Así eran Los Morancos hace más de 40 años en sus inicios en televisión
Rostros habituales de la pequeña pantalla, a lo largo de toda su trayectoria han provocado las carcajadas de miles de personas. Entre ellas, el mismísimo rey Juan Carlos
Los Morancos son dos de esos personajes que llevan acompañándonos tanto tiempo a través de la televisión que para muchos forman parte de su familia. En el imaginario colectivo figuran todas aquellas actuaciones con las que, metidos en la piel de las icónicas Antonia y Omaíta, fueron capaces de arrancar una carcajada a grandes y pequeños de cada casa, amenizando fechas tan significativas como las navidades o el verano con galas especiales.
No obstante, puede que muchos no conozcan todavía cómo surgió la idea de que dos hermanos se unieran en lo profesional para -aunque entonces no lo sabían- triunfar como lo han hecho hasta la fecha. César y Jorge Cadaval son, a día de hoy, uno de los dúos cómicos más emblemáticos del panorama nacional, gracias a una impecable trayectoria de más de cuatro décadas y unos orígenes que se remontan al barrio sevillano de El Tardón, en Triana.
Nacidos en el seno de una familia de clase media, su padre era el mánager de Antonio Machín y su madre trabajaba en el barcelonés teatro del Raval. Fue allí donde se conocieron, y formaron una familia de seis hijos en la que Jorge y César ocupaban el cuarto y quinto puesto. "Quizás los menos graciosos de mi casa fuéramos nosotros", aseguraban en 'El País', pero el gusanillo por la actuación surgió en ellos y fue César el primero en probar suerte.
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Así, hizo lo propio en festivales benéficos y espectáculos de barrio junto a un amigo de instituto. Los jóvenes realizaban un número en el que aparecían 'caracterizados de moros', y de ahí viene el apodo que marcaría su vida y la de su hermano, Los Morancos. No tardó Jorge Cadaval en unirse a César y, poco a poco, comenzaron a tomárselo en serio, actuando en galas, bodas, bautizos y comuniones y pequeños teatros hasta que llegó su gran oportunidad.
El 17 de febrero de 1984 aparecieron por primera vez en televisión en el programa 'Un, dos, tres...', de la mano de Chicho Ibáñez Serrador. Fue él quien les descubrió en una de esas primeras actuaciones que hicieron en teatros y el que les brindó la posibilidad de dar el salto a la pequeña pantalla. No en vano, de aquella época sus actuaciones más memorables son las que protagonizaron en '¡Viva 85!', donde hicieron una parodia de flamenco en inglés que les permitió darse a conocer a nivel nacional.
Su ascenso a la fama fue meteórico y todavía se conservan algunas de sus primeras entrevistas en las que, visiblemente nerviosos, pero derrochando el mismo desparpajo que siempre les ha caracterizado, hablaban de su éxito. "Es bonito que el público se ría contigo cuando estás durante una y media trabajando", decía César en una intervención en Canal Sur. "¡Qué bien hablas César!", le respondía Jorge. "Hemos arrancado para arriba, pero todavía nos queda mucho [...]. Queremos llevar el nombre de los humoristas andaluces por todo el mundo", aseguraban sin saber todo lo que el destino les tenía preparado.
Pese a sus más de 40 años de trayectoria, Los Morancos defienden que "la esencia no ha cambiado". "Nos reímos todavía y no creas que es fácil reírse después de 40 años en escena", expresaba Jorge Cadaval en La Sexta en una ocasión. De su buena sintonía hacen gala siempre que aparecen públicamente y también en redes, donde acostumbran a dedicarse palabras de cariño que demuestran que trabajar juntos tanto tiempo no ha hecho mella en su relación.
"Nos vamos a jubilar juntos en un geriátrico. Mi hermano y yo nos conocemos y nos llevamos muy bien. Hombre, tenemos nuestros cabreos, como los tiene cualquiera, pero el enfado se nos quita a los cinco minutos. Esto es como la seña de identidad de la familia Cadaval. Nuestros padres nos han inculcado siempre la unión familiar. En el mundo artístico la convivencia es muy difícil y hay dúos en los que uno no aguanta al otro. O llega el cansancio…", contaba César Cadaval en una entrevista para Vanitatis hace años.
Actualmente, disfrutan de un gran momento vital. En lo personal, cuentan con matrimonios sólidos y parejas que ejercen de apoyos fundamentales de ambos. Jorge se encuentra felizmente casado con Ken Appledorn, a quien conoció cuando este se encontraba de Erasmus en Sevilla. César, por su parte, forma una bonita familia junto a su mujer Patricia y sus cuatro hijos con variopintas profesiones.
En lo profesional, más de lo mismo, a punto de presentar en el teatro Coliseum de Barcelona su espectáculo "Todo por la matria", pocos meses antes de que, después de tres años, vuelvan a actuar en Sevilla, la ciudad que les vio crecer.
Los Morancos son dos de esos personajes que llevan acompañándonos tanto tiempo a través de la televisión que para muchos forman parte de su familia. En el imaginario colectivo figuran todas aquellas actuaciones con las que, metidos en la piel de las icónicas Antonia y Omaíta, fueron capaces de arrancar una carcajada a grandes y pequeños de cada casa, amenizando fechas tan significativas como las navidades o el verano con galas especiales.