Todos los detalles de la boda de Patricia Cadaval, hija de César de 'Los Morancos', desde dentro

Día de gala este sábado 24 de mayo para la familia Cadaval. Se ha casado en el Real de la Jara (pueblo de la Sierra Norte, a 80 kilómetros de Sevilla) la hija menor de César Cadaval, de Los Morancos, y Patricia Rodríguez. La pequeña de los cuatro hijos del matrimonio, Patricia, contraía matrimonio con Pablo Cacace.

Los padrinos han sido sus respectivos padres, César y Ascensión Vaca, con mantilla negra y un detalle goyesco en el lazo que lucía para sujetarla. La madre de la novia lució un espectacular modelo de gasa en rojo.

La joven contraía matrimonio religioso en la misma iglesia, San Bartolomé, en la que su hermana Marta se casó unos años antes, sus dos hijos mayores, actuaron como pajes. La iglesia es de estilo mudéjar y conserva en su interior obras del s. XVIII. "Esta boda es más familiar, más íntima", comentaban las vecinas que se habían acercado a ver a la novia. "Su padre tiene aquí una finca y son muy queridos en el pueblo".

Quizás Jorge Cadaval, que ejercía de padrino, estaba tan nervioso o más que su hermano César. "No quiero perderme la cara de mi sobrina y mi hermano antes de entrar, son momentos muy bonitos".

Los esperó en la puerta de la iglesia, de chaqué y con un original chalequillo de flores. Su marido Kent, sus sobrinos y el actor Javier Quiñones, “La Debo”, un miembro más de la familia, también estaban nerviosos. Jorge le dio un apretón de manos a su hermano César antes de que entrara en la iglesia. Siempre habla de lo orgulloso que se siente de la unión familiar y ha creado un vínculo muy especial con sus 16 sobrinos, con los que hace anualmente un viaje en el que disfrutan todos juntos.

La sencillez y la elegancia son los adjetivos que calificarían una boda que estaba plagada de detalles muy personales. Algunos de ellos son la imagen de la Virgen del Rocío que presidía el altar, los reclinatorios traídos de la Hermandad del Rocío de Triana, la alfombra roja para acceder a la iglesia o la decoración floral a base de flores silvestres.

La novia llegó con el retraso tradicional en un coche que conducía su hermano Alfonso. Lucía un traje de la firma Cherubina, regalo de su tío Jorge. En la Iglesia la música en directo no faltó a cargo del grupo Siempre Así, liderado por Rafa Almarcha, al piano David Montoya quien interpretó la marcha nupcial.

Marco y Jaime Soto, “Mi hermano y york”, interpretaron el Aleluya de Leonard Cohen y Rocío Soto interpretó otro tema en la comunión. También intervinieron José Luis Pérez Vera y su padre Juan Rafael cantando unas sevillanas. La ceremonia reunió momentos muy emotivos. Los 450 invitados se dirigieron después a la finca familiar para un almuerzo.

Entre las caras conocidas destacó la presentación oficial como pareja de Alberto Herrera, hijo de Carlos Herrera y Mariló Montero, y Blanca Llandes. Ambos se convirtieron en la pareja más fotografiada, a pesar de la timidez de Blanca, prima hermana de Lourdes Montes. Los jóvenes se conocen desde niños y desde hace unos meses han iniciado un noviazgo acogido con mucha alegría por sus respectivas familias.

Maite Cadaval, tía de la novia, sorprendió con una nueva imagen tras perder 22 kilos de peso, vestida de verde por Fernando Claro. Llegó acompañada de su marido, Alberto Fernández, su hijo Jorge y la mujer de este, Blanca González de la Peña. “Me he convertido en imagen de la clínica Iris, estoy perdiendo peso y cuidándome mucho y estoy encantada”, comentó a Vanitatis antes de entrar en la Iglesia.

También asistieron José Manuel Soto y su mujer, Pilar Parejo, Pepa Muñoz del restaurante El Qüenco de Pepa, Rocío Laffón, íntima de Victoria Federica, con un diseño de IQ Collection, el comentarista deportivo Cristóbal Soria, con su mujer Ana y Remedín Vázquez, hija del fallecido torero Manolo Vázquez.

La celebración de la boda se prolongará todo el fin de semana, dado el carácter festivo de la familia Cadaval. Se trata de un almuerzo en la Dehesa Navarredonda, propiedad de César, donde la familia suele reunirse con frecuencia. La música, la buena gastronomía y el baile no faltarán. Los novios se irán de viaje a la Polinesia francesa.