Los porqués de las atípicas (y largas) vacaciones de Felipe y Letizia en Mallorca

Visitas al mercado, cenas de gala o encuentros con el presidente del Gobierno y su esposa este mismo lunes. Las actividades de los reyes Felipe y Letizia en las Baleares han sido innumerables. Desde que los Reyes citasen a la prensa en el palacio de La Almudaina para hacer el primer posado informal junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía, el pasado 29 de julio, las apariciones de los royal españoles han sido innumerables. Nada que ver, por tanto, con otros veranos.

Esta semana, todo cambia. Según han asegurado fuentes de Casa Real a 'Vanitatis', a partir de este momento cualquier movimiento o actividad de don Felipe y doña Letizia será de "carácter estrictamente privado o personal. Por lo tanto, no habrá constancia del mismo, como ocurre habitualmente". No obstante, son pocos los veranos en los que los reyes nos han ofrecido, como en esta ocasión, nueve días de intensa activida pública.

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Tras una tormenta mediática, que incluye la publicación de los audios de Corinna sobre el (ausente) rey Juan Carlos, la encarcelación de Iñaki Urdangarin o el vídeo viral de Sofía y Letizia con aquel polémico desaire, la familia real ha multiplicado su actividad pública veraniega. Y esta se ha concentrado en torno a los reyes, la emérita y la infanta Elena, demostrando que el resto, por ahora, se queda fuera de la ecuación.

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Un día después del posado de La Almudaina, entró en escena la reina Sofía. La visita al mercado del Olivar de la reina emérita junto a Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, fue clave en esa imagen alejada de lo procolario. Las cuatro mujeres del núcleo de la familia real hablaron con los pescaderos y los dueños de los puestos. 'Vanitatis' constataba, a través de las declaraciones de algunos de ellos, el éxito de dicho paseo. “Yo las he tratado igual que a todos mis clientes. Han estado dando una vueltecita, pero sin demasiado revuelo”, aseguraba Susana, una de las vendedoras más veteranas del Mercado Ecológico de Palma.

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El pasado fin de semana seguía el periplo mallorquín con la visita al Club Náutico de Palma. Doña Letizia acudía con sus hijas al puerto e, incluso, subía al Aifos 500, la embarcación con la que compite su marido y la infanta Elena, que tuvo su propia cuota de protagonismo cuando se dejó ver en la entrega de trofeos de la Copa del Rey Mapfre.

La visita de las niñas a las regatas, un gesto espontáneo y nada protocolario, también habría sido impensable otros veranos. En el mismo fin de semana, se celebraba una tradicional cena institucional a la que asistieron las autoridades baleares. De nuevo, se repetía la estampa de concordia familiar: la reina Sofía posó junto a doña Letizia, impecablemente vestida de naranja, y don Felipe.

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Y, cuando se suponía que la agenda ya estaba cerrada, este lunes los reyes sorprendían con un encuentro con el presidente del Gobierno y su mujer, Begoña Gómez. De nuevo, un acto imprevisto que refuerza el carácter inusual de unas vacaciones que, al menos de forma pública, parecen haber concluido.