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Los 16 de Leonor y lo poco que se parecen a los de su padre cuando era Príncipe de Asturias
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Los 16 de Leonor y lo poco que se parecen a los de su padre cuando era Príncipe de Asturias

A la Princesa nunca se la ha visto disfrutar en Mallorca como lo hacía su padre. Es solo una de las muchas diferencias entre las adolescencias de ambos

Foto: Leonor, junto a su padre en los Princesa de Girona. (EFE)
Leonor, junto a su padre en los Princesa de Girona. (EFE)

Su último discurso, tras presidir los Premios Princesa de Girona, ha mostrado a una adolescente que, como titulaba Julio Iglesias, ya ha dado el paso de 'niña a mujer'. Un año alejada del nido familiar protegido hasta niveles que, desde el exterior, pueden parecer exagerados ha convertido a la niña Leonor en una chica independiente del brazo protector de la reina Letizia.

El verano pasado en Palma, en las escasas apariciones públicas de lo que queda de la familia real, Leonor aún estaba pendiente de las miradas y gestos de su madre. Era llamativo observar cómo en la heredera (más que en su hermana Sofía) no había espontaneidad. Llevaba la lección bien aprendida desde que salían del palacio de Marivent para el encuentro con la prensa.

Este lugar ha sido el paraíso de la reina Sofía y también lo fue del rey Felipe hasta su matrimonio con la periodista Letizia. Desde los cinco años pasaba sus veranos felices en lo que hoy es una especie de oficina estacional para los Borbón Ortiz. El actual Rey y sus hermanas aprendieron a navegar en el Mediterráneo. A los mismos años que ahora tiene su hija, debutó como un tripulante más en el Sirius II en la que era la tercera edición de la Copa del Rey. Cuando terminaba la jornada marinera, compartía información náutica con el resto de las tripulaciones en el club náutico mientras bebían cervezas. En aquellos años no era un escándalo tomar cañas públicamente, aunque se fuera menor de edad.

El resto del verano era habitual ver al heredero con su panda de amigos, entre los que se encontraban los hermanos Bulgaria, Kyril y Konstantin, Victoria Carvajal, la prima Alexia y la infanta Cristina.

placeholder El rey Felipe VI patronea el Aifos 500 en la 39ª Copa del Rey Mapfre de vela en agosto de 2021 en la bahía de Palma. (EFE/Ballesteros)
El rey Felipe VI patronea el Aifos 500 en la 39ª Copa del Rey Mapfre de vela en agosto de 2021 en la bahía de Palma. (EFE/Ballesteros)

En el caso de la princesa Leonor, sus vivencias lúdicas en Palma son exclusivamente de agenda. No son institucionales, pero casi. Ya lo dijo la consorte real dirigiéndose a la prensa: “Pero ¿vosotros creéis que esto son vacaciones?”, refiriéndose al tiempo que pasaba en la isla.

A la Princesa de Asturias nunca se la ha visto disfrutar en Mallorca como lo hacía su padre. Y mucho más cuando cumplió la mayoría de edad y las salidas nocturnas con su hermana Cristina terminaban tomando churros que a veces hasta compartían con la prensa. Una manera de empapar las copas. Ellos en una mesa y los profesionales en la barra del local. Los escoltas normalmente no daban la lata a los periodistas, salvo cuando el heredero y la Infanta coincidían con ellos en Tito’s. Los reporteros estaban a lo suyo y el Príncipe y su hermana también en su salsa, que era beber cubatas a demanda y bailar.

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La niña Leonor nunca vivirá esa experiencia. Desde que regresó del internado acude a fiestas en casas de compañeros del colegio Santa Maria de los Rosales donde la privacidad está asegurada. Lo poco que se sabe de sus 16 años es que es una chica aplicada que saca buenas notas a la que le gusta cocinar. De hecho, es muy posible que la mano con heridas que mostró en los Premios Princesa de Girona sea una consecuencia de esa afición. Es probable que también practique la escalada en rocódromo en la propia Zarzuela.

La biografía no oficial de Leonor es una especie de camino en búsqueda del Santo Grial hasta encontrar algunos datos de ese paso de la infancia a la adolescencia que ha quedado de manifiesto con la imagen a lo Grace Kelly en los premios que llevan su nombre. Una aparición y un desarrollo oficial como protagonista de los galardones a los que no se les puede poner un pero.

placeholder La familia real, en los Premios Princesa de Girona. (EFE/Toni Albir)
La familia real, en los Premios Princesa de Girona. (EFE/Toni Albir)

El rey Felipe tuvo un entorno mucho más abierto y, desde que nació, los ciudadanos han tenido la posibilidad de ver su desarrollo físico y emocional. En este caso, primero con los deportes, la vela y el esquí, y después con el primer noviazgo serio que tuvo a Isabel Sartorius de protagonista. La niña Leonor tampoco ha practicado ninguno de estos deportes públicamente. Si lo hace será en la ‘clandestinidad’. Es llamativo que todo lo que formó parte de la vida no institucional del rey Felipe no lo sea de la Princesa de Asturias.

A los 16 años, padre e hija sí tuvieron que dejar el nido. El jefe del Estado para madurar porque era un chico consentido y mimado por la reina Sofía. Con regulares resultados académicos y con apoyo. En ese currículum de adolescente con un punto de superioridad avalado por “yo soy el heredero” que desapareció en el colegio canadiense y definitivamente en las academias militares, donde para los compañeros era simplemente SAR (acrónimo de Su Alteza Real). En Lakefield School tenía que compartir habitación y mantenerla limpiar y ordenada, un trabajo doméstico que nunca había desarrollado.

La niña Leonor cumplió los 16 con un billete de ida a Gales, donde se encuentra el UWC Atlantic College. A diferencia de su madre, y por lo poco que se sabe, el carácter de la Princesa es sosegado y su personalidad ausente de esa incipiente superioridad que tuvo el Rey cuando era el niño consentido del Palacio de la Zarzuela. Lo que es previsible en esta nueva etapa de la princesa Leonor es que la estancia en el internado le sirva para relacionarse con un mundo que va más allá de los muros protectores del recinto palaciego. La invisibilidad deja de tener sentido cuando se trata de la futura Reina de España. Lo que no se ve, ni se quiere, ni se acepta.

Su último discurso, tras presidir los Premios Princesa de Girona, ha mostrado a una adolescente que, como titulaba Julio Iglesias, ya ha dado el paso de 'niña a mujer'. Un año alejada del nido familiar protegido hasta niveles que, desde el exterior, pueden parecer exagerados ha convertido a la niña Leonor en una chica independiente del brazo protector de la reina Letizia.

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