Lorenzo Caprile nos desvela los secretos del vestido de novia de Cristina de Borbón-Dos Sicilias: "Fue moderno para su época"
Cuando se cumplen 30 años de la boda de Cristina de Borbón-Dos Sicilias y Pedro López-Quesada, y a punto de celebrarse el enlace de su hija, Victoria López-Quesada, hablamos con el diseñador que vistió y vestirá a ambas mujeres
Victoria López-Quesada y su prometido, Enrique Moreno de la Cova, están en capilla. La hija mayor del matrimonio formado por Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y a su vez, ahijada del rey Felipe VI, le dará el 'sí, quiero' al hijo del ganadero sevillano Enrique Moreno de la Cova Maestre y de la pintora Cristina Ybarra y Sainz de la Maza, en una boda que promete ser cónclave de la realeza, la aristocracia y la élite empresarial de nuestro país: tanto la Familia Real Española como la familia del Rey están en la lista de invitados. La pareja se casará el próximo 31 de agosto en Madrid.
Es la segunda fecha elegida por la pareja, tras un sonado cambio de día y ubicación de su enlace. En un principio iba a ser en otoño en La Toledana, la finca familiar de los Borbón-Dos Sicilias en Ciudad Real, pero, tal y como publicó Vanitatis hace meses, varios motivos de peso llevaron a Victoria y Enrique a modificar el día y el lugar. Algunos medios de comunicación apuntaron a que asegurar la asistencia del rey Felipe a la boda -recordemos, padrino de la novia- fue uno de esos motivos. Según anunció la revista '¡Hola!', y pudo confirmar Vanitatis, la celebración será en Soto Mozanaque, la finca propiedad de Ioannes Osorio, duque de Albuquerque, testigo de otros enlaces de la jet set. La mencionada cabecera también reveló que Lorenzo Caprile sería el encargado de diseñar el vestido de la novia, una elección que no es casual: el modista fue el artífice del vestido de novia de su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias.
Cuando se cumplen 30 años de la boda de Cristina de Borbón-Dos Sicilias y Pedro López-Quesada, y a punto de celebrarse el enlace de su hija, Victoria López-Quesada, hablamos con el diseñador nupcial que vistió y vestirá a ambas mujeres.
La mayor de los cinco hijos que tuvo Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria e infante de España, con la princesa Ana de Orleans, Cristina, contrajo matrimonio el 15 de julio de 1994 en la finca La Toledana con Pedro López-Quesada, amigo íntimo del por entonces príncipe de Asturias e hijo del empresario Pedro López-Quesada y Fernández Lascoiti y Adela Fernández de Urrutia Carles, heredera de una saga de banqueros. A la boda, todo un acontecimiento social de mediados de la década de los 90, asistió la Familia Real española al completo: desde los reyes Juan Carlos y Sofía, hasta sus tres hijos, las infantas Elena y Cristina y el príncipe Felipe. Es más, ellos cinco presidieron el enlace situados en la parte derecha del altar levantado en la finca ubicada en Ciudad Real.
Cristina de Borbón-Dos Sicilias y sus hermanos se criaron con los hijos de los hoy reyes eméritos. Don Juan Carlos y Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primos hermanos y amigos íntimos, compartían no solo compromisos oficiales, también momentos familiares. Una relación, la de Cristina con el príncipe Felipe, que se estrechó aún más el día de su boda con Pedro López-Quesada, amigo a su vez del por entonces heredero al trono.
El vestido de novia de Carla Royo-Villanova, el punto de partida
En aquella época, principios de la década de los 90, un joven Lorenzo Caprile comenzaba a despuntar y darse a conocer como el rey de los corpiños para novias. Suyo fue el vestido de novia que Carla Royo-Villanova llevó en su boda con el príncipe Kubrat de Bulgaria, un traje que supuso un antes y un después en su incipiente carrera, pero también en la historia de la industria de la moda nupcial.
Carla y Kubrat se casaron el 2 de julio de 1993 en el monasterio de la Encarnación, en Madrid, y ella lo hizo enfundada en un modelo rompedor que sorprendió a los allí congregados. Era la primera vez que una novia real lucía un traje con corpiño. Se trató de una creación ideada por un entonces desconocido Lorenzo Caprile. "Nunca olvidaré el día que le pedí a un buen amigo que me hiciera el vestido. Él no era modista y estudiaba otra carrera fuera de Madrid, por lo que en un primer momento me dijo que no. Era Lorenzo Caprile. Se armó de valor y diseñó aquel corsé de la época del Monasterio de la Encarnación, donde se celebró la boda", confesó Carla para Vanitatis hace un año. "Me emocioné muchísimo cuando al bajar del coche, del brazo de mi padre, vi a Lorenzo esperando para colocarme el vestido antes de entrar al monasterio".
