Capri, la (pequeña) isla de los sueños
Sus espectaculares acantilados, su memoria milenaria y su alma de artista te embriagarán, como ya lo ha hecho con tantas y tantas celebrities. No te pierdas sus muchos cantos de sirena
No te dejes engañar por su tamaño. Aunque apenas tiene 17 kilómetros de perímetro, la isla de Capri, situada en pleno Mediterráneo, concretamente en el mar Tirreno, junto al golfo de Nápoles, se ha ganado a pulso ser uno de los primeros destinos de vacaciones del mundo. Por sus espectaculares acantilados, por su memoria milenaria y porque embriaga a los que tienen en su alma algo de artista. En verano Capri se enorgullece aún más de sus orígenes mediterráneos y saca pecho para lucir sus encantos. Que son muchos.
El viejo Estrabón aseguraba que Capri fue un día parte de tierra firme, y parece que no le faltaba razón. Lo han confirmado mucho después los estudios geológicos que defienden también que la isla estuvo habitada desde tiempos remotos, a juzgar por los fósiles del Neolítico y la Edad del Bronce encontrados en su territorio. Ya los emperadores romanos, sibaritas donde los haya y amantes de lo exclusivo, eligieron esta isla para levantar magníficas villas desde las que gobernaban sus dominios. Por aquí anduvieron Octavio Augusto, Tiberio o el terrible Calígula que fueron dejando paso, hasta hoy, a artistas, escritores y celebridades varias, desde la reina Victoria de Suecia hasta Gracie Fields, autora de las míticas canciones 'La isla de Capri' y 'Vuelve a Sorrento', o ya en la actualidad, Mariah Carey, quien, como George Clooney, también posee una villa en la isla. O el magnate ruso Roman Abramovich. O Denzel Washington. O algunos miembros de familias millonarias como Swarovski, Arnault o Krupp. O incluso Leo Messi, Thalia, Richard Gere y Will Smith.
Alberto Moravia decía que Capri asustaba por su belleza extrema, con su mar perfecto, de un azul subido de tono. Demasiada perfección, insistía el autor de 'La Romana', pero no era el único que ensalzó la isla, porque han sido muchos los escritores que han desplegado su genio literario en este territorio que, según definición de Goethe, es “el país en el que florecen los limones”. Ahí están también Pablo Neruda, que pasó en esta isla seis meses recién enamorado de Matilde Urrutia, un tiempo suficiente para escribir 'Los versos del capitán'; Marguerite Yourcenar, Rilke, Graham Greene, Máximo Gorki o Curzio Malaparte. El catalán Albert Espinosa (“Si tú me dices ven, lo dejo todo… pero dime ven”) ha sido uno de los últimos escritores en rendirse a su magia.
Apenas dos poblaciones, Capri y su competidora Anacapri, se disputan el foco de las cámaras de cientos de turistas que cada año llegan hasta sus costas y que inmortalizan, como postales idílicas, la Marina Piccola, el Belvedere di Tragara, un paseo salpicado de villas fastuosas; sus callejas enredadas, los 'faraglioni' que se alzan junto al mar, la Gruta Azul o las ruinas de las antiguas villas romanas.
Pero si hay un plan que no os podéis perder a la hora de visitar Capri es, sin duda alguna, el recorrido en barco que rodea la isla. Hay multitud de empresas que ofrecen este tipo de excursiones y los precios son muy similares. La diferencia más importante es la elección de excursión privada o en grupo. Os ponemos algunas compañías de alquiler de barcos: Capri Boats, Capri Yacht Charter , Capri Relax Boats y Sercomar.
DÓNDE DORMIR
Como no podía ser de otro modo, los hoteles de Capri hacen honor a este reino del glamour, el lujo y la moda. Empecemos por el Capri Palace Hotel & Spa , en Anacapri, un exclusivo alojamiento con spa y obras de arte originales que organiza catas de vino en su propia bodega y que se encuentra a un kilómetro del monte Solaro y a dos de la Gruta Azul. Uno de sus restaurantes, L’Olivo, cuenta con dos estrellas Michelin.
Podemos seguir con el hotel Caesar Augustus, a 300 metros sobre el nivel del mar, que parece colgado literalmente del acantilado. Tiene unas vistas impresionantes de la bahía de Nápoles y la Costa Amalfitana y su restaurante, La Terrazza di Lucullo, presume de servir sólo verduras y hortalizas cosechadas en su propio huerto. Aquí la calidez, la elegancia y la exquisitez se pagan, porque pasar la noche en este establecimiento sale en torno a los 2.500 euros por pareja.
Y como última propuesta, nos adentraremos en el Villa Mediterranea Capri, un alojamiento de gran lujo a solo 400 metros de la Piazzetta di Capri y al comienzo de la calle que conduce a la villa romana del emperador Tiberio. Es obligado tomarse una copa en su Jacky Bar, un espacio muy elegante con vistas extraordinarias que evoca la Cuba de los años 50.
Capri Tiberio Palace, el nuevo lugar donde dejarse ver en la isla. La época dorada de Capri, cuando la jet set internacional de los 60 elegía sus costas para perderse, se respira en cada uno de sus rincones, así que busca un hueco y escápate a este pequeño rincón de Italia.
