El bodorrio de Amelia Bono y Manuel Martos que unió a Lina Morgan con Gallardón en un palacio de los Medinaceli
700 invitados, en una iglesia monumental y celebrada en uno de los palacios más imponentes de la familia Medinaceli. Recordamos todos los detalles de la gran boda que protagonizaron la hija de José Bono y el hijo de Raphael
El 27 de junio de 2008, hace algo más de 15 años, unos jovencísimos Amelia Bono y Manuel Martos se juraron amor eterno en una boda que reunió a más de 700 invitados en Toledo, tierra natal de la novia. Una historia de amor que daba un paso más en una relación que había comenzado 5 años atrás y que esta semana, tras más de 20 años juntos, ponía punto y final con el anuncio de su separación definitiva.
Una noticia que ha protagonizado gran parte de la actualidad de los últimos días y que nos ha recordado que hace apenas unos meses celebraban precisamente esta efeméride tan importante en su matrimonio, del que se han despedido prometiendo llevarse amigablemente por el bien de sus cuatro hijos en común.
Aquella boda fue un auténtico acontecimiento en un momento en el que las bodas multitudinarias estaban reservadas casi en exclusividad para herederos de Casas Reales y nobles. Ellos provenían de dos sagas que podrían considerarse la realeza en sus campos: Amelia es hija de José Bono, uno de los políticos con una carrera más larga y solvente de nuestro país, mientras que Manuel es hijo del cantante Raphael y de Natalia Figueroa, cuñada en su día y ahora tia abuela del marqués de Cubas.
Dos dinastías que entroncaron con la puesta de sol de aquel caluroso sábado de junio y que convocaron a una parte significativa de la élite política, empresarial, cultural y social de nuestro país reflejando una imagen inédita de quiénes eran los protagonistas de la actualidad entonces.
Fueron 700 invitados los que se dieron cita, primero en la iglesia del palacio Hospital Tavera, propiedad de la casa ducal Medinaceli -donde se casaron Rafa Medina y Laura Vecino, duques de Feria-, donde se dieron el ‘sí, quiero’, y más tarde disfrutaron hasta el amanecer en el Cigarral del Ángel Custodio, una de las fincas más espectaculares de las afueras de Toledo.
Entre los invitados más destacados estuvieron los empresarios Rosa Oriol y Salvador Tous y Quique Sarasola, las aristócratas y damas de la alta sociedad como las hermanas Marta y María Chávarri, primas del novio por parte de Natalia Figueroa, Genoveva Casanova, Eugenia Martínez de Irujo, Simoneta Gómez-Acebo y la también diseñadora Agatha Ruiz de la Prada.
También cantantes de fama nacional e internacional como David Bisbal o Carlos Baute, que acudieron acompañados de sus parejas por aquel entonces, Elena Tablada y Beatriz Mira Hafner (actual esposa de Álvaro Fuster), respectivamente. José Luis Perales y Paloma San Basilio tampoco faltaron a la cita con su amigo Raphael como tampoco lo hicieron Pedro Ruiz, María Teresa Campos y el abogado argentino Gustavo Manilow, su novio en ese momento, Lina Morgan, Pedro Piqueras y Luis María Anson.
Aunque la mezcla definitiva llegaba con la lista de políticos, aportación del padrino del enlace, en ese momento presidente del Congreso de los Diputados. Con Alberto Ruiz-Gallardón, Carmen Calvo, María Teresa Fernández de la Vega y Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros.
Elegancia y sofisticación
Una boda por todo lo alto en el que los looks de los protagonistas estuvieron a la altura, también, de un enlace de alto postín, donde la tradición marcó toda la jornada.
La novia llegó puntual del brazo de su padre, orgulloso a más no poder, a la ceremonia que fue oficiada por el padre Ángel, amigo de ambas familias. Dentro, al pie del altar, les esperaban el novio, vestido con un clásico chaqué, y su madre, Natalia Figueroa, una de las madrinas mejor vestidas del momento.
Tal y como se observa en las fotos de la época, Amelia vistió un atemporal diseño firmado por el desaparecido Manuel Mota para Pronovias con un amplio escote barco que dejaba los hombros al descubierto, corpiño drapeado en seda natural y una romántica falda de tul seda capeada con aire etéreo que enfatizaba su escultural silueta. Contaba, además, con una cola de tres metros de largo.
La melena, recogida a media altura con una flor de tela ladeada sobre el hombro derecho (la misma que lució su suegra en su boda con el cantante Raphael), fue cubierta parcialmente por un velo de dos capas de tul de seda natural que dejaba a la vista los pendientes de perlas y el colgante con los que aderezó discretamente el vestido.
Un look clásico y perfecto para combatir las altas temperaturas que asolaban Toledo aquel 27 de junio.
El 27 de junio de 2008, hace algo más de 15 años, unos jovencísimos Amelia Bono y Manuel Martos se juraron amor eterno en una boda que reunió a más de 700 invitados en Toledo, tierra natal de la novia. Una historia de amor que daba un paso más en una relación que había comenzado 5 años atrás y que esta semana, tras más de 20 años juntos, ponía punto y final con el anuncio de su separación definitiva.