Así es el resort a 3.600 euros la noche donde veranean Isabel Preysler y Vargas Llosa
La pareja protagoniza un posado 'no oficial’ en uno de los enclaves más exclusivos de Maldivas. Allí, han acudido anteriormente también los Cambridge o los Clooney, entre otros
Hacía exactamente 23 años que Isabel Preysler no se dejaba ver en bikini (que no en bañador) en la portada de una revista. La reina del papel couché nacional aparecía radiante en la revista ‘¡Hola!’, donde era 'cazada' mientras pasaba unos días en un lujoso resort de Maldivas hasta donde ha ido con Mario Vargas Llosa, para disfrutar unos días de descanso y desconexión en el complejo Cheval Blanc Randheli. La pareja sigue demostrando que su relación está viento en popa y que ellos se encuentran un momento sentimental excelente y, en el caso de Isabel sobre todo, en una sorprendente y envidiable buena forma. No hay más que ver su silueta.
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Como recoge la publicación, Preysler y Mario pasan las horas en Maldivas llevando cada cual el agua a su molino: él escribe durante horas la que será su nueva novela y ella se relaja nadando y leyendo en un receso estival no apto para todos los bolsillos. Porque, ¿cuánto dirían ustedes que cuesta dormir a pierna suelta en este hotel situado en esta isla del Índico? Pues bien, alojarse una noche en las exóticas cabañas del Cheval Blanc Randheli, ubicadas en el islote atolón Noonu, podría ascender a 3.618 euros, si elegimos el recinto más privado y sibarita del lugar. Así que calculando una semanita (¿qué menos?), la estancia subiría a 25.326 euros.
Estas pequeñas villas de lujo (llamadas Lagoon Garden), de 350 metros cuadrados y situadas entre selva y aguas cristalinas, han sido también destino vacacional de parejas como los duques de Cambridge o los Clooney, que asisten a este recinto donde la privacidad y la excelencia los rodean con un servicio personal las 24 horas del día. El espacio cuenta con jardín privado y una terraza que se adentra en el mar turquesa. A estos 'pequeños' detalles, hay que sumarles una pérgola privada para servir la cena y una infinity pool de 13 metros de largo. El enclave está pensado para una pareja y una habitación de invitados, pero bien podría alojarse una familia al completo.
Asimismo, el contacto y el buceo con las tortugas naturales es uno de los actractivos reclamos, algo que está controlado y vigilado por la seguridad y el gobierno insular. Aquí, lo importante es emular el paraíso hasta el último detalle. Para los gourmets y los sibaritas de la buena mesa, el resort cuenta con cinco restaurantes de alta cocina internacional, con especialidad en platos del sudeste asiático. Además, los fines de semana se encuentra abierto el restaurante ‘Le 1947’, que reinterpreta las artes culinarias francesas. Más tarde, estas calorías se pueden quemar en el centro de fitness o el hamman (baño turco) que también forman parte del resort.
Desde que en 2014, Kate Middleton y el príncipe Guillermo se alojaron en este rincón paradisiaco, el establecimiento, que llevaba pocos meses abierto, se popularizó de forma exponencial. Desde entonces, ha sido objeto de deseo de las parejas más acaudaladas del globo, entre ellos David y Victoria Beckham y ahora nuestros patrios Preysler-Vargas Llosa.
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Hacía exactamente 23 años que Isabel Preysler no se dejaba ver en bikini (que no en bañador) en la portada de una revista. La reina del papel couché nacional aparecía radiante en la revista ‘¡Hola!’, donde era 'cazada' mientras pasaba unos días en un lujoso resort de Maldivas hasta donde ha ido con Mario Vargas Llosa, para disfrutar unos días de descanso y desconexión en el complejo Cheval Blanc Randheli. La pareja sigue demostrando que su relación está viento en popa y que ellos se encuentran un momento sentimental excelente y, en el caso de Isabel sobre todo, en una sorprendente y envidiable buena forma. No hay más que ver su silueta.