Los Grimaldi y más royals, en el funeral del primo que doña Sofía no ha podido despedir

El pasado 29 de diciembre fallecía en su castillo de Salem, Alemania, a los 89 años, el príncipe Max de Baden, sobrino de Felipe de Edimburgo, primo hermano del rey Carlos III y primo segundo de doña Sofía, pero no ha sido hasta este pasado 13 de enero cuando se ha llevado a cabo el funeral, al que no han faltado destacadas personalidades del mundo de la realeza.

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A. Rodríguez

A pesar de los vínculos familiares del fallecido con la emérita, esta no ha podido acudir a dar el último adiós a su primo. La madre de Felipe VI se encuentra en Atenas junto a sus familiares más directos lidiando con uno de los golpes más duros de su vida: la reciente muerte de su hermano Constantino de Grecia, cuyo funeral se llevará a cabo este próximo lunes.

Quienes sí han despedido a Maximiliano de Baden han sido parte de los Grimaldi. El príncipe Alberto de Mónaco, su hermana, Carolina de Mónaco y Pierre Casiraghi han sido tres de los asistentes al funeral. A ellos se han sumado otros respresentantes de la realeza como el rey Felipe de Bélgica, la princesa Sophie de Liechtenstein, el príncipe Hassan, la princesa Sarvath y la princesa Sumaya de Jordania, el príncipe Ernst August y la princesa Ekaterina de Hannover, el príncipe y la princesa de Prusia, los archiduques de Austria, el príncipe Guillermo y la princesa Sibilla de Luxemburgo, el Duque y la Duquesa María de Württemberg, el landgrave de Hesse (en representación de Carlos III ) o el príncipe Berthold de Baden (en representación del Conde de Wessex ), entre otros.

Maximiliano de Baden era un destacado empresario y uno de los decanos de la vieja realeza alemana depuesta tras la Primera Guerra Mundial. El margrave de Baden, como era su título oficial, era el jefe de la casa gran ducal de Baden que reinó en una parte del suroeste del Imperio Alemán hasta 1918.

Nacido en 1933, era el mayor de los tres hijos del margrave Bertoldo y de la princesa Teodora de Grecia, hermana del difunto duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II. De ahí sus estrechos vínculos con la casa real británica, pero también con las familias reales de España, Grecia, Suecia y Dinamarca.

Tras un compromiso matrimonial fallido con su prima hermana, la princesa Beatriz de Hohenlohe-Langenburg, en 1966 contrajo matrimonio en el castillo austriaco de Persenbeug con la católica archiduquesa Valeria de Austria, prima en tercer grado del rey don Juan Carlos y descendiente del emperador Francisco José de Austria-Hungría y de la famosa Sissi. Tuvo cuatro hijos con ella. A raíz de este matrimonio, emparentó con la Casa de Habsburgo, así como otras Casas Reales y Nobles de la vieja Europa.

Su abuelo, el príncipe Max, último canciller del Imperio Alemán, fue el fundador, en su propio castillo de Salem, de la prestigiosa escuela regida por los métodos pedagógicos de Kurt Hahn de la que, desde 1951, fue alumna la reina doña Sofía, que convivió mucho con estos primos alemanes, con quienes siempre mantuvo una relación muy estrecha.