Primeras declaraciones de Ainhoa Arteta tras su divorcio de Jesús Garmendia

Ainhoa Arteta ha querido llevar su separación matrimonial del jinete Jesús Garmendia con la mayor discreción posible. Iniciaron su relación en el 2005 y fue la propia soprano la que lo anunció, para que no hubiera especulaciones de ningún tipo. Cinco años más tarde nació Iker y en el 2013 se casaron en Fuenterrabía, en una ceremonia muy íntima. Arteta se encargó de comunicarlo a los medios.

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J. Madrid M. Bolonio

Una vida discreta que quiere seguir manteniendo al margen de los comentarios y rumores que puedan complicar esta separación que ha sorprendido mediáticamente, pero no al círculo más íntimo. Desde hace dos meses, la decisión estaba tomada y lo único que había que perfilar eran las cuestiones relativas al menor, ya que en los temas financieros y patrimoniales se casaron con separación de bienes. El montante monetario importante pertenece a la soprano y, de hecho, mientras estuvieron casados, Arteta financió con la compra de caballos a su marido. En principio, no cabe compensación económica para el jinete. Por lo tanto, y salvo que aparezcan elementos perturbadores que impidan las negociaciones que se llevan a cabo relativas a la custodia del menor, el divorcio no se convertirá en contencioso.

Ainhoa Arteta, que tiene este verano su gira de conciertos, hubiera preferido que la noticia de su separación, publicada por el diario 'ABC', no hubiera trascendido antes de que se ratificara en el juzgado. Pero una vez que la información se hizo pública, la soprano explica a Vanitatis, en las que son sus primeras declaraciones, lo siguiente: "Lo único que quiero es sosiego emocional para mis hijos, que son lo verdaderamente importante para mí. Y eso lo tienen. Estoy tranquila, centrada en mi trabajo, rodeada de las personas que me quieren y mirando siempre adelante. La vida continúa. No voy a hacer más comentarios porque nunca he hablado de aspectos de mi vida que no pertenezcan al ámbito profesional".

La cláusula quebrada

Según confirman a Vanitatis, la soprano no quiere que este divorcio se convierta en un culebrón y en su entorno han sorprendido las manifestaciones de Jesús Garmendia, ya que se estaba negociando una cláusula de confidencialidad. En estos momentos también se busca una solución judicial para el menor, donde no se contemplaría la custodia compartida.

"La obsesión principal de Ainhoa son sus hijos y que no se los toquen. No quiere el sufrimiento que pasó cuando se separó de su primer marido, que desapareció de la vida de su hija mayor. Tuvo la ayuda de su madre, que la apoyó siempre, hasta que falleció. Fue la gran tragedia en su vida. Ainhoa no quiere que se repita esa historia. Los tiempos no los va a manejar Garmendia", explican a Vanitatis amistades íntimas.

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