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Las normas que hay que cumplir en una cita con Isabel II (y las que Letizia se saltaría)
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PROTOCOLO REAL

Las normas que hay que cumplir en una cita con Isabel II (y las que Letizia se saltaría)

Aunque es una posibilidad remota para el común de los mortales, hay que seguir ciertas reglas a la hora de mantener un encuentro con la monarca británica

Foto: La reina Letizia, junto a la reina Isabel en 2017 en Buckingham. (Reuters)
La reina Letizia, junto a la reina Isabel en 2017 en Buckingham. (Reuters)

Es difícil, sí, aunque no imposible. Las opciones que tenemos la mayoría de conocer en persona a la reina Isabel II son pocas, por no decir nulas en algunos casos. Para otros, es mucho más habitual tanto citas periódicas como conversaciones telefónicas, como la que el rey Felipe mantenía tanto con ella como con el príncipe Carlos este jueves, con motivo de la situación pandémica que vivimos. Una conversación que nos hubiera encantado escuchar para saber, por ejemplo, cómo se dirige el monarca a su homóloga británica, si cumpliendo las normas de protocolo o, al tratarse de una llamada de teléfono, las etiquetas se relajan ligeramente.

Y es que, en caso de que se diera la remota posibilidad de que pudiéramos tratarla en persona, hay que tener muy en cuenta ciertas estrictas normas que hay que cumplir. Algunas son reglas básicas de educación y que podrían aplicarse a cualquier persona, no solo la reina Isabel, como ser muy cuidadoso con la puntualidad, pero otras no son tan habituales y no todo el mundo tiene por qué saberlas. Pero ella sí. Y aunque es conocida por su carácter hierático, si algo se sale de lo que espera, lo hace notar, muchas veces con un simple gesto de contrariedad.

placeholder La reina Isabel, recientemente en Buckingham. (Reuters)
La reina Isabel, recientemente en Buckingham. (Reuters)


Sonadas fueron las salidas de Donald Trump durante la primera visita que realizó como presidente a Reino Unido, llegando tarde y pasando revista a las tropas unos pasos por delante de la reina. Hubiera servido echar un vistazo a esta lista con algunas de las innumerables reglas para no cometer esos errores:

1. No se la puede tocar. Más allá de un apretón de manos formal al saludarla, el contacto físico con la reina Isabel debe limitarse mucho. Es una norma que se remonta a la época medieval, cuando se consideraba que los monarcas eran designados directamente por Dios, por lo que eran tratados de diferente manera.

2. No hay que presentarse con las manos vacías. Es uno de los motivos por los que habitualmente se le entrega un pequeño ramo de flores al llegar a sus compromisos oficiales. Se cumple el protocolo y, al durar solo unos días, no es un regalo que tenga que conservar, como sí pasa con la lista infinita de obsequios que ha recibido a lo largo de su vida. Cuando visita un país extranjero, lo más apropiado es que sus anfitriones opten por algo que represente la cultura del territorio en el que se encuentra.

3. Recibirla siempre de pie. Es algo bastante básico, incluso cuando no hablamos de la reina Isabel. Pero también hay que tener en cuenta que una persona no se puede sentar hasta que la monarca ya ha ocupado su sitio.

4. Hacer una reverencia. Para ciudadanos británicos, es obligatorio hacer una pequeña reverencia antes de darle la mano y esto último, siempre que ella haya extendido su mano antes, nunca debemos adelantarnos al saludo. Si ella no extiende la mano, entonces lo mejor es limitarse a sonreír y a inclinar un poco la cabeza en señal de cordialidad. Al contrario, para personas procedentes de fuera de territorio británico, a veces la reverencia puede considerarse hasta una falta de respeto.

5. El cógido de vestimenta. Siempre hay que tener en cuenta el protocolo de estilo y la indumentaria que se exige. Por ejemplo, de día, para las mujeres, vestido o traje de chaqueta con dos dedos por debajo de la rodilla, zapatos cerrados con tacón de 5 a 7 centímetros y el cabello mejor recogido. De noche, vestido largo y preferiblemente que no sea de color negro, a menos que tenga un toque de otro tono.

placeholder Los Reyes, con Isabel II y Felipe de Edimburgo en Buckingham. (Reuters)
Los Reyes, con Isabel II y Felipe de Edimburgo en Buckingham. (Reuters)

