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Por qué Isabel Preysler ha cambiado de estrategia
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OPINIÓN

Por qué Isabel Preysler ha cambiado de estrategia

El cambio de actitud de Isabel Preysler ha sorprendido a su expareja, Mario Vargas Llosa, que no tenía intención de comenzar una guerra dialéctica con ella

Foto: Isabel Preysler, en una imagen de archivo. (Getty)
Isabel Preysler, en una imagen de archivo. (Getty)

Después de siete años de relación aparentemente sólida con Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler anunciaba su separación con unas explicaciones muy confusas y sorprendentes. A diferencia de sus rupturas anteriores, donde los maridos -Julio Iglesias y Carlos Falcó- no decían ni pío con respecto a cómo habían funcionado sus matrimonios con ella, el nobel sí respondió. Y su contestación tenía que ver con la información que dio la protagonista directamente al definirle como un hombre celoso y cansino.

El escritor negó la afirmación públicamente cuando los reporteros le preguntaron por el tema al regresar de París, de un viaje que había compartido con su hijo Álvaro y Nadia, su novia. También hizo partícipes a su círculo de amigos y familia directa de su malestar por ese comentario, que consideraba fuera de lugar. No entendía el comportamiento de la que había sido su pareja. La consideraba un mujer educada, que nada tenía que ver con los personajes que aparecen en determinados programas televisivos azuzando conflictos familiares y personales. Preysler no era Ana María Aldón ni Rocío Carrasco, que aunque tuvieran algo de razón en sus exposiciones íntimas y vivencias, resultaban agotadoras.

placeholder Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en los Goya en 2016. (Getty)
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en los Goya en 2016. (Getty)

Vargas Llosa no tenía intención de entrar en ninguna guerra dialéctica con la persona que al principio de su relación había definido de una manera muy cursi como "esta personita que me hace feliz". Y más aún, el día de su 80º cumpleaños en la cena de celebración en el hotel Villa Magna con el mundo intelectual y literario presente explicó enamorado: "Y ya sé que la felicidad tiene un nombre y apellido: Isabel Preysler".

Hubo cierto cachondeo y comentarios irónicos por parte de algunos de los presentes, que en el mundo intelectual pueden llegar a ser muy malvados. Vargas Llosa estaba enamorado como un colegial y a Isabel le suponíamos ese mismo enamoramiento que, como ella ha asegurado, acabó hace dos años. En este sentido, habría que recordar cómo desmintió a la revista 'Semana' cuando publicaron que el nobel se había instalado en su piso del barrio de los Austrias, el mismo que compartió durante años con su mujer, Patricia Llosa. Esta táctica de negar la evidencia ha sido una constante en la biografía de Isabel Preysler con respecto a sus amores, desamores y de nuevo amores.

placeholder Isabel y Mario, en una de sus últimas apariciones juntos. (EFE/Juanjo Martín)
Isabel y Mario, en una de sus últimas apariciones juntos. (EFE/Juanjo Martín)

En esas intimidades contaba que no cortó la relación con Vargas Llosa porque le daba pena dejar a un señor tan mayor. También informaba de cómo se le trataba a cuerpo de rey en la mansión de Preysler e incluso que necesitaba que le tapara cuando ya estaba en la cama y que debía darle un beso de buenas noches. Unas declaraciones inauditas en un personaje como la 'reina de corazones', que siempre había procurado un perfil elegante con respecto a sus exmaridos.

Cuando comenzó su relación pública y filtrada con Vargas Llosa, meses después del fallecimiento de Miguel Boyer, declaró que ella ya se consideró viuda cuando el exministro sufrió el ictus. Una información que llamó la atención porque siempre había afirmado que la recuperación, aunque lenta, le permitía realizar una serie de actividades habituales. Un gesto elegante para mantener el perfil de un hombre que lo había sido todo en el Gobierno de Felipe González y después en las empresas de las hermanas Koplowitz.

placeholder Miguel Boyer e Isabel Preysler, en una imagen de archivo.(EFE)
Miguel Boyer e Isabel Preysler, en una imagen de archivo.(EFE)

Por eso, este cambio de actitud ha sorprendido tanto en los medios como en su círculo más cercano. Frases como "Isabel nunca se ha metido en este tipo de enfrentamientos", "estamos asombrados de sus comentarios contra Vargas Llosa y esa manera de resaltar su edad" o "solo le falta acudir a la tele". La historia, como cuentan a Vanitatis, es que el escritor ya ha superado esa ruptura y contesta a través de terceros porque "no quiere ser protagonista del melón que ha abierto Isabel. Mario no va a estar en un patio de vecindad respondiendo a los chismes".

Una de las últimas situaciones que se han puesto sobre la mesa pública es una supuesta carta que Patricia Llosa escribió a Preysler en la que decía que no se fiara del escritor, que era infiel por naturaleza. También lo han desmentido desde el entorno de la exmujer y de la propia familia.

Así están las cosas. Este jueves, 'El País' publicaba un entrevista con Mario Vargas Llosa que titulaba: "No me arrepiento de nada". En ella, y sin explayarse, el nombre de Preysler subyace en la conversación que el escritor mantiene con Manuel Jabois. Quizá lo más explícito sea la primera foto que ilustra la página del periódico, donde aparece con el índice sobre su boca en modo silencio. Una respuesta elegante.

placeholder Mario Vargas Llosa. (Cordon Press)
Mario Vargas Llosa. (Cordon Press)

El próximo 9 de febrero, Vargas Llosa será el primer escritor latino que entrará a formar parte de la Academia Francesa de la lengua. Estará acompañado de sus hijos y alguno de sus nietos, del rey emérito don Juan Carlos, la infanta Cristina y, si no hay cambios de última hora, de su exmujer, Patricia Llosa.

Una de las posibles interpretaciones a la nueva e insólita forma de actuar con su última pareja de Isabel Preysler tendría que ver con una puesta en escena que por ahora desconocemos. Si resulta que el nobel y ella eran casi compañeros de piso desde hace dos años, si era celoso, si ya era muy mayor y estaba para sopitas... Si, si, si… Normal que quisiera y quiera un futuro diferente y feliz. Lo que los amigos y los hijos del escritor no van a admitir es que directa o indirectamente se degrade a su padre.

Después de siete años de relación aparentemente sólida con Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler anunciaba su separación con unas explicaciones muy confusas y sorprendentes. A diferencia de sus rupturas anteriores, donde los maridos -Julio Iglesias y Carlos Falcó- no decían ni pío con respecto a cómo habían funcionado sus matrimonios con ella, el nobel sí respondió. Y su contestación tenía que ver con la información que dio la protagonista directamente al definirle como un hombre celoso y cansino.

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