Basarri Gin Club, un restaurante interesante en La Latina

Muy cerca de La Latina, a medio camino hacia la Puerta de Toledo, hay una fachada que no dice nada, por la que podrían pasar varias veces y no entrar nunca. Sin embargo, si traspasan el umbral, se sorprenderán. Su barra llama la atención, los pinchos y tapas sorprenden. Encima del mostrador, tras la vitrina, se descubren tapas y pinchos muy cuidados que muestran que no estamos ante un bar más de la zona. Todo está pensado y ejecutado con más dedicación que en la media de locales de alrededor. Es el anuncio de que allí dentro las cosas se piensan y trabajan antes de servirlas. Y si la fachada no dice nada, la entrada al local, apunta los grandes espacios que esconde el local: Tras la barra una zona de mesas altas para tomar copas o tapear, decorada con retratos de Marilyn y Audrey, entre otros, pintadas sobre tablas de madera de ‘pallets’, tan de moda hoy en cualquier local. Detrás, un par de comedores y una bodega acristalada. En la planta baja una gran cava de ladrillo visto.

Ante tanta sorpresa nos sentamos a comer, precios moderados, para una cocina tradicional modernizada, de presentaciones muy cuidadas y eso se aprecia. El hecho de ver como desde la cocina hay preocupación y ocupación por hacer las cosas bien y de forma diferente a la oferta más popular de la zona, es algo que se agradece. Una carta de cocina tradicional pasada por el tamiz de enplatados limpios y estéticos. La propuesta más interesante de la zona en la que se respetan sabores y producto.

Una entradas a base de paté de sardina, un ravioli crujiente relleno de queso, miel y orégano Y como ya viene siendo habitual, no podía faltar el omnipresente pulpo, un imprescindible en cualquier restaurante con aspiraciones a entrar en el circuito de locales más frecuentados, pero hasta en eso han tratado de hacer algo ligeramente diferente, no lo hacen a la brasa y lo acompañan de calabacín, en lugar del tradicional puré de patatas. Muy bueno el foie caramelizado envuelto en manzana asada, otro plato muy común hoy en día, pero aquí resulta más ligero y menos pesado que lo que se está haciendo por ahí. Nos gustó la hamburguesa trufada, carne de calidad, aromatizada con trufa. Probamos un solomillo de buey sobre puré de patatas bien hecho. La costilla de vaca para dos (1,2kg), asada a baja temperatura durante 22 horas, se deshace en la boca.

Si pronto se adivina el oficio y buen hacer del chef Eduardo Maine, la labor de Francisco Cobo en la sala denota muchos años de oficio; el solo se bastó para atender la sala casi llena perfectamente y con suma eficacia perfecto en los ritmos. La carta de vinos parece correcta, pero el tinto que sirven por copas fue la parte más débil del menú.

EL nombre Basarri Gin Club hace honor al concepto del local, cocina y copas, con más de 30 ginebras, que van desde los 5€ a los 9,50€ de las ginebras Premium.

Basarri Gin Club (C/ Toledo, 82, Madrid. Tel. 91 366 76 21. www.basarriginclub.com