6. Háblale solo cuando se dirija directamente a ti. Esto se aplica para que la Reina pueda controlar todos los aspectos de la conversación. Ella decide cuándo acaba y cuando empieza. De hecho, hay pequeños gestos que indican que la charla va a finalizar en breve. Cuando se cambia el bolso de mano, es una llamada a su dama de compañía para que la rescate de la conversación. Si lo pone encima de la mesa, es una señal a sus acompañantes de que quiere irse en cinco minutos. También durante las cenas hay una norma que deben seguir todos los invitados, hablando durante el primer plato a la persona situada a la derecha y después a la persona sentada a la izquierda. Así se consigue que nadie se quede apartado y sin conversación.

7. Nunca comer antes que ella. Aunque el plato esté ya en la mesa, es la reina Isabel la que debe dar el primer bocado. No importa cuánto se extiendan los discursos de los anfitriones o invitados de honor: nunca se debe probar la comida antes que ella. Lo mismo pasa con el final. Es ella la que da la señal para que se retiren los platos, por lo que más vale que los comensales estén satisfechos una vez la monarca ha acabado su menú.

8. Nunca debemos referirnos a ningún miembro de la realeza por su nombre de pila. En el caso de la reina Isabel, cuando se la conoce por primera vez se la debe llamar por su tratamiento real, Su Majestad, una denominación que utilizaremos también para la despedida. En el intervalo entre un momento y otro, dirigirse a ella como 'señora' es lo más adecuado y acertado, algo que también puede extenderse casi a cualquier royal. Tendremos que resistir la tentación de dirigirnos a ella como Lilibeth, como la conoce su familia, al igual que el rey Juan Carlos, dado el grado de parentesco.

placeholder Los reyes Felipe y Letizia, durante su visita de Estado a Reino Unido. (Reuters)
Los reyes Felipe y Letizia, durante su visita de Estado a Reino Unido. (Reuters)

En el caso de los reyes Felipe y Letizia, algunas normas no son aplicables a rajatabla, no solo porque hablaríamos de un encuentro entre monarcas, sino también porque existe cierto grado de familiaridad con los Windsor que hace que las normas se relajen ligeramente, al menos en privado. La reina Letizia siempre ha confesado que es muy 'tocona' y, aunque en público lo cumple, no sabemos si en sus encuentro privados con la reina Isabel se le ha escapado alguna caricia o un gesto tan 'letizio' como poner la mano sobre su brazo. Un ademán que no respondería a otra cosa que no fuera respeto y cariño por la monarca británica, por lo que estamos seguros de que Isabel no se lo tomaría como una afrenta. De hecho, cuando los Reyes españoles realizaron su viaje de Estado a Reino Unido, don Felipe saludó a su 'tía' con un beso en la mejilla, mientras su esposa estrechó su mano y realizó una pequeña inclinación de cabeza en señal de respeto.

También nos gustaría saber cómo se dirigen a ella en momentos privados, si utilizan el nombre familiar o se ciñen a las normas de protocolo. Lo que tenemos claro es que Letizia nunca más volverá a empezar a comer antes de tiempo, como le pasó poco después de casarse con el entonces Príncipe de Asturias, en una cena de gala en la que la sorprendieron picoteando el pan mientras llegaba el primer plato. También sabemos que con respecto al regalo que conviene llevar a Isabel, los Reyes de España cumplieron convenientemente: su obsequio para la monarca británica fue una foto familiar junto a Leonor y Sofía que ella sigue luciendo orgullosa en uno de sus despachos, en el que tienen lugar las audiencias privadas.

placeholder Felipe y Letizia, el pasado junio con la reina Isabel en Londres. (Reuters)
Felipe y Letizia, el pasado junio con la reina Isabel en Londres. (Reuters)

Es difícil, sí, aunque no imposible. Las opciones que tenemos la mayoría de conocer en persona a la reina Isabel II son pocas, por no decir nulas en algunos casos. Para otros, es mucho más habitual tanto citas periódicas como conversaciones telefónicas, como la que el rey Felipe mantenía tanto con ella como con el príncipe Carlos este jueves, con motivo de la situación pandémica que vivimos. Una conversación que nos hubiera encantado escuchar para saber, por ejemplo, cómo se dirige el monarca a su homóloga británica, si cumpliendo las normas de protocolo o, al tratarse de una llamada de teléfono, las etiquetas se relajan ligeramente.

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