Carlos Cánovas, el viudo de Silvia Tortosa, y su derecho a la pensión
Por ahora, Carlos Cánovas se ha mantenido en silencio ante algunas acusaciones que no se ajustan a la realidad
Silvia Tortosa fallecía el pasado 22 de marzo en Barcelona. En estos últimos meses, nada se sabía de su existencia.
Era una mujer muy estricta con su vida privada y no entraba en su agenda mercadear con miserias humanas. Solo cuando lo consideraba necesario informaba de algunos aspectos personales.
En su momento, contó que tenía cáncer y más tarde, cuando lo superó, se sentó a explicarlo en el programa ‘Sábado De Luxe’ y en su canal de YouTube.
Nunca hizo drama de su enfermedad como tampoco de su separación de Carlos Cánovas, y mucho menos de la depresión que sufrió. Podía haberlo hecho. Y no solo eso, sino contar de su propia voz lo que fue para ella la ruptura tras diecisiete años de relación. No lo hizo y, como aseguran colegas de profesión, “Silvia huía del morbo y las tragedias. Era una mujer muy inteligente que marcaba sus tiempos y nunca tuvo escándalos televisivos como los que se han montado ahora en su nombre”.
Una consideración que coincide con el pensamiento de José Manuel Parada, su amigo de toda la vida: “Por extrañas razones no pude comunicarme con ella en los últimos meses porque no me devolvía las llamadas. Pensé que estaba en Estados Unidos, como otras veces. Estoy triste y asombrado por las cosas que están contando personas que eran de su total confianza y que a ella le habría horrorizado. Se están diciendo acusaciones muy duras contra Carlos Cánovas. Han estado diecisiete años juntos y pasaron la noche de bodas en mi casa. Nadie se pregunta por qué Carlos no habla para defenderse. ¿Puede ser que para que la imagen de Silvia siga siendo tan blanca como siempre?”.
En este sentido, Parada prefiere quedarse en la pregunta aunque conoce la respuesta. Seguramente alguna vez la cuente. Por ahora, se sabe que no hay impugnación al testamento y que existen Whatsapps de la actriz y Cánovas cuando estaban separados.
Carlos Cánovas se ha convertido en villano por obra y gracia del representante de la actriz, que ha hecho declaraciones que, con el fallecimiento de su representada, quedan en tierra de nadie. Una verdad con dos versiones al no dar réplica la actriz.
Lo único que si es válido es que a raíz de descubrir (y confirmado por el marido) que mantenía una relación con la actriz Marina Lozano, su mundo se desvanece. El 30 de noviembre de 2023 la relación conyugal se rompe y Cánovas abandona la casa. Días después lo hace su madre, que vivía en la misma vivienda, en una zona independiente. Al poco tiempo fallece.
Silvia Tortosa fue la que propuso a Carlos Cánovas esa organización familiar para que la madre y suegra estuviera mejor atendida. Aseguran que nunca fue una imposición. Hay que recordar que Rocío Jurado mantuvo en su domicilio de La Moraleja a su suegro una vez divorciada de Pedro Carrasco. Y vivió en el chalet hasta su muerte.
Por ahora, Carlos Cánovas se ha mantenido en silencio ante algunas acusaciones que no se ajustan a la realidad, como han confirmado a Vanitatis fuentes muy directas que conocen ciertas interioridades del matrimonio. Se casaron en régimen de separación de bienes y cada uno tenía sus cuentas separadas. No había interferencias económicas. Hasta diciembre del 2023, Cánovas mantenía el mismo régimen económico con los gastos de casa y convivencia a medias. No hubo enriquecimiento por su parte durante los años que duró la relación.
Como publicaba Vanitatis en un reportaje de Silvia Taulés, en el patrimonio y las empresas en las que aparece el productor en el registro mercantil y de la propiedad no existen aportaciones que demuestren que Silvia Tortosa favoreció económicamente a su pareja. Tampoco figura que a lo largo de los diecisiete años en los que estuvieron juntos, Carlos Cánovas adquiriera patrimonio inmobiliario. En cambio, sí hay declaraciones de la actriz en las que explicaba lo importante que era en su vida y lo difícil que habría sido superar el cáncer sin él a su lado.
El último año de convivencia no fue fácil para Tortosa, que ya tenía en su poder el documento de un detective privado (encargado por una tercera persona) en el que aparecía el productor con Marina Lozano. A pesar de ciertas informaciones, no hay imágenes de Cánovas dejando la basura de su actual pareja en la calle. Nunca lo ha hecho, igual que la recreación de la existencia de dos ramos de flores que alguien vio en su coche. Uno grande para Marina y otro pequeño para Silvia. Lo llamativo es que el vehículo tiene los cristales tintados, con lo cual resultaba imposible vislumbrar nada que hubiera en el interior.
Lo que sí es demostrable es que Carlos Cánovas quedó fuera del testamento, que las primas y el representante hablador no recibieron nada y que solo hubo dos mujeres beneficiadas. Una nunca ha hablado y parece que no hablará, y la otra no se sabe. A lo que sí tiene derecho el viudo es a la pensión de la Seguridad Social. En el registro de últimas voluntades del Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones, el estado civil de la actriz era, en la fecha 16/04//2024, de “separada judicialmente”, como recogía EsDiario el miércoles pasado.
Según la misma información, “la pensión de viudedad se percibe siempre y cuando no haya otro matrimonio por la parte superviviente. Silvia Tortosa pudo suponer de sus bienes a futuro, pero no de las prestaciones que reconoce el estado español”.
Silvia Tortosa fallecía el pasado 22 de marzo en Barcelona. En estos últimos meses, nada se sabía de su existencia.
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