DÓNDE COMER
Capri también se merece un homenaje gastronómico en cualquiera de sus variados y coquetos restaurantes. Hay que conocer Da Tonino, uno de los mejores de la isla. Tiene una carta amplia en la que caben todos los gustos y sabores. Es el típico local con un bonito y romántico jardín al que se va a comer bien y también a ver y ser visto. El chef Salvatore Aprea prepara unos antipasti de flores de calabacín rellenas de ricotta para chuparse los dedos, pero tampoco hay que despreciar los tortellini rellenos de queso pecorino con salsa de mejillones y lima. Pero sin duda el lugar preferido de la jet es Villa Verde con sus pizzas cocinadas en horno de leña.
Situado muy cerca de la milla de oro de Capri, en Le Camerelle, se halla Villa Margheritta, un restaurante con muy buen ambiente, una espectacular propuesta gastronómica y un entorno excelente. Deliciosa la sepia con judías verdes y tomate. Y otro restaurante imprescindible para llevarse un buen sabor de boca de Capri es la romántica Terrazza Brunella, con impresionantes vistas hacia Marina Piccola. El carpaccio de pulpo y chipirones se deshace en la boca.
DÓNDE DEJARSE VER
¿Y después? ¿Qué podemos hacer en Capri al llegar la noche? No hay que preocuparse, porque la oferta del ocio nocturno es grande. Las opciones son muchas, pero podemos tomar como referencia la Taverna Anema e Core, una disco con música popular italiana en directo. Entrar y tomar una copa sale por unos 40 euros, pero merece la pena. Hay muy buen ambiente y la diversión está asegurada. Su propietario, Guido Lembo, es el primero en ponerse a bailar y a cantar. Los beach clubs de moda son el Fontelina y Concal del Sogno, los preferidos de Mar Flores.
También lo puedes pasar muy bien en el Number Two Club, considerado uno de los mejores clubes de Capri. Cuenta con dos espacios, uno para música en vivo y otro para música house. Y si quieres canciones napolitanas, y picotear algo, tu sitio es Il Giardino degli Aranci. Allí escucharás, fijo, el 'O sole mio', ese tema que, a pesar de ser centenario, goza de una salud a prueba de bomba. Un homenaje a ese sol napolitano que brilla de manera muy especial en Capri, la (pequeña) isla de los sueños.
MARÍA LEÓN, comunicadora experta en estilo de vida y viajes
“Me encanta Capri porque es un destino que me permite viajar en el tiempo a mi época favorita, los años 50. Es un escenario de película, donde, si tienes imaginación, tú misma te puedes sentir actriz protagonista de un guion al más puro estilo Hollywood. Es ideal para disfrutar de un verano muy chic. Y otra cosa por la que muero es por la gastronomía italiana.
Estuve en el Grand Hotel Quisisana. Es un clásico muy frecuentado por distintas celebridades, donde se puede disfrutar del ambiente más chic de la isla. Es muy agradable tomar un bellini en la terraza.
¿Chiringuito? Sin duda, La Fontelina (1949) al que solo se puede acceder en barca y que está justo enfrente de los famosos faraglioni (tres rocas enormes).
Y no te puedes ir de Capri sin encargarte unas sandalias a medida (que te hacen en el acto) en Cuccurullo, en Marina Grande.
Y a poco que te guste la aventura, tienes que bucear en las aguas cristalinas de la Gruta Azul”.
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¿Todo listo para aterrizar en Capri?
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Has aterrizado en Capri y tu neceser debe tener ya los ”must have” del verano. Una vez más apostamos por el socorrido formato mini para tus viajes. Nos encanta el pack de Elizabeth Arden con la mítica (y centenaria) crema Eight Hour Cream y la linea Ceramide, como herramienta excepcional para estar radiante. Atentas porque esta joya del neceser de Elizabeth Arden solo está disponible en aeropuertos, como este kit de los aromas de Guerlain que te proponemos para acompañarte en este viaje. Continuando, nuestro básico en la bolsa de la playa: Terracota Sun Protect 30, de Guerlain, que acelera el bronceado, protege tu piel y tiene una envolvente fragancia de flor de tiaré… Y de noche, un tono oscuro en los labios…Listos para los mil y un escenarios que te propone Capri…
Color Sheer Bamboo, de Tom Ford. Neceser de viaje, de Elizabeth Arden. Terracota Sun Protect 30, de Guerlain. Miniaturas Aqua Allegoria Miniature, de Guerlain.
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No te dejes engañar por su tamaño. Aunque apenas tiene 17 kilómetros de perímetro, la isla de Capri, situada en pleno Mediterráneo, concretamente en el mar Tirreno, junto al golfo de Nápoles, se ha ganado a pulso ser uno de los primeros destinos de vacaciones del mundo. Por sus espectaculares acantilados, por su memoria milenaria y porque embriaga a los que tienen en su alma algo de artista. En verano Capri se enorgullece aún más de sus orígenes mediterráneos y saca pecho para lucir sus encantos. Que son muchos.
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