué te dijo la familia cuando planteaste tu cambio de vida laboral?

Mi madre me preguntó que si estaba loca, que si había perdido la cabeza. Que una cosa era hacer cositas para los amigos y otra montar una empresa.

La primera que públicamente apareció con uno de tus diseños fue Isabel Preysler.

Fue la que realmente me dio a conocer y recuerdo que cuando presentó a Vargas Llosa llevaba uno de mis pendientes. No la conocía de nada y con el tiempo nos hemos hecho superamigas. Le agradezco infinito cómo se ha portado conmigo.

Luego llegaría la reina Letizia, que ha lucido en muchas ocasiones tus creaciones. La primera vez fue en 2015 en la recepción de la Almudaina. ¿Os conocéis?

Fue el espaldarazo. No tengo relación personal con ella y estoy encantada de que le guste lo que hago. A ella y todas las clientas que eligen llevar algo mío.

placeholder La reina Letizia, en 2015, con pendientes de Coolook. (EFE/Ballesteros)
La reina Letizia, en 2015, con pendientes de Coolook. (EFE/Ballesteros)

Y también Máxima de Holanda. ¿Cómo llegaste a ella o a la inversa?

Fue una sorpresa grandísima. Tenemos una amiga común y me encargó un regalo para ella porque iba a pasar unos días a su casa. Y un día me mandan una foto donde aparece con lo que yo había diseñado. Por ejemplo, sí que sabía que Michelle Obama también tenía cosas mías. Soy amiga de James Costos y cuando estuvo en Madrid le regalé unos pendientes. Y también estuvo en Mallorca en la fábrica de vidrio.

Vienes de una familia de empresarios de un sector muy diferente al tuyo. Tus antepasados crearon la fábrica de vidrio Gordiola en 1719. Han pasado ocho generaciones. ¿No te abruma mirar atrás?

Sí, impresiona pensar la responsabilidad que tenemos. No es nada fácil mantener un negocio como es el vidrio soplado, pero es maravilloso. Gordiola ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de España y seguimos en el proceso de la UNESCO para que se declare Bien Inmaterial de la Humanidad. Lo que se reconoce es la técnica del vidrio soplado.

placeholder Mar Aldeguer. (Cortesía)
Mar Aldeguer. (Cortesía)


¿Es verdad que hay un libro donde se guardan las fórmulas secretas para fabricar el cristal de Gordiola del maestro veneciano que llegó a Mallorca hace trescientos años?

No es leyenda, es de verdad. En Murano esas fórmulas secretas se guardaban como si fueran el gran tesoro. El robo de esas fórmulas magistrales de vidrio se llegaba a penar con la muerte. Nosotros tenemos nuestras composiciones únicas. No compramos colores hechos.

Doña Sofía es una de las mejores embajadoras. En Marivent hay cristalería de tu familia. Y la reina regalaba a las personalidades que recibía en palacio vidrio vuestro.

Es muy raro el año que no visita nuestra fábrica. Le gusta muchísimo. Cuando el príncipe y las infantas eran pequeños, venían a ver cómo trabajaban los vidrieros.

La princesa de Gales se entusiasmó con vuestras copas y jarrones

Creo que sí, pero quien se llevó muchas cosas fue Michelle Obama. Le encantan nuestras cristalerías, los jarrones…

Mar Aldeguer nació en Mallorca, se licenció en Ciencias de la Información y durante unos años ejerció el periodismo, escribiendo temas relacionados con el diseño y la decoración. Llegó un día en el que lo que hacía se convirtió en monotonía y buscó alternativas. Una de ellas llegó por causalidad. Vino de un viaje cargada de piedras de colores, algunas semipreciosas. Como no sabía qué podía regalar a su madre que le hiciera ilusión, decidió crear un collar único para ella. Y tuvo tanto éxito que empezó a recibir peticiones de familiares, de amigas, de conocidas... Lo que había comenzado como un detalle de cariño a su progenitora acabó convirtiéndose en su forma de ganarse la vida.

Isabel Preysler Reina Sofía
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