Corinna Larsen y el misterio del "regalo" de 65 millones de euros que ya ha olvidado

Corinna Larsen ha vuelto al mundo mediático y lo ha hecho a lo grande. Dando a diestro y siniestro con historias ya contadas a las que ahora añade detalles domésticos en estos pódcast promocionales de sus años con el Rey emérito. En esta primera entrega, que se publicará oficialmente el 7 de noviembre, se presenta como una mujer enamorada. Una dama aparentemente ingenua que no tuvo más remedio que sucumbir al don Juan Tenorio que encarnaba la figura del monarca. Recibía flores, cartas manuscritas de amor con una rutina que al principio le gustaba y después la hartaba. Normal, lo poco agrada y lo mucho cansa, como dice el refrán. Y después de escuchar este primer capítulo, la casa de Corinna era una especie de vivero doméstico repleto de ramos y centros. Cosas del ayer.

Habrá que ver si esos escritos privados también estarán en almoneda pública en el futuro y que podrían servir para el sostén familiar de la comisionista. Las minutas de los abogados, según los baremos habituales en este tipo de defensas, son muy altas. Aparentemente, la dedicación de los letrados es exclusiva y están al tanto de todo lo que se dice y se escribe que no favorezca a la que durante un tiempo ostentó el título de princesa y después pareja del emérito. Del amor al 'no te quiero volver a ver' hay un paso, como se ha visto. ¿Desengaño? ¿Resentimiento? ¿Rencor?

El último comunicado que tiene que ver con Larsen es el remitido por los creadores de los pódcast, que aseguran que “no hubo contraprestación económica hacia su persona”. Muchas veces no hace falta una retribución monetaria porque los resultados mediáticos futuros pueden ser mucho más rentables. Analizar las cuentas de Corinna solo tiene interés relacionado con el monarca enamorado que le ‘¿regaló?’, ‘¿donó?’ sesenta y cinco millones de euros. Una cifra difícil de procesar para todos los que no sean el protagonista herido de amor o los grandes empresarios con los que Corinna alternaba mientras fue la “amiga entrañable”. Así se definió en las primeras entrevistas que concedió: ¿cómo llegaron a su poder?, ¿cuál fue la contraprestación?

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En estos mensajes que iremos escuchando a partir del 7 de noviembre no estaría mal que, además de la recreación de muchas situaciones, contara cómo fue ese momento en que el enamorado real le hizo entrega de esa cifra tan escandalosamente exagerada. La primera vez que se hizo público fue a raíz de las conversaciones que Corinna Larsen mantuvo con el expresidente de Telefónica Juan Villalonga en la intimidad de su casa.

Lo llamativo de la situación era que estaba presente el excomisario Villarejo, que, como era lo normal en su vida, grabó esa charla entre amigos. El escándalo estaba servido y las cifras que circulaban, y que tenían al monarca como receptor y distribuidor de los millones de los que disfrutaba la que ahora es la acusadora, eran el primer escalón de esta historia interminable donde no hay buenos. Seguramente, y ya desde el punto de vista exclusivamente operativo (que no ético), si el Rey no hubiera sido tan avaricioso y no hubiera exigido la devolución del "regalo", ahora no existirían los pódcast, ni los futuros documentales y entrevistas que (salvando las distancias) serían la copia regia de las confesiones de Mayte Zaldívar y las famosas bolsas de basura llenas de billetes que sirvieron para encausar a Pantoja y Julián Muñoz, entre otros.

Lo que sí es cierto es que de las muchas recreaciones que ha ofrecido Corinna Larsen de su relación con el monarca jubilado, hay parte que no es cuestionable. Hubo un momento en que el rey Juan Carlos sí planteó a sus tres hijos, en una cena en el restaurante El Landó, su divorcio para unirse definitivamente a la comisionista. No hubo recorrido y todo quedó en esa comunicación verbal sin repercusión. La relación de Corinna y el Rey era conocida para un sector de la prensa, para ciertos personajes potentes del mundo empresarial y social que vivieron monterías y fiestas privadas. Hubo varios 'ministros de jornada' (los que acompañaban al jefe del Estado de los gobiernos de Rodríguez Zapatero y Rajoy) que compartieron viajes institucionales con Corinna y el Rey. Y algunos políticos importantes visitaban La Casita (así se denomina uno de los pódcast), donde el monarca tenía su vida alternativa. Sería interesante que la protagonista contara quiénes eran esos personajes públicos y privados de alto nivel que estaban al tanto de lo que sucedía en La Angorrilla.