Aquel look nupcial que dejó con la boca abierta al mundo estaba inspirado en Leonor de Médici y constaba de dos piezas (un cuerpo corsetero y una falda), era el estilo perfecto para ese templo religioso de principios del siglo XVII. Destacó, como no podía ser de otra forma, el corsé de escote cuadrado acompañado de unas mangas cortas afaroladas y de ahí, una gran falda abullonada. Fue no solo el primer vestido de novia que le encargaron a Lorenzo Caprile, sino uno de los más mediáticos.
"Cuando Cristina de Borbón-Dos Sicilias se iba a casar hace 30 años, el vestido de novia de Carla ya había revolucionado la industria y ese diseño sentó las bases de su traje de novia", explica el modista en una entrevista telefónica para Vanitatis.
Lorenzo Caprile: "Fue moderno para su época"
En 1994, y precedido por el éxito que cosechó un año antes el vestido de novia que ideo para su amiga Carla Royo-Villanova, el diseñador asumió el encargo de vestir a la hija de Carlos de Borbón-Dos Sicilias y la princesa Ana de Orleans, "con mucha ilusión", confiesa a este medio. Aunque admite que es difícil recordar cada detalle del traje nupcial que llevó Cristina de Borbón-Dos Sicilias para entonar el 'sí, quiero' a Pedro López-Quesada, "han pasado muchos años, 30, nada más ni nada menos", fue un proceso de creación cargado de ilusión.
En contra de lo que a simple vista pueda parecer por su cuerpo encorsetado y su falda corpulenta, dos rasgos alejados de las tendencias y las corrientes en moda nupcial que mandan hoy y que imponen a los vestidos fluidos como esenciales en el armario de la novia, el vestido que lució la madre de Victoria López-Quesada, "no fue clásico para su época, todo lo contrario, era un vestido de novia moderno".
Como manda la tradición, la novia llegó a la ceremonia religiosa del brazo de su padre y padrino, Carlos de Borbón-Dos Sicilias, descubriendo el secreto mejor guardado en toda boda: su vestido. Al igual que el de Carla Royo-Villanova, estaba conformado por dos prendas, un corpiño y una falda. La pieza protagonista volvió a ser el cuerpo del traje, un corsé regio y estructurado con escote en V, manga larga y acabado en pico que se decoró con unos bordados 3D en el cuello, los puños y el bajo. Una vez concluido el corpiño, se daba paso a una falda voluminosa de silueta globo con cintura fruncida, bajo a ras de suelo que dejaba asomar unas enaguas de encaje y como colofón, una cola que quedaba arrastrando varios metros por el suelo.
En pocas palabras, una pieza con historia. Tal es la influencia que este traje ha ejercido en la industria de la moda nupcial, que, tal y como nos avanza el propio Caprile en primicia, será uno de los modelos que quedará expuesto en 'Caprile Lorenzo', una exposición comisariada por Eloy Martínez de la Pera y José Luis Massó Guirao que se inaugurará a mediados del mes de octubre en Madrid y que supondrá un viaje por la vida personal y profesional del modista.
El camino de Caprile como diseñador de referencia de la realeza española continuaría tres años después cuando vistió a la infanta Cristina para su boda con Iñaki Urdangarin aquel 4 de octubre de 1997. Un camino que le ha llevado, en la actualidad, a ser considerado el primer espada de la moda nupcial de nuestro país.
Volviendo al atuendo de novia de la hija de Carlos de Borbón-Dos Sicilias y la princesa Ana de Orleans, completó su look con un velo de encaje antiguo, una pieza que ha trascendido de generación en generación y que llevará el próximo 31 de agosto su hija, Victoria López-Quesada, en su boda. En origen, este accesorio tipo mantilla con puntillas y adornos florales, perteneció a su bisabuela, la infanta Alicia de Borbón-Parma, y desde entonces son varias mujeres de la familia las que lo han lucido en sus respectivos enlaces. Cierto es que la ahijada de Felipe VI no ha optado por reciclar y adaptar el vestido de novia de su madre, y sí que hará el guiño al legado familiar portando el velo, pero que haya elegido a Lorenzo Caprile como diseñador es, sin duda, un homenaje a su progenitora. Solo nos quedará ver cómo es el vestido de novia que en estos momentos se confecciona en el taller de Caprile de Madrid para la novia royal de la temporada.
Victoria López-Quesada y su prometido, Enrique Moreno de la Cova, están en capilla. La hija mayor del matrimonio formado por Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y a su vez, ahijada del rey Felipe VI, le dará el 'sí, quiero' al hijo del ganadero sevillano Enrique Moreno de la Cova Maestre y de la pintora Cristina Ybarra y Sainz de la Maza, en una boda que promete ser cónclave de la realeza, la aristocracia y la élite empresarial de nuestro país: tanto la Familia Real Española como la familia del Rey están en la lista de invitados. La pareja se casará el próximo 31 de agosto en Madrid.
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