Paloma Cuevas y Ana Soria, acción y reacción a dos maneras de ver la vida

Paloma Cuevas ha conseguido lo que podría definirse en la pista de un circo como 'el más difícil todavía'. Primero tuvo que procesar una exposición pública de su ruptura, donde Enrique Ponce mostraba en sus redes sociales su amor por Ana Soria cuando aún no se había divorciado. Vivían separados, pero el torero se pasó al bando de los tiktokeros. Supuso el asombro para los que sabían de su rechazo a mostrar su intimidad y más en las redes sociales.

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Jorge C. Parcero

Nada que objetar a la manera de funcionar de la joven, que es común a su target de edad. Los instagramers veinteañeros hacen un visionado constante de su día a día. Pero las que no resultaban comprensibles eran las quejas de Ponce cuando en una presentación de un cartel taurino echó en cara a la prensa el no tener intimidad. “Menudo añito me habéis dado”, dijo ante la perplejidad de los presentes.

Este fue el primer proceso vital para Paloma Cuevas. El segundo tenía que ver con su nueva relación afectiva, que sorprendió de la misma manera que el 'tiktokismo' del padre de sus hijas. Su relación con Luis Miguel fue otro bombazo del que ha sabido mantenerse en un perfil muy bajo.

Poco a poco fue mostrando esa nueva faceta de mujer enamorada con salidas más o menos estudiadas que confirmaban lo que ya era un secreto a veces. Victoriano Valencia, el padre querido, envolvió la felicidad de su hija con unas declaraciones en las que dejaba claro lo mucho que le gustaba el que podría convertirse en futuro yerno.

En este sentido, hay que explicar que Victoriano, un gran hombre honesto, leal y fiel a sus principios, lo pasó mal ante la exposición pública del padre de sus nietas. Todas estas historias forman parte del pasado.

Enrique Ponce y Ana Soria ya son una pareja estable después del tsunami que supuso su relación amorosa. Hubo ciertos rumores del enfado del torero al enterarse de que su gran amigo Luis Miguel era ahora la pareja oficial de su exmujer. Incluso se llegó a decir que habían llegado a las manos en un restaurante donde coincidieron. Nada fue cierto porque desde su separación, nunca más volvieron a verse. Y más: aunque Ponce haya tenido una exposición pública buscada, sigue siendo un caballero.

Por su parte, Ana Soria ha vuelto a sus orígenes, que no son otros que retomar su actividad en las redes sociales que, como decía al principio, va unido a su generación. Muestra sus momentos, que casualmente coinciden con alguna noticia relacionada con Paloma Cuevas.

A la acción de una hay reacción de la joven, ya sea por las imágenes que se publican con Luis Miguel o por su faceta como profesional de la moda con los vestidos que crea para Rosa Clará. Por cierto, corrió el rumor de que podía acudir al impresionante desfile de trajes nupciales que presentó la empresaria en Barcelona en la Bridal Fashion Week. Nunca se planteó.

El caso es que la vida de Paloma Cuevas ya está armonizada, igual que la de la estudiante de Derecho. Su actividad en su Instagram va unida a la de Ponce y a su vez (eso parece) se convierte en respuesta del tipo acción/reacción.