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Novias que huyen del blanco para su vestido: inspiración en 5 looks
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BODA A TODO COLOR

Novias que huyen del blanco para su vestido: inspiración en 5 looks

Son pocas, pero únicas y diferentes al resto. Cinco novias y cinco trajes nupciales espectaculares que rompen la pauta del blanco para escaparse de la tradición

Foto: Un vestido de novia de color rosa de Millia London. (Instagram/ @millia.london)
Un vestido de novia de color rosa de Millia London. (Instagram/ @millia.london)

Cuando recreamos en nuestra mente la imagen de una novia camino al altar, el blanco nunca falta. Símbolo de pureza e inocencia, fue la Reina Victoria de Inglaterra quién, en 1840, lo introdujo como insignia cromática nupcial y desde entonces, otras mujeres de la realeza, así como el resto de mortales, lo han lucido boda a boda para pronunciar el esperado 'sí, quiero'. Es una tradición y como tal, es lo que se espera ver en un enlace: una novia radiante y por supuesto, de blanco.

Aunque, como ocurre con el cumplimiento de cualquier norma, la excepción siempre entra en juego para ponerla en jaque. ¿Traducción? Lo creas o no, hay novias que huyen del blanco para su vestido. Son pocas, pero únicas y diferentes al resto. Desde una inolvidable Audrey Hepburn con un minivestido rosa para su segundo matrimonio con Andrea Dotti en 1969, pasando por una joven Sarah Jessica Parker de negro a finales de los 90, hasta llegar a una rebelde Gwen Stefani con un traje 'tie-dye' de Dior en 2002, por referentes de celebridades rebeldes no será. Una corriente que, en pleno 2022, otras tantas 'bride to be' escogen para teñir sus vestidos y de paso, causar sensación en las redes sociales. Inspiración a todo color en cinco looks.

Comenzamos por todo lo alto. Igual siempre has fantaseado con emular a tu princesa Disney favorita para tu atuendo nupcial, pues sobra decir que esta novia inglesa cumplió su sueño y lo hizo ataviada con esta espectacular creación de la firma Millia London. Referente mundial en el asunto por sus llamativos vestidos en rosa, azul, verde, rojo y amarillo, como Bella, sus propuestas no solo dejan indiferentes por romper con el blanco, las capas de tul, el volumen y los excesos en general, son sus señas de identidad por igual.

Más discreta y factible es la paleta cromática de los azucarados. Con el rosa asentado como alternativa en vestidos y accesorios, el azul cielo comienza a abrirse paso entre esas novias que buscan presumir de tono preferido, al tiempo que quieren diferenciarse. Apunta: combina bien con otros azules de su familia, de los intensos a otros extremadamente más suaves, y por supuesto, con el resto de pasteles.

Metalizados, marfiles y tonos nude entran en juego. Similar al blanco y con las mismas normas de estilo a la hora de combinarlo con el calzado, las joyas, los accesorios para el pelo o el ramo, esta gama tiene un punto de decadencia glamourosa que conquista a novias amantes de lo retro. ¿El resultado? Looks sofisticados y elegantes que siguen alejándose de los convencionalismos.

Si hablamos de novias coloridas y arriesgadas, por mucho que nos cueste visualizarlo a priori, los estampados no pueden faltar. Un único motivo se alza como predilecto y, por otro lado, adecuado y en consonancia con el romanticismo que envuelve estos outfits, las flores. Se permite el fondo blanco y sobre él, ramilletes a contraste más o menos grandes y siempre salpicando todo el corte.

Llegamos al final de este apasionante recorrido nupcial con dos tendencias. A un lado, el rosa palo, y al otro, las aplicaciones joya. De la fusión de ambos se originan modelos tan especiales como los que forman parte de la colección de la británica Jenny Packham. Ahora bien, vistos los cinco outfits, ¿te atreverías a vestirte con uno de estos colores para tu boda y rebote, dejar con la boca abierta a tus invitados?

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Cuando recreamos en nuestra mente la imagen de una novia camino al altar, el blanco nunca falta. Símbolo de pureza e inocencia, fue la Reina Victoria de Inglaterra quién, en 1840, lo introdujo como insignia cromática nupcial y desde entonces, otras mujeres de la realeza, así como el resto de mortales, lo han lucido boda a boda para pronunciar el esperado 'sí, quiero'. Es una tradición y como tal, es lo que se espera ver en un enlace: una novia radiante y por supuesto, de blanco.

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