Volver a Mónaco tiene un precio: el acuerdo que ha firmado Charlène con Alberto

Tras 15 meses apartada de la vida pública, Charlène de Mónaco volvía a hacer acto de presencia en un compromiso oficial junto a su marido, el príncipe Alberto, y sus mellizos, Jacques y Gabriella. Lo hizo el pasado 30 de abril en la carrera automovilística E-Prix de Mónaco luciendo un traje gris y con nuevo corte de pelo. Ahora la revista francesa ‘Voici’ nos da las claves de su vuelta: 12 millones de euros al año.

Ese es el precio que, según esta publicación gala, el príncipe monegasco y la sudafricana han acordado en un contrato multimillonario ultraconfidencial para la vuelta de Charlène a la vida pública de Mónaco. Una cifra nada desdeñable, que si bien ha traído de vuelta a los actos oficiales a la exnadadora, no ha conseguido sacarle demasiadas sonrisas por el momento. En su primera participación oficial, tras muchos meses retirada del ojo público, se pudo ver a una Charlène triste y con la mirada un tanto perdida.

La revista ‘Voici’ adelanta que no es la única cláusula estipulada en negro sobre blanco en dicho contrato, una información que seguro hará correr ríos de tinta. Dicho medio ha destapado los acuerdos ventajosos para la familia de Charlène. ‘Monaco Tribune’ anunciaba recientemente que Gareth Wittstock, hermano de la princesa, obtenía la nacionalidad monegasca el pasado 27 de abril, lo que le convierte en ciudadano de pleno derecho del principado, donde vive desde la boda de su hermana en 2011. Gareth es el secretario general de la fundación que lleva el nombre de Charlène y al menos otros cuatro miembros de los Wittstock también obtienen sus ingresos de dicha institución. Un divorcio entre los príncipes de Mónaco no sería nada beneficioso para ellos.

Sin embargo, y según ‘Voici’, Charlène estaría deseando instalarse en Suiza de forma permanente y viajar a Mónaco en ocasiones puntuales. Sus hijos se quedarían en el principado con su padre, según la publicación gala. 12 millones de euros es mucho dinero y sería lo acordado para que Charlène siguiera apareciendo en los actos públicos de su marido. Su presencia en las carreras de Mónaco no ha sido su única aparición pública, ya utilizó sus redes sociales para felicitar la Pascua a los monegascos con una idílica imagen de familia en el jardín junto a una cesta decorada con un conejo en el borde de la piscina junto al príncipe Alberto II y sus dos hijos.

Este pasado sábado, 7 de mayo, volvía a Instagram con una imagen en la que se la podía ver agachada y más sonriente (aunque igualmente triste) junto a sus mellizos, de siete años, a los que abraza amorosamente. “Gran día en el Torneo de Rugby Santa Devota. Dios los bendiga a todos”, escribía la sudafricana en Instagram junto a la fotografía. Ha sido tres semanas después de su imagen publicada para el fin de semana de Pascua.

Fue en la primavera de 2021 cuando Charlène de Mónaco dejó el Peñón para viajar a su tierra natal, Sudáfrica. Allí tenía que apoyar una asociación para la protección de los animales y asistir al funeral del rey de los zulúes. La princesa, que inicialmente solo iba a estar ausente unos diez días, tardó siete meses en volver a Mónaco. La versión oficial habló de una infección aguda de garganta, nariz y oídos contraída durante su estancia en Sudáfrica y que la llevó a ser operada hasta en tres ocasiones.

Un regreso al principado que tan solo fue exprés, ya que poco después fue ingresada en una clínica en Suiza donde recibió tratamiento por “su fatiga física y mental”. Un internamiento que ha durado cinco largos meses y que, tras ser dada de alta en marzo, pone en duda la salud de la princesa, a la que se ha podido ver con una expresión triste y que podría reflejar un difícil momento personal y familiar.

No en vano, el príncipe Alberto de Mónaco había tratado de atajar los rumores respecto al estado de salud de su mujer en noviembre a la revista ‘People': “Déjenme ser claro: no se trata de covid. Esto tampoco está relacionado con el cáncer. No se trata de un problema de relación. Y ya que estamos en eso, también digo esto: no tiene nada que ver con la cirugía estética”. Quiso ser tranquilizador en un momento de extrema preocupación por la salud de Charlène. Se encontraba lejos de su marido y de sus pequeños, Jacques y Gabriella, desapareciendo por completo de la vida oficial monegasca. Hasta tal punto que el príncipe reconoció en su ausencia: “Es la época más ocupada del año. No tengo permitido estar triste. Obviamente lo estoy, pero sé que ella está en un lugar seguro, estará bien y está bien. El mejor lugar para ella en este momento".