¿Funciona la terapia hormonal para contrarrestar los síntomas de la menopausia?
La transición, desde que comienza hasta que finalmente se consolida la menopausia, puede durar entre 7 y 14 años
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La terapia hormonal se ha popularizado como un tratamiento que soluciona ciertos síntomas derivados de la menopausia, como los sofocos o la sequedad vaginal. Según estudios publicados en las revistas 'Endocrine Reviews' y 'American College of Obstetricians and Gynecologists', lo importante a la hora de someterse a este proceso es que debe iniciarse durante los primeros diez años tras la llegada de la menopausia y antes de cumplir los 60 años, con el objetivo de maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos asociados.
Este tratamiento no solo mitiga la sintomatología molesta y el síndrome genitourinario de menopausia, sino que también contribuye a la prevención de fracturas óseas y la incidencia de diabetes tipo 2. Para una correcta aplicación de la terapia, se debe personalizar el tratamiento, considerando la edad, la cercanía a la menopausia y el estado de salud general de la persona.
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Existen diversas formas en las que se administran las hormonas, las más utilizadas son los estrógenos y los progestágenos. Los estrógenos transdérmicos, que evitan el metabolismo hepático inicial, suelen ser los preferidos al no verse aumentada la probabilidad de padecer trombosis venosa. Esta es la mejor opción para quienes sufran sobrepeso o tengan factores de riesgo cardiovascular.
En terapias que incluyen progestágenos, puede incrementarse el riesgo de tener cáncer de mamá. Es por ello, que las investigaciones consultadas inciden en la importancia de la selección adecuada del tipo de progestágeno. También se han llegado a usar andrógenos (la hormona masculina) para tratar los síntomas de la menopausia. Sin embargo, la falta de investigaciones sobre sus consecuencias para la salud con el paso del tiempo ha provocado que su administración no sea muy frecuente.
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En situaciones de menopausia prematura o temprana, la terapia hormonal no solo proporciona un alivio sintomático, sino que también funciona como un método de prevención ante las consecuencias que la insuficiencia de estrógenos provoca a largo plazo, entre ellas la osteoporosis. El tratamiento se ha demostrado como una forma de mejorar la calidad de vida de las mujeres afectadas y reducir la morbilidad asociada con estas condiciones.
En cualquier caso, si tienes alguna duda sobre esta práctica, lo mejor es que consultes con un profesional de la salud para que pueda responderte a todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.
La terapia hormonal se ha popularizado como un tratamiento que soluciona ciertos síntomas derivados de la menopausia, como los sofocos o la sequedad vaginal. Según estudios publicados en las revistas 'Endocrine Reviews' y 'American College of Obstetricians and Gynecologists', lo importante a la hora de someterse a este proceso es que debe iniciarse durante los primeros diez años tras la llegada de la menopausia y antes de cumplir los 60 años, con el objetivo de maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos asociados.