Meghan Markle sigue sin arriesgar hasta en las grandes ocasiones (eso sí, iba perfecta)

Porque sabemos que lo que vamos a decir es muy poco plausible, pero cualquiera diría que Meghan Markle es fan de la canción 'Azul' de Cristian Castro o que ses ha visto la película "AzulOscuroCasiNegro" de Daniel Sánchez Arévalo. La mujer del príncipe Harry ha vuelto a hacerlo, ha apostado todo al azul y a una de las firmas favoritas de Audrey Hepburn, que no es mala referencia: Givenchy.

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Meghan Markle nos ha recordado hoy con su estilismo, salvando las distancias, al de Alejandra Domínguez, la nueva novia de Enrique Solís, en la boda del duque de Huéscar y Sofía Palazuelo. Ya decimos que salvando muchas distancias, pero lo que es innegable es que el azul, sobre todo en las tonalidades más oscuras, está de moda (también los looks monocromáticos). Y si no que se lo digan a Letizia, que pocas veces ha estado tan guapa como en su reciente comparecencia en el Teatro Real con un modelazo de Pedro del Hierro, o en su duelo de glamour con Brigitte Macron en el emblemático Grand Palais de París y más tarde, esa misma noche, en el Palacio del Elíseo

La nueva nuera del príncipe Carlos se ha convertido ya en un referente de estilo en el Reino Unido y también en Estados Unidos, donde era gran celebrity gracias al éxito de la serie 'Suits', e incluso hay quien la ha visto como rival con una más clásica Kate Middleton, empeñada en repetirse a sí misma hata la saciedad, como hemos vuelto a comprobar hoy en la boda de Eugenia de York y el empresario Jack Brooksbank.

Dicho todo esto para llegar a la conclusión de que Meghan, de 37 años, estaba guapísima con un abrigo y vestido a juego, entallados, que para eso tiene una silueta perfecta, con los que ha impactado. No pasemos por alto tampoco su tocado de Noel Stewart y los otros accesorios, el clutch y los zapatos a juego. Si fuéramos miembros del jurado emblemático programa 'Fashion Police', en el que estaba al frente la inolvidable Joan Rivers, diríamos que no le encontramos un solo pero.

En definitiva, guapísima, pero predecible. No se puede pedir todo...

(en elaboración)