El 'calvario granadino' del emir de Qatar: sus problemas para edificar ante la Alhambra
El jeque árabe compró en 2019 el Carmen de San Agustín por 16 millones de euros y este 2023 le denegaron los permisos urbanísticos. Su equipo trabaja para desbloquear el proceso
En 2019, Tamim bin Hamad Al Thani, el emir de Qatar, aparecía en los medios locales granadinos porque había comprado un carmen justo delante de la Alhambra. El jeque árabe había desembolsado 17 millones de dólares -lo que serían unos 16 millones de euros- para adquirir una finca llena de historia. Tanta que ha resultado ser demasiada.
Este año, el Ayuntamiento de Granada ha paralizado las obras de reforma de esta propiedad, conocida como el Carmen de San Agustín. Los escollos con que se ha topado el equipo que trabaja para el magnate árabe son incontables y en estos momentos trabajan a destajo, según ha podido saber Vanitatis, para solucionarlos.
El Ayuntamiento de Granada reclama al jeque que realice más inspecciones arqueológicas antes de cambiar la fisonomía de la finca, entre otras muchas cosas. La propiedad nunca ha estado ausente de polémica, pero a lo largo de 2023 los problemas han aumentado.
Patrimonio de la Unesco
En febrero de este año comenzó el ‘calvario granadino’ del emir. El Consistorio y su Comisión de Patrimonio rechazaban varias propuestas de su equipo. Entre otros motivos, “por la relevancia de una propuesta que afecta a uno de los cármenes más grandes del Albaicín y a su posible impacto en un barrio que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Al igual que se ha hecho en otros espacios, se ha solicitado un estudio patrimonial que avale la no afección al ámbito del patrimonio mundial”.
Entre los trabajadores contratados por el emir se cuentan desde uno de los despachos de arquitectos más reconocidos de España hasta decenas de arqueólogos, abogados y asesores de todo tipo. Además, Tamin había pedido que se descatalogara la vivienda con objeto de proceder a su sustitución por otra de arquitectura más actual, algo que también ha revocado el Ayuntamiento. Con las obras paralizadas y la burocracia en proceso frenético, los trabajos prosiguen en la finca para lograr un entente con el Ayuntamiento que permita al jeque tener la vivienda de sus sueños.
Fundador de Puleva
Tamim bin Hamad Al Thani compró esta residencia en el barrio del Albaicín en 2019 después de dos años de duras negociaciones con su anterior propietario, que era ni más ni menos que el granadino Rafael Pérez-Pire, fundador de la empresa láctea Puleva. Pérez-Pire había comprado este palacete en 1943 y antes había pertenecido a unas monjas que se desprendieron de parte de su terreno cuando terminó la Guerra Civil.
La parcela tiene una extensión de 5.656 metros cuadrados, una bonita construcción de unos 800 metros cuadrados y unas vistas espectaculares a la Alhambra. Sin duda, claro, hay bucólicos jardines y una gran piscina. Según el plan general de ordenación urbana de 2000, el Carmen de San Agustín está catalogado como un edificio con nivel tres de protección, informan las mismas fuentes, por lo que los trabajos que quiere llevar a cabo el emir tienen que contar siempre con la aprobación del Ayuntamiento, algo que por ahora no tiene, como hemos visto.
Orientado a La Meca
Lo curioso es que el emir compró la casa por un precio inferior del que habían pedido los Pérez- Pire -llegaron a ser 25 millones de euros- porque sobre la propiedad pesaban algunos embargos y se debían hacer obras de acondicionamiento. Uno de los puntos fuertes de la finca, lo que ‘conquistó’ a este magnate, fueron las vistas tanto al palacio de Granada como al Generalife. Además, no es casualidad, el Carmen está orientado perfectamente hacia La Meca.
No es esta la primera propiedad que compra en Occidente, ni muchísimo menos. Cabe recordar que Tamim bin Hamad Al Thani es el propietario nada más y nada menos que del galáctico club de fútbol París Saint-Germain. La historia de este hombre es un clásico en los países árabes, enriquecidos en el siglo XX gracias a sus recursos naturales. Su padre abdicó en él en 2013 y desde entonces la expansión de su fortuna por territorios occidentales ha ido en aumento. Tamin se ha convertido en una de las personas más poderosas de Occidente, encargado de poner su país en el mapa.
De Harrod's a British Airways
Su fortuna se estima de 2.000 a 2.500 millones de euros, según 'Forbes', y tiene inmuebles repartidos por todo el mundo, aunque es casi imposible determinar cuál es su fortuna real, puesto que la monarquía catarí realiza todas sus inversiones a través de un fondo. Sabemos, por ejemplo, que entre sus inversiones se encuentran algunos de los símbolos de la cultura capitalista europea: Harrod’s, British Airways y hoteles en Londres, como el Ritz y el Savoy. Todas sus inversiones se realizan a través del Qatar Investment Authority, un fondo soberano de inversión creado en 2005 con el que gestionan los ingresos generados por el gas y el petróleo.
La querencia británica de Tamim viene de la mano de su educación: se formó en Inglaterra y en la Royal Military Academy, la misma en la que estudió el príncipe Guillermo. Su actual vida privada es bastante discreta: algunos medios apuntan a que tiene tres esposas y 13 hijos -seis chicas y siete chicos-, y solo uno de ellos, varón, será su heredero.
La única que ha ejercido de primera dama en todos estos años es su primera esposa, Jawaher bin Hamad Al Thani, que es además su prima segunda. Con todo, ninguna de sus mujeres ha logrado conquistar al mundo con su belleza como lo hizo su madre, Mozah bint Nasser al-Missned, la todavía conocida jequesa de Qatar, famosa por sus estilismos. Ella era la favorita de las tres esposas del padre de Tamim y aparecía cada año en las listas de mujeres más elegantes del planeta.
Sea como sea por ahora, ni su madre ni sus esposas podrán visitar el Carmen San Agustín porque las obras están paralizadas por el Ayuntamiento. El dinero no siempre da el poder que uno desearía.
En 2019, Tamim bin Hamad Al Thani, el emir de Qatar, aparecía en los medios locales granadinos porque había comprado un carmen justo delante de la Alhambra. El jeque árabe había desembolsado 17 millones de dólares -lo que serían unos 16 millones de euros- para adquirir una finca llena de historia. Tanta que ha resultado ser demasiada.