¿Cómo comportarse en una entrevista? Aprende las claves de un lenguaje corporal seguro

La búsqueda de empleo es todo un reto, para muchas personas supone una carga extra que se coloca sobre sus hombros como una losa. No siempre es sencillo encontrar un puesto que nos resulte atractivo y que sea adecuado a nuestras necesidades, por eso conseguir una entrevista de trabajo suele venir también rodeado de ciertas inseguridades y nerviosismos.

Una vez que estamos en el proceso de selección y se nos ofrece la posibilidad de acceder a la entrevista de trabajo, saber cómo tenemos que comportarnos para mostrarnos seguros y capaces puede marcar la diferencia con el resto de candidatos. Todo es importante, nuestros conocimientos y habilidades, pero también nuestro lenguaje corporal y lo que este dice de nosotros.

Consejos básicos para una entrevista de trabajo

Estar preparado nunca está de más, por eso no es mala idea llegar a la entrevista de trabajo con ciertos conocimientos sobre la empresa en la que aspiramos trabajar, las características del puesto, la filosofía o principios de la empresa… “Piensa posibles preguntas que te pueden hacer en la entrevista y prepara las respuestas”, nos aconsejas desde la Fundación Adecco, “Eso hará que vayas más seguro y te dará tranquilidad”. Eso sí, no las memorices, “tienes que ir bien preparado, pero responder con naturalidad”.

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Llegar puntuales es un factor determinante, pocas cosas dan peor imagen de uno mismo que llegar tarde a una entrevista de trabajo y en algunas ocasiones puede ser motivo de descalificación. Prueba a acostarte un rato antes la noche anterior para evitar quedarte dormido y calcular el tiempo extra que puede llevarte llegar hasta el lugar, teniendo en cuenta los posibles atascos, tiempo para aparcar, transporte público… Lo mejor es llegar a la hora o unos minutos antes.

La imagen supone la primera impresión que ofrecemos, por lo que es positivo que sea buena. Podemos adaptar nuestro vestuario al puesto al que aspiramos, aunque no es necesario siempre que vistamos de forma correcta, de un modo profesional; lo mejor siempre será ir aseado y con un aspecto fresco.

“Es importante que escuches a tu entrevistador y que no le interrumpas. Deberéis de mantener un diálogo dónde el entrevistador marque los tiempos y el ritmo en cada momento”, matizan en la Fundación Adecco. “Por ejemplo, si hay silencios incómodos, no intentes rellenarlos hablando de temas que no te has preparado”.

La entrevista es un encuentro para ambos, no solo una prueba para ti, lleva alguna pregunta preparada para el entrevistador. "Así demuestras que tienes interés por conseguir el trabajo", completan. “Lo ideal es que pienses un par de preguntas y las hagas al final de la entrevista: así verán que estás interesado y motivado para el puesto”.

Además, sé cortés, saluda con un apretón de manos, no te sientes hasta que te ofrezcan una silla, evita expresiones vulgares y mantén el móvil en silencio. Es mejor no responder solo con un sí o un no, pero intenta dar explicaciones claras y concisas cuando te las piden, trata de no hablar mal de tus jefes actuales o anteriores y, sobre todo, sé auténtico y honesto.

La importancia del lenguaje corporal

Todos estos consejos conviene acompañarlos de la actitud adecuada, pero también de un lenguaje corporal que transmita seguridad y confianza. “El lenguaje corporal se refiere a las expresiones y movimientos no verbales que hacemos con nuestro cuerpo, como gestos, posturas, tono de voz, contacto visual, entre otros”, explica Paula Ronco, psicóloga y miembro de Doctoralia. “Estos comportamientos pueden ser inconscientes o intencionales y pueden transmitir información sobre nuestros pensamientos, emociones y actitudes”.

“Al ser conscientes de nuestro propio lenguaje corporal, podemos mejorar nuestra capacidad para comunicarnos de manera efectiva y transmitir la imagen que deseamos proyectar”, continúa. “En una entrevista de trabajo, es importante tener un lenguaje corporal sano y positivo que transmita confianza, profesionalismo y respeto”.

Algunas de las pautas que podemos seguir para lograrlo son más sencillas que otras, pero en general, lo mejor es mantener una postura erguida y segura, “evita encorvarte o cruzar los brazos, ya que esto puede hacer que parezcas cerrado o defensivo”. Es positivo mantener el contacto visual, pero sin resultar intimidante; también sonreír con sinceridad, de manera natural y no forzada.

Conviene usar gestos naturales y apropiados, “para enfatizar tus puntos y mostrar interés en la conversación. Sin embargo, evita gestos exagerados o movimientos nerviosos”. Usa un tono de voz adecuado, ni demasiado alto, ni demasiado bajo, tratando siempre de hablar con confianza y seguridad. Presta atención al espacio y úsalo para mostrar respeto y profesionalismo. “Evita invadir el espacio personal del entrevistador o sentarte demasiado cerca”, nos recuerda la doctora Ronco.

Conviene prestar atención a nuestro rostro, “Las expresiones faciales pueden transmitir mucho sobre cómo te sientes. Trata de mostrar una expresión facial adecuada a la situación, como una sonrisa cuando se habla de un tema positivo”.

Estos consejos no son infalibles, pero estar preparado es la mejor herramienta para conseguir el puesto que tanto deseas.